¿Cuál es el origen y la importancia del turismo en España?
Los bajos precios y la estabilidad política del régimen de Franco proporcionaban un lugar perfecto de ocio y descanso a las clases trabajadoras de la Europa occidental
Una de las mayores novedades de España fue la aparición del turismo. Aunque ya existía desde el periodo de entreguerras en San Sebastián y Santander, era un fenómeno exclusivo de las clases altas. Sin embargo, desde que los regímenes fascistas y comunistas lo generalizaron a toda la sociedad, después de la Segunda Guerra Mundial, también serán las democracias de Europa occidental, las que mantengan aquellas conquistas sociales. Las vacaciones de los trabajadores masificaron un turismo que buscaba lugares de sol y playa, ausentes de la Europa septentrional. Los bajos precios y la estabilidad política del régimen de Franco proporcionaban un lugar perfecto de ocio y descanso a las clases trabajadoras de la Europa occidental. Las campañas del entonces ministro Manuel Fraga Iribarne, promocionaron un turismo que tuvo como punta de lanza a la ciudad de Benidorm. Gracias a la promoción de su alcalde Pedro Zaragoza, del cual se cumple este años el centenario de su nacimiento, a través del Festival de la canción, donde triunfo Julio Iglesias, los viajes de luna de miel de los españoles y la llegada masiva del turismo extranjero, se convirtió en el modelo a imitar en todo el mediterráneo español.
El fenómeno del turismo tuvo un efecto masificador y su fuerte demanda provocó la necesidad de instalaciones hoteleras, y de todo tipo de actividades de ocio y deporte para los visitantes de nuestro país. Las cadenas hoteleras extranjeras buscaron su acomodo en la larguísima costa española, y pronto la construcción se convirtió en uno de los puntales del crecimiento económico español junto al efecto del turismo, verdadero oro blanco, que fue alimentado por el creciente interés por los aspectos más endógenos de la cultura española, como la tauromaquia o el folklore popular. La presencia de numerosas estrellas de cine estadounidense, también ayudaron a visualizar internacionalmente una España «diferente» donde cualquier europeo podía costearse unas vacaciones en unas instalaciones de última generación, y donde el sol y la playa estaban garantizados por la buena climatología imperante en España. En 1963 se creó la Medalla al Mérito Turístico, que se daba a personas relevantes que hubiesen promocionado España en cualquier esfera. Entre los más destacados fueron el matador de toros, Manuel Benítez «El cordobés» y el artista internacional, Salvador Dalí.
Un incremento en la hostelería
En 1955 existían 1.836 hoteles, sumando desde los considerados de lujo hasta las pensiones de segunda; en 1959, habían aumentado a 2.414; en 1964, los hoteles eran 5.915; en 1969, en plena fiebre alcista, ya eran 7.496; y en 1975, ya habían alcanzado la cifra de 9.518 hoteles. A su vez el número de habitaciones hoteleras habían pasado de 65.766, en 1955; a 430.353, en 1975. Del mismo modo, se completaba con 400.000 apartamentos y 130.000 plazas de campings. La gran red hotelera se hacía pequeña ante la fuerte demanda procedente de nuestras fronteras. En 1955, habían llegado 1.383.359 extranjeros; en 1958, llegaron a 2.451.823; en 1964, se había llegado a la cifra de 10.506.675 de turistas; en 1969, el número de visitantes extranjeros llegaba a 18.878.820; en 1975 los turistas eran 27.359.337 y en el 2021 culminamos con 31,1 millones de turistas extranjeros, un verdadero maná económico.
Esta masa ingente de visitantes deseosos de conocer España, llegaron por todos los medios de locomoción conocidos. El barco resultaba caro, hasta que se inició un uso masivo de los cruceros. En cuanto al tren de la época, aunque multiplicó su comunicación, el cambio de vías en la frontera causaba que no fuese muy solicitado desde el extranjero, algo que cambiará radicalmente con el AVE. Con respecto a la carretera, la buena red de carreteras imperante en la Europa occidental favoreció que muchos de sus habitantes decidiesen viajar por sus propios medios o en autobús de línea a España. Sin embargo, obligó a nuestro país a invertir en la construcción de una importante red de carreteras que uniese a las capitales de provincia entre sí.
Famosos por España
Sobre la nacionalidad de nuestros visitantes, se fue ampliando a la totalidad de los países europeos occidentales, incrementándose la representación de otros continentes. Las principales visitas, por su cercanía y nivel de vida, fueron hegemonizadas en su origen por los europeos occidentales. Si en 1960, habían visitado nuestro país 6 millones de personas, diez años después lo habían hecho ya 24 millones de turistas, la multiplicación se había hecho por cuatro. La presencia de famosas actrices como Ava Gardner, y Rita Hayworth, quienes además consumían moda española, ayudaron a poner a España como lugar turístico de carácter mundial. El escritor Ernest Hemingway prefería descubrir el interior de España, donde en las fiestas sanfermineras de Pamplona, su alcoholismo pasaba desapercibido.
A nivel económico, los ingresos procedentes del turismo se convirtieron en fundamentales. En 1960 los ingresos en divisas fueron de 297 millones de dólares, pero en 1970 habían subido a 1.680 millones de dólares. En 2021 alcanzaron los 29.000 millones de euros. Si queremos ver la importancia que tenía el turismo en nuestra economía, en su momento inicial, el informe económico de 1975, efectuado por el Banco de Bilbao puede ayudarnos a descubrir su importancia. Esencialmente si nos damos cuenta de que, con el fuerte crecimiento económico, la importación de materias primas, hidrocarburos, maquinaria moderna y tecnología de vanguardia elevaba enormemente el balance negativo de la Balanza de Pagos española, agotando nuestra reserva de divisas. Por esta razón, el ingreso recibido por el turismo, junto al exportador procedente del nuevo tejido industrial realizado en el periodo desarrollista, sustituyó con creces a los ingresos procedentes de la emigración de los años cuarenta y cincuenta, que había iniciado su retorno a España. La necesaria innovación tecnológica de las empresas y los servicios sociales del estado de bienestar instaurado en el franquismo se pagó con las divisas procedentes del oro blanco del turismo masivo de sol y playa.