Fundado en 1910

Templo de Debod, en MadridArchivo Comunidad de Madrid

De Alejandría a Madrid: cómo el Templo de Debod fue transportado bloque por bloque a la capital

En 1970 cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas que contenían las piedras de Debod a Madrid desde el puerto de Valencia después de haber viajado por el Mediterráneo desde Alejandría y recorrer también el Nilo

«Estas piedras resistirán cien o mil años», dijo el entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, cuando se inauguró el monumento. Hace cinco décadas que las piedras del Templo de Debod se instaló en el Parque del Cuartel de la Montaña, cerca de la Plaza de España para convertirse en uno de los pocos testimonios arqueológicos del Antiguo Egipto que pueden verse completos fuera de su lugar de origen.

Con más de 2.000 años de antigüedad, el Templo de Debod se ha convertido en uno de los símbolos y reclamo turístico de la capital con sus impresionantes atardeceres. Este santuario dedicado al dios Amón fue construido en el año 200 a. C en la Baja Nubia, y ofrecido al Gobierno de España en 1970 en agradecimiento por su colaboración en el rescate del templo de Abu. Pero vayamos por partes en esta aventura que supuso su llegada y construcción en Madrid.

Construcción y posterior abandono

La capilla fue erigida originalmente por Adijalamani, monarca del reino nubio de Meroe a principios del siglo II a. C., quien dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis. La capilla se decoró con diversos relieves y más tarde reyes posteriores de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original. Y tras la anexión de Egipto al Imperio romano, los emperadores Augusto y Tiberio culminaron la construcción y decoración del edificio.

Litografía del Templo de Debod realizada por David Roberts, 2 de noviembre de 1838

En el siglo VI, tras la conversión de Nubia al cristianismo, el templo fue cerrado y abandonado. El paso del tiempo fue haciendo estragos en el conjunto haciendo que la erosión y un terremoto en la zona en el año 1868 lo dejase en un estado casi en ruinas.

Inundación de la región de Asuán

A mediados del siglo XX, una inundación azotó durante nueve meses la región de Asuán, lugar donde se encontraban numerosos tesoros históricos y de gran importancia de Egipto. A finales de la década de 1950, al conocerse los planes de la construcción de una presa que agravaría las condiciones de conservación de gran parte del patrimonio arqueológico de Nubia, la UNESCO organizó un proyecto de colaboración internacional para salvar y estudiar los bienes culturales que quedaría sepultado por el agua.

Aquí es donde entra en escena España con un comité dirigido por el profesor Martín Almagro Bash, cuyo equipo de excavación se centró en diversos yacimientos de la Nubia sudanesa y egipcia a través de siete campañas. Como resultado de su trabajo, se publicaron ocho volúmenes de memorias. Además de los éxitos arqueológicos, España facilitó medio millón de dólares para salvar los templos de Abu Simbel y de Filé.

El Templo de Debod hacia 1862, con la fachada principal derrumbada

Como recompensa, el Gobierno egipcio donó cuatro templos de la zona a los países que participaron en el programa de salvamento: Taffa, que acabaría en un museo de Países Bajos, Dendur (EEUU), Ellesiya (Italia) y Debod, el más grande y codiciado.

El traslado bloque a bloque del templo

Así, en 1970 cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas que contenían las piedras de Debod a Madrid desde el puerto de Valencia después de haber viajado por el Mediterráneo desde Alejandría y recorrer también el Nilo.

De esta manera, poco a poco y pieza por pieza fueron llegando a su destino final, aunque otras ciudades como Elche, Almería y Barcelona optaron para ser paisaje del templo egipcio. Al final, los gastos de transporte –alrededor de unos diez millones de pesetas– fueron abonados íntegramente por el Ayuntamiento de la capital.

Reconstrucción del Templo de DebodMartín Santos Yubero / Comunidad de Madrid

El espacio escogido para ser el nuevo hogar del santuario fue el Parque del Cuartel de la Montaña, importante escenario del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 que sería el pistoletazo de salida de la guerra civil que tanto hizo sangrar al país. Orientados solo con un plano y un croquis de los alzados con una numeración de la ubicación de cada uno de los bloques de los cuales cien habían perdido su numeración y otros cuatrocientos tenían una signatura incorrecta reconstruyeron el templo egipcio casi dos años más tarde.

«Nosotros pacientemente tuvimos que ir interpretando las signaturas y subsanando algunos errores pues había bloques que tenían la misma referencia topográfica y fue preciso averiguar pacientemente cual era su verdadero sitio», explicaba Martín Almagro.

Polémica en la conservación del templo

Sin embargo, las inclemencias meteorológicas y la conservación de este patrimonio ha sido uno de los debates recurrentes en la política madrileña. Una de las condiciones que se establecieron para la donación del monumento fue que «bajo ninguna circunstancia» debería estar «expuesto al aire libre» sino que debería «ser alojado en un edificio especialmente construido o reformado para ese propósito».

En 2002, el Ayuntamiento de Madrid tanteó la hipótesis de enterrar el templo dentro de un museo subterráneo para frenar el deterioro que causa la climatología y que afecta sobre todo a los relieves. Cinco años más tarde, la UNESCO de la Comunidad de Madrid propuso que se cubriera con una cúpula para evitar ese deterioro. Sin embargo, el templo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008, continúo a la intemperie haciendo que su estado empeorase de forma crítica empeorase haciendo que el Ayuntamiento de la capital se viese obligada a decretar su cierre hasta su reapertura en 2017.

Templo de Debod al atardecerGTRES

En 2020 el arqueólogo y exministro de Antigüedades de Egipto demandó una mayor protección recordando que Egipto donó el edifico con la condición de que estuviese cubierto. Tras esta llamada de atención, Patrimonio Cultural elaboró un Plan de Conservación que determinó que el estado de conservación es es «adecuado» y no hay un riesgo de destrucción «inmediata». De esta forma, todavía podremos disfrutar del Templo de Debod como telón de fondo de los atardeceres madrileños.