12 de julio de 1922: se advierte del germen de la ideología nazi

Las consecuencias políticas del asesinato de Rathenau era de mucha más importancia de lo que podían suponer los que observaban desde el extranjero las cosas de Alemania, explicaba El Debate e informaba de la devaluación del marco, de la desconfianza con la que los Gobiernos de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos miraban la política interior de Alemania pero, sobre todo, del germen de las ideas que adoptaría el nazismo.

«Pero, durante los ocho últimos meses la fiebre nacionalista ha alcanzado proporciones desastrosas. Una corriente llamada 'movimiento de la raza alemana' está haciendo estragos en la juventud protestante», comunicaba alarmado el periódico. Y apuntaba que «la ideología de ese 'movimiento'» era «de poca substancia, pero su fuerza» era «terrible». Su doctrina se reducía a la creencia de la superioridad de la raza indogermana y en su predestinación a la hegemonía universal y su objetivo último era el de «exaltar la misión de la raza, conservar su pureza y fomentar sus antiguos ideales».

El Debate advertía de que este ideario era «francamente xenófobo, mostrando especial aversión a los judíos» a quienes negaba el derecho de ciudadanía. Con cierta inquietud, el periódico quería avisar de la realidad que se estaba viviendo en Alemania y dar a conocer los peligros de este «movimiento». Por otro lado, también especificaba de que el «primer resultado del asesinato de Rathenau fue la reconciliación de los socialistas moderados con los independientes, volviendo a formar un partido único» que tendría representación en el Gobierno.

Para finalizar, sentenciaba que aquel era «el futuro de las necias campañas de los nacionalistas» donde «toda Alemania tendrá que pagar por ello».