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Entrevista con los autores de Sangre en la Frente. La Guerra Civil en color

«Es inevitable mirar el pasado con los ojos del presente, pero hay que hacerlo con rigor histórico»

Jordi Bru y Jesús Jiménez presentan la Guerra Civil a todo color en Sangre en la Frente donde su forma de hacer memoria es precisamente trasladar el dolor de la guerra a través de la fotografía

«en el blanco y negro siempre falta información, y por tanto el mensaje merma», recuerda el profesor Juan Miguel Sánchez Vigil, en el prólogo del libro Sangre en la frente. La Guerra Civil en color. Los autores, Jordi Bru y Jesús Jiménez han querido traer al presente esta contienda, pero desde otra perspectiva, con otros ojos, o mejor dicho con otro color. Al margen de las polémicas, de la ideología y de los prejuicios, Bru y Jiménez presentan un libro que relata a través de fotografías a color el conflicto que rompió a España entre 1936 a 1939.

Sangre en la frente invita a un ejercicio de reflexión y memoria conducidas por la narración de 180 instantáneas a las que se le han restituido los colores, y que por lo tanto, hacen más tangibles y más cercanas los momentos que capturan. Imágenes que nos llevan desde las trincheras alimentadas de reclutas en el frente del Ebro a los subterráneos poblados de mujeres, anciano y niños refugiados. O de los desfiles de la victoria en la Castellana de Madrid que anunciaban el nuevo Estado a los pasos de frontera de Francia que abrían un camino de difícil retorno.

El Debate conversa con estos dos autores que presentan la Guerra Civil a todo color y donde su forma de hacer memoria es precisamente trasladar el dolor de la guerra a través de la fotografía.

–¿Por qué es necesario tener imágenes de la historia?

–Jesús: La historia como conocimiento puede llegar a ser una abstracción. Para el mundo contemporáneo la fotografía es el arma primordial para traer al presente la imagen palpable del pasado, de tal modo que la historia no se quede en una abstracción. En ese sentido es fundamental.

Nosotros no sólo queremos contar la historia, lo que queremos es empatizar con la historia, trasladar sensaciones al lector del presenteJesús Jiménez

–¿Qué ha sido lo más difícil de este proyecto?

–Jesús: La Guerra Civil es bastante conocida por ser un conflicto que tiene un registro fotográfico bastante abundante. Y el volumen de fotos que tenemos es superlativo. Además está la explosión del fotoperiodismo. La dificultad, si cabe en todo esto, es un poco el planteamiento de la obra. Básicamente nosotros queríamos reflejar con fotografía una serie de fenómenos que se escapan de lo político ideológico. Estamos hablando de ser humanos, sociales, culturales, económicos, intelectuales, de mentalidades, etc. La mayoría de las fotografías se hizo con fines de prensa y de propaganda por lo que poder responder a todo eso con 180 fotografías del periodo, esa fue la primera de las dificultades. Y luego la segunda era un poco las propias necesidades técnicas que teníamos nosotros a la hora de elegir las fotos, porque esas tenían que pasar por un proceso de coloreado, con lo cual necesitaban una calidad. Tenían que trasmitir visualmente, porque nosotros no sólo queremos contar la historia, lo que queremos es empatizar con la historia, trasladar sensaciones al lector del presente y eso implica que la fotografía tenga una calidad como obra artística. Entonces esa, esa combinación de las necesidades que teníamos para crear el libro, realmente ha sido lo más complicado de buscar y no tanto la labor de archivo.

–¿Cambia algo el color en las fotos?

–Jordi: Cambia muchísimo. Lo primero, te hace más cercano a la imagen. Siempre tenemos esa idea del blanco y negro como algo del pasado, sobre todo para las nuevas generaciones, para los chavales jóvenes que están acostumbrados a verlo todo en color. Pero una imagen de esa época en color, con los colores que se supone que debería tener, la hace muchísimo más cercana. Sí, cambia, incluso cambia muchas veces a la hora de colorear cambia el significado de la imagen.

–Jesús: Y sacan detalles. Porque curiosamente en la documentación histórica o la de los textos, gracias al color de repente afloraban una serie de detalles que a mí me habían pasado desapercibidos cuando unas fotos que teóricamente tenía muy conocidas en blanco y negro lo que me obligaba a reinterpretar un poco los textos que estaba escribiendo, porque de repente el color le había dado una nueva dimensión a la información de las fotos.

–¿Está el coloreado abierto a la interpretación?

–Jordi: Hay un proceso de documentación de tanto los uniformes, las banderas, las medallas. Es un proceso muy largo y arduo de documentación para no equivocarse en que colores elegir. Los uniformes existían, las banderas también, los carteles que aparecen en las en las paredes existían entre un archivo de mil y pico carteles y eso no lo hemos dejado al azar. Sí que hay un punto de subjetividad a la hora de de una imagen, por ejemplo, que está hecha al atardecer. Te das cuenta de que o un día nublado o un día soleado los colores se comportan de diferente manera. Y ahí sí que hay un punto de subjetividad, de creatividad.

El hecho de que sea polémica la Guerra Civil hoy en día no tiene tanto que ver con que sean heridas abiertas, sino más bien con ese proceso de cómo nos generamos un poco las identidades a partir del pasadoJesús Jiménez

–¿Qué se gana o qué se pierde mirando la historia con ojos del presente, es decir con el revisionismo histórico?

–Jesús: Ahí me estás hablando de un problema que es universal, que es de la relación que tienen las sociedades con su pasado y la distinción y a la vez el vínculo que hay entre la historia como conocimiento y la memoria, en tanto que percepción que tenemos de la sociedad sobre nuestro pasado. Indudablemente esa memoria de acontecimientos, especialmente si son traumáticos y recientes como la Guerra Civil; la sociedad no solo bebe del conocimiento histórico, también de otro tipo de reclamos, como pueden ser la ficción, la poesía, el arte, la memoria de los individuos. Pero aun así, precisamente por eso es muy importante hacer un ejercicio de intentar mirar al pasado con los ojos del presente, que eso inevitablemente lo hacemos siempre, porque al pasado le preguntamos porque nos interesa el presente, pero con rigor histórico, que el sustrato siempre tiene que ser una historia objetiva.

–¿Harán los españoles las paces con la Guerra Civil?

–Jesús: En realidad, yo creo que el hecho de que sea polémica la Guerra Civil hoy en día no tiene tanto que ver con que sean heridas abiertas, sino más bien con ese proceso de cómo nos generamos un poco las identidades a partir del pasado. Y eso es difícil precisar de qué manera se puede acabar con ella. La única solución que se me ocurre es generar cada vez más historia, más conocimiento histórico, objetivo. Cuando hablo del objetivo de la historia todos sabemos que tiene un porcentaje de interpretación. Es una labor colectiva y cabe el disenso, los debates. Pero es que la historia funciona así en la Guerra Civil y en cada hora, en cada acontecimiento. Eso no es exactamente lo mismo que los debates ideológicos de los que probablemente estemos hablando. Mi receta, y es un poco lo que también hemos tratado de trasladar con el libro, a pesar de que desde el punto de vista de los contenidos sea más específico, es trasladar la historia pura y dura. Historia académica, historia objetiva, historia científica. Que luego eso tenga más calado en la sociedad o menos. Me gustaría decirte que me encantaría que fuese un resultado inmediato, pero bueno, es evidente que no creo que haya que veamos en el corto plazo que la Guerra Civil deje de ser un tema polémico.

–¿Cómo se conjuga hacer memoria de los hechos ocurridos con el pasar de página?

–Jesús: Es que una forma de pasar página es darse cuenta de que aquello fue una tragedia colectiva. Y claro que de todo lo que sucede allí había más responsables, menos; unos y otros. Pero como tragedia fue absolutamente común. Nuestra forma de hacer memoria con este libro es precisamente trasladar el dolor de la guerra, sobre todo a través de la fotografía. Entonces, la memoria entendida así, yo creo que es un elemento sanador. No creo que nadie que vea una colección de fotografías como esta o cualquier otra que se pueda hacer de la guerra, se haga con una noción de lo que fue aquello que no sea puramente negativa y pensada para evitar que vuelva a suceder algo semejante. Porque al final, cuando hablamos de la guerra civil, hablamos de un fenómeno que es universal. Es una cosa que sucede que en España está pasando hoy en día en Ucrania. La lección que tenemos que sacar de libros como esta y como cualquier otra es recalcar que aquello fue ante todo, una tragedia.

–Jordi: Yo creo que la solución no está en pasar página, sino en cambiar la manera de ver esa página.

–La Guerra Civil ha sido fuente para relatos, ensayos, novelas, películas… ¿habrá un momento en el que deje de generar contenido?

–Jesús: Supongo que llegará un momento en el que se mitigue. Pero probablemente lo que suceda es que las generaciones venideras, dentro de 20, 50 o 100 años, tengan que revisitar la Guerra Civil desde otra óptica. Les preocuparán cosas que no nos preocupan ahora y que no hemos parado a pensar sobre el pasado. Del mismo modo que la historia que se hace hoy en día se pregunta cosas sobre la Guerra Civil que no eran las mismas que se preguntaban los historiadores de los años 70 o que o que trabajaban durante la dictadura. Entonces no, no creo, ni creo que sea bueno que deje de ser nunca un objeto de estudio.

Este libro tiene un componente humano que trasciende bastante las ideologíasJesús Jiménez

–¿Es posible hacer un libro de la Guerra Civil sin juicios?

–Jesús: Obviamente, desde el punto de vista de los contenidos escritos, nosotros no podemos verter en este libro una opinión ni una interpretación personal, porque lo hemos hecho no es propiamente un ensayo histórico, no hemos hecho una investigación. Lo único que trasladamos es el conocimiento que ya nos han trasladado la comunidad científica, otros historiadores. La Guerra Civil obviamente, en algunos temas de los que tratamos hay consensos y en otros no, pero cualquier persona que se acerca a la historia tiene que entender que eso sucede así. El debate existe. De todas formas, este es un tema que aplicado a este libro, en ningún momento en el proceso de trabajo nos ha preocupado. No creo que sea un libro que se preste a generar polémica, alimentarla o a o a trasladar interpretaciones. Para empezar, tratamos temas de la guerra que probablemente no todos tengan ese mismo grado de polémica que puede tener la parte política. Este libro tiene un componente humano que trasciende bastante las ideologías. Y luego, por otro lado, en los textos he tratado de ser completamente aséptico, sabiendo que no me podía permitir otra cosa que trasladar lo compleja que es la historia. Es que no se puede resumir en una moraleja y en un mensaje la Guerra Civil...

–¿Por qué la Guerra Civil y no otro periodo?

–Jordi: En principio partíamos de la imagen y por supuesto, la Guerra Civil es uno de los acontecimientos del siglo XX, el que más, como bien ha dicho Jesús, más información gráfica tenemos gracias al fotoperiodismo y actualmente la Guerra Civil todavía nos afecta a todos. Durante el proceso de realización de este libro, descubrieron los restos de mi abuelo en la Batalla del Ebro. Hace como cinco o seis meses teníamos desconocimiento de dónde estaba situado, donde había fallecido y nos hicieron de los restos hace cinco meses. Fíjate si es actual el tema todavía.

–Jesús: Con este formato de libro, en versiones anteriores, descubrimos que era una herramienta efectiva para acercar la historia desde el punto de vista de la empatía, gracias al color. Además, qué otro tema mainstream, desde el punto de vista de la historia de España, hay que la Guerra Civil. Se daban otros ingredientes, estamos familiarizados con el trabajo de la fotografía de la Guerra Civil por el trabajo editorial de Desperta Ferro y de sus revistas. Y era un tema que más o menos estoy familiarizado con la bibliografía sobre el tema. Es decir, se daban todos los ingredientes para que nosotros fuésemos capaces de hacer el libro, que era obvio que se tenía que hacer si queríamos trasladar este formato de fotografía a color de la historia de España.