Del individualismo a la unidad: organización y tácticas militares del Ejército griego
Antes de entrar en batalla un adivino explicaba cómo se desarrollaría la guerra. Conocido el presagio, se reunían para planificar la estrategia y el Ejército se lanzaba al combate al son de flautas y trompetas
Las tácticas y la organización militar cambiaron en el siglo VIII a.C. Si hasta ese momento el individualismo había sido la forma natural de afrontar un combate, es en este siglo cuando se utiliza la disciplina, la organización y el sistema de falanges. ¿Qué eran las falanges? La formación agrupada de soldados de infantería equipados para la lucha. Estos soldados eran conocidos como hoplitas. Los soldados, dentro de las falanges, combatían hombro con hombro, en formación de columnas de ocho soldados.
Una falange estaría compuesta por 100 hombres, dividida en dos pentekostyes, dividida en dos enomotias, compuesta por 23 hoplitas. Las columnas de ocho –llamadas lochos– estaban dirigidas militarmente por los lochagos. Esto fue en frente de la columna en el extremo derecho. En el medio se colocó el pentecóntero, que se encargaba de dirigir la sección izquierda desde la columna derecha.
Organización y tácticas de combate
Este tipo de formación, en filas, permitía al de atrás tapar el avance de su primera caída, para seguir avanzando. De esta forma, columnas de ocho, con varias formaciones, permitían avanzar y conquistar terreno sin tener que retroceder.
Desde el siglo VII a.C. se incorporó el escudo, con el que se reforzaba el soldado y la falange. El escudo, conocido como Argino, tenía forma circular y estaba ubicado en el brazo izquierdo. Por su tamaño cubría todo el cuerpo del soldado, excepto la cabeza y los pies. Complementaba el uniforme: lanza larga, espada corta, armadura, casco y grebas. En total unos 36 kilos de peso.
Una vez formada la falange, esta disponía de una serie de movimientos tácticos que le permitían mantener su unidad. ¿Cuáles? En total había cuatro:
- Primera posición o reposo. El soldado –hoplita– sostiene el capuchón del extremo inferior de su lanza y se apoya contra su muslo.
- Segunda posición. El soldado levanta la lanza verticalmente sobre su hombro derecho, cubriendo su torso con el escudo.
- Tercera posición. El soldado se ponía en guardia extendiendo el brazo derecho hacia delante de la lanza, en forma horizontal y paralela al suelo a la altura de la cintura.
- Cuarta posición o ataque. El soldado levanta la lanza horizontalmente sobre su hombro derecho. Esta posición permitía no lastimar a los compañeros de entrenamiento.
Todos estos cambios de posición se ordenaban a través de sonidos musicales, generalmente sonidos de trompeta. Por otro la intendencia era individual. ¿Qué queremos decir? Cada soldado tenía que llevar sus propias provisiones. Además, cada uno llevaba sus ilotas esclavas. La dieta típica consistía en carne salada, queso de cebada, cebolla y vino.
Hay que imaginarse la magnitud de la retaguardia griega. Hemos dicho que cada falange constaba de cien soldados. A esto hay que sumar cien ilotas. Esto considerando que solo participase una falange. Además, hay que añadir el equipamiento médico, los éforos que eran magistrados, artesanos y adivinos. En total había más gente en la retaguardia que en el frente de guerra.
Antes de entrar en batalla el cacique, Rey o representante sacrificaba un cabrito a la vista de su adversario. Durante el sacrificio se tocaba música con flautas. Luego, un adivino explicaba cómo se desarrollaría la guerra. Conocido el presagio se reunían para planificar la estrategia y el ejército se lanzaba al combate al son de flautas y trompetas. Sobre las tácticas y maniobras griegas escribió Tucidodes:
«Todos los ejércitos maniobran de esta manera: cuando llega el momento del encuentro tienden a moverse hacia su ala derecha y ambas formaciones desbordan con el ala derecha la izquierda enemiga; esto sucede porque cada soldado, por miedo, trata de cubrir lo más posible su costado descubierto con la excusa del hombre que se alinea a su derecha y piensa que la unión apretada de una formación bien cerrada constituye la máxima protección; y el primer responsable de este desplazamiento es el jefe de la fila de la derecha, deseoso de mantener siempre alejada del enemigo la parte descubierta de su cuerpo, y los demás le siguen por el mismo miedo».
Reclutamiento de hombres
¿Cómo hicieron los griegos el reclutamiento? Antes del 495 a.C. eran los phylae, tribus que aportaban un total de 1.000 soldados. Había diez phylae, por lo que el ejército griego estaba formado por 10.000 soldados. Posteriormente, se pidió a todos los ciudadanos que formaran parte del ejército.
Los de mayor rango eran los pentacosiamedimnos. Era la clase rica. Por su condición social, contribuían a los generales del ejército, a quienes se les llamaba strategos. El siguiente grado era aquel en el que el ciudadano podía tener un caballo. Estos formaban parte de la caballería y eran conocidos como hipocis. Los de tercer grado eran los que formaban las falanges. Eran conocidos como zeugitas. Estos estaban obligados a pagar la armadura y mantener una ilota. Finalmente, en cuarto grado estaban los testas. Eran los ciudadanos más pobres y se veían obligados a alquilar sus servicios a otro a cambio de un salario.
Mientras los hoplitas iban a la guerra, la caballería esperaba
La caballería griega no tenía funciones de guerra. Su papel era auxiliar. Se dedicaban a la exploración y protección de las tropas de infantería. Mientras los hoplitas iban a la guerra, la caballería esperaba. Su actuación crucial ocurrió al final de la batalla, persiguiendo a los enemigos que se retiraban.
Los oficiales que capitaneaban las naves griegas se llamaban trierarcas. Estos tenían la obligación de pagar e instalar los aparejos, llevar el mantenimiento y cualquier reparación. Luego había el piloto. Esta persona tenía conocimientos marineros y era el que capitaneaba la nave y los tripulantes. Normalmente los remeros formaban parte del cuarto grado, los thetes. Se necesitaban 200 thetes por cada embarcación. El sueldo oscilaba entre los tres óbolos a un dracma.
La táctica de la marina griega era embestir el flanco de los navíos enemigos. En primer lugar, rompían y envolvían la escuadra enemiga para sembrar la confusión. Otra táctica era llegar a la altura del barco enemigo, se retiraban los remos y con el espolón de proa se rompía el barco enemigo.