Cuando Simone de Beauvoir, referente feminista de Irene Montero, coqueteaba con legalizar la pederastia
Una de las ideólogas principales del llamado feminismo de género, la francesa Simone de Beauvoir, llegó a pedir el perdón públicamente para tres acusados de pederastia en 1977
Irene Montero dice que los niños pueden tener sexo «con quien quieran» si hay consentimiento
Las declaraciones de Irene Montero este miércoles en el Congreso generaron un gran revuelo. La ministra de Igualdad dijo, durante la comisión del ramo, que los niños «tienen derecho a saber que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana. Basadas, eso sí, en el consentimiento. Y eso son derechos que tienen reconocidos y que a ustedes no les gusta». Con el consentimiento por bandera, Montero desafió cualquier pensamiento racional al afirmar que los «niños» pueden decidir «tener relaciones sexuales». Sus defensores dicen que la ministra solo trataba de fomentar la educación sexual. Incluso algunos afirman que solo pretende dotar de herramientas a los niños para identificar, precisamente, a los pederastas. Otros muchos ven en sus declaraciones una puerta abierta a legalizar la pederastia. Pero este debate ya tuvo otros protagonistas hace décadas. Precisamente, uno de los referentes feministas de Irene Montero, la filósofa y escritora Simone de Beauvoir, también carga sobre su figura acusaciones de corrupción de menores y de coquetear con legalizar la pederastia.
El 9 de enero de 2018, Montero elogiaba en su cuenta de Twitter a la pensadora De Beauvoir por el aniversario de su nacimiento. «Con su ejemplo y el de las que vinieron antes construimos hoy la revolución de las mujeres, reinventándonos y haciéndonos protagonistas de nuestras vidas», decía sobre la francesa.
El pasado 9 de enero, de nuevo volvía a recordar a la ideóloga del feminismo de género resaltando la importancia de su obra El segundo sexo. Pero, ¿qué pensaba Simone de Beauvoir sobre la pederastia? ¿Por qué se posa sobre ella la sombra de la pedofilia? La ideóloga firmó un manifiesto a favor de liberar a tres condenados por pederastia y mantuvo relaciones con, al menos según denuncias y testimonios directos, dos de sus alumnas menores de edad.
A pesar de que no hay constancia de que la escritora francesa hablara abiertamente o sentara cátedra en sus escritos, hay, al menos, tres episodios en la vida de Simone de Beauvoir que la comprometen en su opinión sobre la pederastia.
El primero se corresponde con el final de su carrera como docente. De 1929 a 1943, De Beauvoir trabajó como profesora de educación secundaria. En 1939, los padres de una de sus alumnas, Natalie Sorokine, denunciaron formalmente a la docente de haber seducido a su hija de 17 años. Cuatro años más tarde, esta denuncia terminaría por truncar su carrera como profesora. Así lo relata Lisa Appignanesi, una de las biógrafas de la activista feminista, en un libro publicado en 1998: «La madre de Natalie Sorokine, molesta porque su hija había rechazado al pretendiente de su preferencia, se quejó ante las autoridades de la escuela de que De Beauvoir la había conducido a un comportamiento desordenado. Simone fue acusada de 'conducta de incitación de corrupción en una menor puesta bajo su cuidado' (...). Natalie fue parte de la 'familia' (grupo de amigos de la pareja) y amante ocasional de Simone, así como su proveedora de bicicletas y provisiones del mercado negro (durante la Segunda Guerra Mundial). Sin embargo, Simone fue absuelta de los cargos», explica la escritora.
En 1994, Bianca Lamblin denunció en un libro que, con 17 años y siendo alumna de la ideóloga, sufrió «abusos» por parte de la pareja formada por Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Las acusaciones no se confrontaron porque De Beauvoir llevaba muerta 8 años.
El infame manifiesto de 1977
Uno de los episodios que más compromete a Simone de Beauvoir en sus pensamientos sobre la pederastia es el manifiesto a favor de la liberación de Bernard Dejager, Jean-Claude Gallien y Jean Burckardt. En 1977, ella y su pareja Jean-Paul Sartre, junto con un grupo de intelectuales, médicos, psicólogos y psiquiatras –entre los que se encontraba el filósofo Michel Foucault, sobre el que también pesan acusaciones de pederastia– firmaron un escrito publicado en el diario francés Le Monde. En él pedían la liberación de tres hombres detenidos cuatro años atras, en 1973, acusados de realizar actos lascivos contra chicos y chicas de 13 y 14 años. Los tres iban a ser juzgados días después, tras haber permanecido tres años en prisión.
El escrito firmado por De Beauvoir y Sartre contiene algunas afirmaciones que rozan la defensa de la pederastia. Curiosamente, al igual que en las tesis de la actual ministra de Igualdad, en el escrito también erigían el consentimiento de esos niños de 13 y 14 años como argumento en defensa de los acusados. A continuación, algunas de las afirmaciones más polémicas del manifiesto:
«Semejante tiempo en prisión preventiva para investigar un simple 'vicio', en el que los niños no han sido víctimas de la más mínima violencia, sino que al contrario manifestaron ante los magistrados que ellos habían consentido los hechos —aunque la ley actual les niega ese derecho al consentimiento—, ya puede considerarse escandaloso en sí mismo»
Tres años (de prisión) por caricias y besos son más que suficientes.
Los acusados corren el riesgo de ser condenados a una larga pena de prisión ya sea por haber tenido relaciones sexuales con menores, tanto niños como niñas, o por haber animado y fotografiado sus juegos sexuales
El consentimiento y la pedofilia
Los defensores de la ideóloga francesa mantienen que con su firma en el manifiesto no estaba apoyando la legalidad de la pederastia sino de la «libertad absoluta sobre los cuerpos». A pesar de que el manifiesto no supone una defensa abierta y explícita de la pederastia o de la pedofilia, las afirmaciones antes reproducidas legitiman las relaciones sexuales entre adultos y preadolescentes.
El manifiesto se publicó el 26 de enero, tres días antes del juicio. El 29, los acusados fueron condenados porque, a pesar de que las víctimas reconocieron su consentimiento, el jurado determinó que eran demasiado jóvenes para comprender la manipulación de los adultos. Tres días después, Le Monde puso distancia con el manifiesto que publicó días atrás y denunció la gravedad de los hechos.
Ese mismo año, de nuevo un grupo de intelectuales que contaba con De Beauvoir, Sarte y Foucalt entre sus firmas, exigieron la derogación de varios artículos de la ley sobre la edad de consentimiento, que en el nuevo Código se establecía en 15 años.
Al igual que Irene Montero, en su afán por defender una libertad sexual sobredimensionada con el consentimiento como pilar estructural, Simone de Beauvoir terminó entreabriendo su pensamiento a legalizar el sexo con menores de edad.