Fundado en 1910

El sitio arqueológico de Kemune en la zona seca del embalse de MosulKAO / Universidades de Friburgo y Tübingen

Emerge una ciudad que existió hace 3.400 años tras la sequía del río Tigris

Gracias al bajo nivel del agua de un embalse iraquí, un grupo de investigadores encontraron restos de edificios, un palacio y muros de la que se cree habría sido la ciudad de Zakhiku

Un equipo de arqueólogos alemanes y kurdos ha descubierto una ciudad de 3.400 años de antigüedad procedente de la época del Imperio Mittani en el Tigris y que había sido sepultada por las aguas del embalse de Mosul. Debido a la extrema sequía en Irak, el nivel del agua en el embalse se redujo lo cual permitió la excavación del extenso complejo de la ciudad donde se hallaron un palacio y varios edificios grandes que podrían corresponder a la antigua ciudad de Zachiku, un centro importante en el Imperio Mittani (ca. 1550-1350 a. C.), según explica un comunicado de la Universidad de Friburgo.

Operación de rescate

El cambio climático que azota Irak ha provocado una sequía extrema desde hace meses. Para evitar que la cosecha se secase, desde el pasado mes de diciembre se han retirado grandes cantidades de agua del embalse Mosul. Esto hizo que a principios de 2022 el arqueólogo kurdo Hasan A. Qasim, director de la Organización de Arqueología de Kurdistán (KAO) y los arqueólogos alemanes Ivana Puljiz de la Universidad de Friburgo y Peter Pfälzner de la Universidad Tübingen decidiesen emprender una excavación de rescate en Kemune en cooperación con el Departamento de Antigüedades en Dohuk, Región del Kurdistán de Irak.

Los grandes edificios excavados del período Mittani se miden y documentan arqueológicamenteKAO / Universidades de Friburgo y Tübingen

Sin perder mucho tiempo, la misión arqueológica kurda-germana formó equipo para las excavaciones ya que no sabían cuándo el nivel del agua del embalse volvería a subir. De esta manera los investigadores consiguieron mapear en gran medida la ciudad y además de un palacio registrado en 2018 tras una pequeña expedición, se descubrieron diversos edificios como una fortificación masiva con un muro y torres, un edificio de almacén monumental de varios pisos y un complejo industrial.

«El enorme edificio del almacén es de particular importancia porque debe haber albergado enormes cantidades de mercancías que probablemente fueron traídas de toda la región», ha explicado Puljiz. Por otra parte su homólogo kurdo afirmó que «Los resultados de la excavación muestran que e sitio fue un centro importante en el Imperio Mattani».

Vasija de cerámica con tablillas coneiformes, incluida una que aún se encuentra en su estuche de arcilla originalKAO / Universidades de Friburgo y Tübingen

Lo que más ha llamado la atención ha sido el buen estado de conservación en el que se encuentran las paredes de estos edificios que, además de tener varios metros de altura, se construyeron con adobe y permanecieron bajo el agua durante más de 40 años, según ha indicado el equipo de investigación. También han podido descubrir que tras un terremoto, las partes superiores de los muros de esta ciudad fundada alrededor del año 1350 a. C., se derrumbaron y enterraron los edificios propiciando así su conservación.

Otros hallazgos

En este yacimiento también se encontraron cinco vasijas de cerámica en las que se alberga un archivo de más de 100 tablillas cuneiformes que datan del período medio asirio, poco después de la catástrofe del terremoto que azotó la ciudad. Algunas de estas tablillas, que probablemente sean cartas, se encuentran en sus respectivos sobres de arcilla.

Los investigadores esperan que este descubrimiento proporcione información importante sobre el final de la ciudad de Mittani y el comienzo del dominio asirio en esta región. «El hecho de que las tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer hayan sobrevivido durante tantas décadas bajo el agua raya en un milagro», aclaró Pfälzner.

Para que el yacimiento no sufra más daños, los edificios excavados han sido cubiertos por completo con lonas de plástico ajustadas y se han cubierto con grava como medida de conservación, financiada por la Fundación Gerda Henkel, que servirá para proteger las paredes de arcilla del agua y cualquier otro hallazgo que aún esté escondido entre las ruinas. Actualmente el sitio vuelve a estar inundado completamente.