Fundado en 1910

Juan De La CiervaGTRES

Juan de la Cierva, el padre de la aviación española vilipendiado injustamente por las leyes de memoria

Franco y el inventor nunca llegaron a conocerse, ni tendrán oportunidad, ni mucho menos de mostrar simpatía u oposición como hicieron con Miguel Primo de Rivera

Juan de la Cierva junto a Emilio Herrera, representan dos de los principales investigadores de la aviación española. Ambos tuvieron trayectorias paralelas que se cruzaron en beneficio de España. Cuando el 12 de octubre de 1928 se creó la Escuela Superior Aerotécnica para la formación de ingenieros y técnicos aeronáuticos, ambos formaban parte del equipo fundador. Cuando el gobierno de la República reconoció la labor y los éxitos profesionales de ambos en el ámbito de la aeronáutica, a propuesta de un numeroso grupo de científicos e ingenieros, se le concedió el título de ingeniero aeronáutico por méritos (18 de junio de 1931), junto a Leonardo Torres Quevedo. Emilio Herrera fue el inventor del primer traje espacial, siguiendo una estela prestigiosa de inventores como fueron Isaac Peral con el submarino, Torres Quevedo con el funicular o Alejandro Goicoechea con el tren articulado. Entre ellos formará cohorte heroica del saber Juan de la Cierva, con su autogiro, precursor del actual helicóptero. Sus méritos sufren hoy el acoso de las sectarias leyes de memoria, con una presión para que no se ponga su nombre al aeropuerto de Murcia que ha sentado mal en la región.

Sin embargo, Emilio Herrera ha recibido muchos homenajes por su trayectoria favorable a la República y su compromiso político con el exilio de este signo, sin que haya sido vetado por ningún partido político, al reconocérsele su talento científico. Por el contrario, su amigo Juan de la Cierva es repudiado exclusivamente por las simpatías monárquicas de su familia. El vilipendiado ingeniero nació en Murcia en 1895, hijo del político conservador Juan de la Cierva Peñafiel, quien ocupó varios cargos ministeriales durante el reinado de Alfonso XIII, y que cuando estalle la Guerra Civil deberá refugiarse en la delegación diplomática noruega, por las amenazas de asesinato, donde morirá en 1938.

Juan de la Cierva, por tanto, creció y se educó en una familia influyente, demostrando pronto su excelencia académica, y su profunda atracción por las matemáticas. Su querencia hacia la aviación le hará no seguir el camino de las leyes, de sus ancestros familiares y optar por estudiar Ingeniería de Caminos para desarrollar su vocación por la aviación. En su tiempo libre diseñó prototipos de aeroplanos junto a su hermano Ricardo y su amigo José Barcala. No obstante, por obediencia a su padre tuvo que representar a Murcia como diputado conservador en 1919. Durante el periodo de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, que nunca contó con el apoyo político de la familia la Cierva, el joven Juan, recién casado con María Luisa Gómez-Acebo, pudo desplegar su talento en materializar algunos de sus sueños.

En 1920 apareció su primer autogiro, el C1, con dos rotores superpuestos que giraban en direcciones opuestas. Los fracasos y las necesarias rectificaciones no le desanimaron y el 10 de enero de 1923, el C4, efectuó su vuelo con éxito. A partir de entonces, el apoyo financiero y la construcción corrieron por parte de la aviación militar. En 1925, un grupo británico le ofreció su apoyo para construir el modelo en Gran Bretaña. Desde Italia se interesaron por su compra, desde luego también en España, y su vuelo sobre el canal de la Mancha, introdujo su invento en los salones de alta sociedad. Por la relevancia de su invento la Federación Aeronáutica Internacional, le concedió la Gran Medalla de Oro, en 1932. Su trabajo estuvo centrado exclusivamente en adaptar su invento, a las demandas de sus clientes, iniciando nuevos autogiros, con cinco asientos o incluso diseñando un pequeño monoplaza.

Autogiro Pitcairn PCA-2, construido en los Estados Unidos bajo licencia de Juan de la Cierva

Su vida transcurría en Gran Bretaña, alejado de las vicisitudes que se desarrollaban en España. A punto de trasladarse pasar las vacaciones en Santander, se producía el inicio de la Guerra Civil el 18 de julio de 1936. Su padre, antiguo político prominente durante la monarquía, se refugió en la Delegación noruega, por ser su hermano Ricardo, abogado de la Delegación. Sin embargo, cuando su hermano estaba en el aeropuerto de Madrid con su familia a punto de abandonar España, fue detenido personalmente por el director general de Seguridad, Manuel Muñoz, siendo encarcelado y asesinado posteriormente en las matanzas de Paracuellos.

Juan de la Cierva fue testigo a distancia de la persecución de sus familiares cercanos, tuvo contacto con Alfonso XIII y sus hijos, también con amigos de simpatías monárquicas, como el corresponsal de ABC en Londres Luis Antonio Bolín, y el banquero Juan March. Estos dos últimos alquilaron un modelo de avioneta, tras consultar con el ingeniero murciano, de cuál sería el mejor prototipo para un largo viaje de placer que iba hacer Bolín con unos amigos. El avión sería finalmente el que llevó al general Franco, recién sumado a la conspiración, al protectorado de Marruecos. El futuro mandatario español y el inventor nunca llegaron a conocerse, ni tendrán oportunidad, ni mucho menos de mostrar simpatía u oposición como hicieron con Miguel Primo de Rivera. El 9 de diciembre de 1936 Juan de la Cierva pereció en un accidente aéreo en el aeropuerto de Croydon.