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Barcos de fuego ingleses lanzados contra la Armada Española frente a Calais

Hace 100 años en El Debate

22 de septiembre de 1922: se detiene la búsqueda de un galeón de la Armada Invencible

El San Juan de Sicilia, navío que había escapado de la derrota de la Armada Invencible, explotó el 5 de noviembre de 1588

El Debate recogía un comunicado de Tobermory, Escocia, en el que se informaba de que debido al mal temporal se habían «suspendido los trabajos del salvamento que se llevaban a cabo en el galeón de la Armada Invencible, hundido en aquella bahía». Y que las operaciones se reanudarían el siguiente mes de marzo con dispositivos más «poderosos».

La leyenda cuenta que el San Juan de Sicilia, terriblemente dañado por las tormentas del Atlántico Norte y cargado con un tesoro de 30 millones de ducados de oro, atracó en el puerto de Tobermory, en la isla de Mull, Escocia. Desprovistos de suministros y de material para poder arreglar el navío, la tripulación llegó a un acuerdo con los isleños en el que estos aceptaron ayudarles con las reparaciones a cambio de que los españoles les ayudasen a luchar en una disputa interna. Sin embargo, cuando la expedición hispanoescocesa regresó victoriosa de la isla se produjeron desacuerdos en la forma del pago y tras un intenso intercambio de rehenes, los españoles zarparon a toda prisa y a los pocos minutos una gran explosión reventó y hundió el buque.

La explosión se produjo el 5 de noviembre de 1588. La versión más romántica de la leyenda explica que fue Donald McLean, uno de los rehenes que los españoles habían tomado, quien, utilizando la pólvora de la bodega, explotó el navío, llevándose por delante al barco y a los españoles que iban dentro. Pero ahora un estudio expone que la explosión fue obra del espionaje inglés y sostiene que el hundimiento fue causado por agentes ingleses que trabajaban para Sir Francis Walsingham, 'el maestro de espías'.