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Recreación del Templo de Salomón en tiempos bíblicos

Israel y la reconstrucción del Tercer Templo de Salomón

¿Qué sucedería si se tratara de reconstruir el antiguo templo judío? El futuro del Estado de Israel sería convertirse en una 'República Judía de Israel'

El sionismo logró su gran objetivo tras la salida de los británicos del Mandato de Palestina con la creación del Estado de Israel, el Estado judío. Sin embargo, ciertos sectores especialmente sueñan con reconstruir el Templo de Salomón en lo que sería la tercera versión de este lugar de culto.

Aparte del natural problema que significaría remover el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, que provocaría una guerra contra Israel que asolaría incluso Occidente, el gran peligro de establecer este tercer templo sería contra el propio Judaísmo moderno y el propio Estado de Israel.

Los romanos destruyeron el Templo en el año 70, cuando tropas a manos de Tito rindieron el santuario y lo demolieron, aunque la «guerra judía» seguiría unos años más hasta la caída de Masada en el año 73. Sin embargo, en este contexto será Yohanan Ben Zakai, desde su academia en Yavneh, el que reconfigurará al judaísmo para que pudiera sobrevivir sin el Templo, estableciendo nuevas normas y poniendo la Torah (el libro sagrado de los judíos) y sus mandatos en el centro del culto en vez del templo ya desaparecido.

Esto hizo que rápidamente la facción superviviente, los fariseos y rabinos, se impusiera como la visión central del judaísmo y empezaran a poner por escrito sus tradiciones recogiéndolas en la Mishná, Guemará y en diferentes Baraitas inaugurando la época de los «Tanaim», que darían a luz el Talmud y diferentes elementos culturales e interpretaciones que se transformarían en el judaísmo que todos conocemos y en sus diferentes matices.

La modificación rabínica hizo que las fiestas cambiasen: en Pesaj ya no se sacrificaban corderos, no se hacían las ofrendas en la fiesta de Bikurim (Shavuot), los diezmos al Templo se cancelaron y todas las normas y fiestas que tuviesen como eje central el templo o estuvieran condicionadas a este lugar sagrado… Al dejar de existir fueron modificadas.

La Mezquita de Al Aqsa se encuentra donde antiguamente se alzaba el Templo de Salomón

La reconstrucción del Templo implicaría que los rabinos y los tribunales rabínicos deberían quedar supeditados al Templo y al clero, los levitas de la tribu de Aarón (que no existen ya como tribu). Habría que reconstruir entonces esta casta sacerdotal de alguna manera; una vez reconstruida, estos sacerdotes tendrían un fuero especial y se dedicarían exclusivamente al servicio religioso con limitaciones de vestimenta, alimenticias… Sería una casta separada y superior que dominaría sobre el resto de rabinos.

Obviamente, en interés de los sacerdotes, el poder de los rabinos y sus gobiernos sobre las comunidades sería absorbido por ellos y, desde esta casta, rápidamente tomarían el control no solo de las fiestas, volviendo a llevarlas a cabo, tal cual están escritas en la Torah, sino que el Talmud (un documento eminentemente rabínico) sería una molestia para estos sacerdotes, ya que el eje central es el grupo rabínico y no sacerdotal. Lo más normal es que los nuevos Cohanim llevasen a cabo una reforma de corte puritana.

Al mismo tiempo, ¿estaría la sociedad israelí dispuesta a tener un Templo reconstruido con sacrificios animales constantes, además de las ofrendas de productos de la tierra e incienso? Estas prácticas restarían todo el poder a los rabinos y sus centros de estudios. ¿Cuál sería el eje central de la fe judía en este momento, la Torah y la sinagoga como en los últimos dos mil años o el servicio religioso desde el templo con sus centros adscritos?

Sin contar con el poder político derivado de semejante reconstrucción del Templo, sería volver al siglo I y a sus luchas entre los judíos helenizados y los judíos nacionalistas. Con el tiempo y la capacidad de influencia del Templo y su Sanedrín, con su influencia social, una vez desplazada paulatinamente la de los rabinos, reconvertidos en meros representantes del Templo en vez de ser los líderes y guías de las comunidades, la lucha política sería la segunda etapa: establecer un gobierno judío.

La lucha entre el Knesset y el gobierno contra el poder del Templo podría augurar un futuro parecido al de la revolución de Jomeini en Irán: la influencia social podría provocar una revolución judía religiosa y dar un giro al Estado si de la reconstrucción del templo sale (que saldrá) un líder religioso y carismático lo suficientemente fuerte como para plantar cara al Gobierno israelí, derrocarlo y reconvertir el estado en un país totalmente regido por normas religiosas.

Si la pretensión es reconstruir el templo como mero monumento nacionalista y colocar a poco menos que unos actores a hacer un papel, la guerra que vendría no tendría sentido. Pero si es para dotar al templo de un cuerpo religioso de corte sacerdotal y separado, como dice la Torah y como existió desde los tiempos de Salomón y más tarde Esdras, con la reconstrucción del Templo hasta la destrucción por Tito, el futuro del Estado de Israel sería convertirse en una República Judía de Israel al más puro estilo iraní, ya que la monarquía sería imposible al no existir dinastía davídica, hasmonea o la tan odiada dinastía herodiana.