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La primera dama argentina María Eva Duarte de Perón, conocida como «Evita», saluda a la multitud en un acto en Buenos Aires©GTRESONLINE

70º aniversario

Eva Perón, la reina de los descamisados

Estaba convencida de que el proyecto político de su marido Perón de una «Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana» era posible y luchó por ello

Evita Perón nació en el año 1919 en un pequeño pueblo de la pampa argentina, Los Toldos, esa pampa que Ortega y Gasset definió como «promesa que siempre promete».

La pampa marcó a Evita haciéndola indómita como un gaucho. Rompió los convencionalismos y combatió el egoísmo de los privilegiados apoyando a los más humildes. Tuvo una opción preferencial por los pobres pero sin ser clasista. Fue bautizada con el nombre de María Eva Duarte, sus padres no estaban casados. Juan Duarte murió en 1925 dejando a su mujer y a sus cinco pequeños hijos –la menor Evita– en el desamparo más absoluto. Juana, la madre, trabajando duro como costurera logra mantenerlos y educarlos.

Eva Perón, esposa del presidente argentino, realiza una transmisión mundial en apoyo de su Carta de la Vejez en Buenos Aires, Argentina, en noviembre de 1948©GTRESONLINE

Evita comienza a manifestar su vocación artística y viaja a Buenos Aires, la gran ciudad cosmopolita, en donde se instala a partir de 1934. Trabaja asiduamente en la radio e interviene en algunas películas. En 1943 fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina, sindicato del que fue elegida presidenta. En 1944, en un acto solidario con las víctimas del terremoto de San Juan, conoció y se ennovió con el entonces coronel Juan D. Perón, secretario de Trabajo y Previsión, con quien se casa en diciembre de 1945.

El peronismo no enaltece al Estado sino a la comunidad, donde están vigentes los valores, no en la sociedad cuyo corazón, al decir de Marx, es el negocio

Participó activamente en la campaña electoral de su marido en 1946, siendo la primera política argentina en hacerlo. Estaba convencida de que el proyecto político de Perón de una «Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana» era posible y luchó por ello. Creía en la representación política rompiendo el monopolio de los partidos y dándosela también a las organizaciones sociales: sindicatos, cámaras, cooperativas… El peronismo no enaltece al Estado sino a la comunidad, donde están vigentes los valores, no en la sociedad cuyo corazón, al decir de Marx, es el negocio.

El mito de Eva Perón

Fue primera dama durante la presidencia de Juan Domingo Perón entre 1945 y 1952. Evita logró que la mujer argentina fuera la primera que votara en la América hispana. El voto femenino es un logro suyo. En 1947 defendió la Ley de sufragio femenino; después buscó la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad en la Constitución de 1949.

En 1948 creó la Fundación Eva Perón, que construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo de los trabajadores creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, becó estudiantes y repartió ayudas para la vivienda. Fue declarada «Jefa Espiritual de la Nación» cuando muere, de cáncer, a los 33 años, el 26 de julio de 1952. Es un mito fundador de los argentinos. El padre Hernán Benítez, confesor de Eva, recalcó: «Ella caminaba en el sendero de Dios». La dictadura cívico-militar autodenominada «Revolución Libertadora» secuestró y profanó su cadáver en 1955, ocultándolo durante dieciséis años. Pero el mito fue más fuerte y Evita renació en canciones, películas y musicales.

Evita, saluda junto a su marido, el presidente Juan Perón, desde el balcón de la Casa Rosada, la casa de gobierno, durante un evento que marca el Día de la Lealtad en Buenos Aires, Argentina©GTRESONLINE

No fue una mujer florero sino una mujer dura que combatió a sus enemigos y protegió a sus descamisados. El filósofo Alberto Buela cuenta una anécdota definitoria: «Desde el automóvil que la conduce a una recepción de gala, Evita ve una anciana llorando en la puerta de un Banco. Baja, habla con ella y entra al Banco preguntando: «Señores, ¿Quién de ustedes fue el hijo de puta que le dijo a esta señora `vuelva mañana'?».

Escribió un libro llamado La razón de mi vida, entre los años 1949 y 1951. El texto está centrado en Perón y el apoyo a su proyecto político, económico y social. Y alrededor de él giran tres grandes categorías: los trabajadores, los humildes y las mujeres. También firmó otra obra, Mi mensaje.

Todo ello en vistas al logro de la «justicia social». Y esto lo hace notar expresamente Evita cuando, al comienzo de su obra, escribe: «Así como algunas personas tienen una especial disposición del espíritu para sentir la belleza, más intensamente que los demás, y son por eso poetas o pintores o músicos, yo tengo, y he nacido con una particular disposición del espíritu que me hace sentir la injusticia de manera especial, con una rara y dolorosa intensidad».

El peronismo, Perón y Evita, manejaban otro sentido de democracia diferente a la versión habitual. Sus sucesores de hoy están lejos de esa ideología y su acción política demuestra un desconocimiento de la doctrina peronista que Evita defendía, que ahora articulan a favor de sus convenientes intereses personales.