
Brásidas, espartano y protagonista de Historia de la Guerra del Peleponeso, por Tucídides
Picotazos de historia
Historia de la guerra del Peloponeso: el enemigo generoso
Tucídides autor de Historia de la guerra del Peloponeso era el gobernador de la ciudad de Anfíopolis y cuando le tocó hablar de Brásidas, que tanta desgracia le trajo, lo hizo con imparcialidad y respeto
Brásidas (? - 422 a. C.) fue uno de los más brillantes generales espartanos durante la primera década de la guerra del Peloponeso (421-404 a. C.). La principal fuente de información que tenemos sobre él es la magistral obra de Tucídides y algunos dichos y anécdotas recogidas por Plutarco. Gracias a Tucídides sabemos que su actuación fue decisiva para salvar la ciudad de Metone, motivo por el cual fue el primer oficial espartano, en esa guerra, en conseguir una rara distinción: el público agradecimiento de Esparta. En su Historia nos da detalles de la participación de Brásidas en la derrota naval que sufrieron los espartanos en Pilos, de cómo se comportó heroicamente hasta que, vencido por la perdida de sangre y las múltiples heridas, cayó inconsciente perdiendo su escudo en el mar. Los atenienses lo recogieron y utilizaron al erigir un túmulo en recuerdo del combate.
Tucídides, a lo largo de su obra nos muestra, cuando toca hablar de él, a un comandante valeroso, disciplinado y lleno de recursos pero, además, con virtudes más raras entre los espartanos: rápida capacidad de reacción ante imprevistos y don de la oratoria (los espartanos eran de Laconia y dieron el significado actual a la palabra lacónico).
El momento álgido de la vida de Brásidas corresponde a los años 423 y 422 a. C. En el 423 asaltó la ciudad de Anfíopolis, un ataque nocturno rápido y sorpresivo, dando lugar a un sitio que pilló completamente desprevenidos a los atenienses, de manera que el gobernador ateniense nombrado para defenderla estaba ausente en ese momento. Los desconcertados habitantes y guarnición se sorprendieron aun más cuando el espartano les ofreció unos generosos términos de rendición, que no dudaron en aceptar, ignorantes de que el gobernador ateniense estaba de camino, con refuerzos, para pillar a los espartanos entre sus tropas y las de la ciudad. Brásidas triunfó brillantemente y el gobernador fue degradado y exiliado de Atenas por su fracaso. Al año siguiente Atenas envió un ejército al mando del general Cleón, quien fue estratégica y tácticamente superado y contundentemente derrotado por Brásidas, perdiendo la vida en la batalla. Brásidas también falleció a consecuencia de una herida recibida durante la persecución de los supervivientes derrotados.
A qué viene todo, os preguntareis. Viene a que esa maravilla que se llama Historia de la guerra del Peloponeso fue creada gracias a Brásidas. Tucídides, su autor, era el gobernador de la ciudad de Anfíopolis burlado por el espartano. Fue acusado, degradado y desterrado y, en el exilio, rellenó su tiempo escribiendo sobre lo que vivió. Y, cuando le tocó hablar de quien tanta desgracia le trajo, lo hizo con imparcialidad y respeto.