La huelga de tranvías de 1951: ir a pie fue un acto en contra del franquismo
Desde enero a junio de 1951 los accidentes relacionados con el tranvía causaron en Barcelona 21 muertos y 491 heridos
Lo que hizo estallar la huelga de tranvías de Barcelona en el año 1951 fue una pequeña historia, pero fue la gota que colmaba el vaso. Esta huelga, aunque se centralizó en Barcelona, tuvo diferentes focos en diversas poblaciones catalanas. El precio del billete sencillo aumentó de 50 a 70 céntimos. A esto hay que añadir el mal estado de los tranvías. La grave situación económica y la subida de precios hizo estallar la paciencia de los ciudadanos.
Tengamos en cuenta algo: si en Barcelona el precio del billete era de 70 céntimos, en Madrid era de 30 céntimos. Muchos atribuyeron ese aumento y diferencia de precios a la antipatía que el régimen tenía contra Cataluña. En contrapartida, los tranvías funcionaban mal y eran inseguros. Todo lo contrario sucedía en Madrid. Desde enero a junio de 1951 los accidentes relacionados con el tranvía causaron en Barcelona 21 muertos y 491 heridos. Por tanto, se tenía que solucionar esta situación.
El 8 de febrero de 1951 se repartió por toda Barcelona una octavilla donde se pedía el boicot contra los tranvías a partir del 1 de marzo. El 24 de febrero empezaron los actos vandálicos. Un grupo de personas arrojaron piedras a los cristales de los tranvías. Tal y como decía la octavilla el boicot fue general y ese 1 de marzo circularon vacíos. Algunas personas quisieron manifestarse, pero la policía les disolvió. Al día siguiente siguió el boicot. El 3 de marzo los presidentes de las principales entidades económicas de Barcelona pidieron que la tarifa volviera a los 50 céntimos.
Tal y como decía la octavilla el boicot fue general y ese 1 de marzo circularon vacíos
El 5 de marzo jugaba el Barça contra el Athletic de Madrid -el resultado fue 1-0. Nadie cogió el tranvía para ir a ver el partido. Y ese mismo día los obreros, estudiantes y Falange se pusieron en contra del gobernador civil y se añadieron a la huelga. Las protestas dieron sus frutos y el 6 de marzo la tarifa se rebajó a los 50 céntimos. Sin embargo, los impulsores de la huelga convocaron otra en contra de la carestía de la vida, para el día 12 de marzo. Esa fue la primera huelga general que sufrió el régimen de Franco. Barcelona se paralizó durante 24 horas y la policía actuó con contundencia.
Al día siguiente la huelga quedó reducida en el cinturón industrial barcelonés, en Terrassa y en Manresa. El 14 de marzo la huelga fue más escasa y quedó sofocada el 15 de marzo de 1951. El periódico La Vanguardia, el 16 de marzo de 1951 publicaba…
«Los hechos, es decir, los sucesos que tomó Barcelona en los primeros días de la presente semana, sobre todo el lunes, llevaban una impronta tan característica, tan acusada e inconfundible que, aun sin otros elementos de juicio –que los hay, y bien fehacientes– pedimos afirmar de modo incontestable que la conjura había sido urdida por elementos rojos y canalizada la algarada –por lo menos esa fue la intención– por agentes y elementos resellados con la hoz y el martillo, cualesquiera que fuesen quienes integrasen la masa de alborotadores, huelguistas y manifestante.
«Quiere el comunismo internacional sumirnos en un clima, de intranquilidad: está en su papel y en su cometido. Esa prensa y esas radios que babean dislates e improperios, que agitan la charca antiespañola e inventan patrañas, cumplen asimismo con su triste misión. Agruparnos, estrechando las filas cívicas en torno a los principios esenciales de la Cruzada, sintiéndonos, a ejemplo del Jefe de la nación y del Estado, fuertes y serenos, impávidos y siempre preparados para repeler las maniobras de cualquier clase y entidad que sean, es nuestro deber indeclinable. Y a él nos entregamos sin mayores aspavientos, sabiendo diáfanamente lo que está en juego, arma al brazo en todas las trincheras, caminos y encrucijadas».
La huelga general tuvo una mayor incidencia en Barcelona, Terrassa y Mataró. Menor incidencia hubo en Igualada, Granollers, Vilafranca del Penedès, Vilanova y la Geltrú y Sabadell.
Se considera esta huelga de tranvías como la última batalla de la generación que perdió la guerra
¿Sirvió para algo la huelga? Como hemos dicho el precio del billete sencillo volvió a su precio. Pero hubo más. Se suprimió la cartilla de racionamiento y se terminaron algunas restricciones de alimentos. Además, algunas empresas no descontaron del sueldo en los días de huelga.
En contrapartida dimitió el alcalde de Barcelona, José María Albert i Despujol, se destituyó al gobernador civil, Eduardo Baeza Alegría, al inspector general de la Policía armada y otros cargos policiales y sindicales. Se detuvo, como instigadores a 50 militantes de la CNT y 26 del PSUC. Los miembros del PSUC detenidos fueron Gregorio López Raimundo, José Raventós López, Juan Ministral Balagué, Juan Payés Moret, José María Nebot Queralt, Jacinto García Alberola, Felisa Girbau Arro, Domingo Oliveras Roda, Antonio Ara Flor, Ricardo Caner Roselló, Carlos Fernández López, José Baeza Mengual, Félix Valero Lozano, Juan Pellicer Botet, Juan Lluch Navarro, Miguel Canales Planell, Juan Fabré Miquel, Ramón Martínez Abad, Miguel Montaner Salom, José Ruiz Martínez Manuel Donguez, Eduardo Martínez Moliner y José Triado Moret. Todos ellos fueron juzgados en el mes de julio de 1952 y sólo los cinco últimos fueron absueltos. El resto fueron condenados a penas de prisión entre 4 a seis meses y un día.
Se considera esta huelga de tranvías como la última batalla de la generación que perdió la guerra. Aunque hacía once años de la finalización de la guerra civil y el sistema represivo todavía era férreo, el franquismo se dio cuenta de que no todo el mundo era favorable a él. Podemos considerar la huelga como la primera manifestación masiva contra el franquismo.