Fundado en 1910

Una de las pinturas rescatadas de la abadía de MontecasinoBundesarchiv / Wikimedia Commons

Picotazos de historia

De cómo se salvaron las obras de arte de Montecasino

El teniente coronel Schlegel, preocupado por el destino de la abadía y de su valioso patrimonio, movilizó 120 camiones cargados de manuscritos irreemplazables, orfebrería milenaria, cuadros o tallas

La abadía de Montecasino fue fundada por el propio san Benito de Nursia el año 529 d. C, es cabeza de la orden benedictina, heredera y guardiana de un legado cultural e histórico único. Estas ideas debían de rondar en la agobiada cabeza del abad Diamare quien tenía la abadía a su cargo amén de los valiosos fondos, en depósito, del Museo de Capodimonte de Nápoles (cuadros de Da Vinci, Rafael, Bruegel el Viejo, Ghirlandaio, etc), esa mañana del 14 de octubre del año 1943, cuando dos oficiales alemanes solicitaron reunirse con él.

Los oficiales, el teniente coronel Julius Schlegel y el capitán médico Becker, de la división paracaidista blindada Herman Goering le expusieron su preocupación por el destino de la abadía y su valioso patrimonio. No se podían salvar las piedras de la furia de la guerra, las garantías dadas por los diferentes ejércitos eran frágiles, pero sí todo lo que se pudiera transportar. Los oficiales, que actuaban por su cuenta arriesgándose a un consejo de guerra, pusieron todos los medios de transporte con los que contaban. Diamare dudó y, tras unos días de consulta con la comunidad de monjes y una incursión aérea aliada –señal indudable de que la guerra se acercaba–, aceptó el ofrecimiento con la condición de que los transportes se dirigiesen directamente al Vaticano y que miembros de la comunidad supervisasen el traslado.

El abad Diarme supervisando el embalaje de las obras junto al teniente coronel Julius SchlegelBundesarchiv / Wikimedia Commons

Schlegel, que había tomado el mando de la operación y estaba a cargo de la sección de mantenimiento de la división, organizó el embalaje y transporte. Descubierto por los italianos, que anunciaron por la radio que los alemanes estaban saqueando el monasterio, comunicó a sus superiores (general Conrath de la Herman Goering y mariscal Kesselring, comandante en jefe de las tropas alemanas en Italia) lo que estaba haciendo y el porqué. Para su alegría y sorpresa, recibió el respaldo de ambos.

En pocos días consiguió trasladar 120 camiones cargados de manuscritos irreemplazables, orfebrería milenaria, cuadros, tallas, el coro completo que habían desmontado, etc. Agradecidos, los monjes benedictinos preguntaron a Schlegel qué podían hacer para recompensarle por su acción.

Hagan una misa por mí y por los que han participado –fue su respuesta.

En 1945 Schlegel, que había perdido un pie durante un ataque aéreo, fue detenido y juzgado por crímenes de guerra, entre ellos por el saqueo de la abadía, pero fue absuelto gracias al contundente testimonio de los monjes.

La abadía fue reconstruida y consagrada en 1964, ello fue posible gracias a que Schlegel tuvo la precaución de asegurarse de que entre los documentos que se evacuaron estuvieran todos los planos existentes de la abadía.