Entrevista a Consuelo Martínez-Sicluna y al coronel Manuel Casas
«Los indígenas eran tratados como los españoles de la Península»
El salón de actos del Instituto de Historia y Cultura militar albergará los próximos 4 y 5 de octubre un congreso en el que se reivindicará el amplio legado español y la presencia española en Norteamérica y el Caribe
«La razón de que no hayamos hecho justicia a los exploradores españoles es sencillamente porque hemos sido mal informados. Su historia no tiene paralelo… La exploración de las Américas por los españoles fue la más grande, la más larga y la más maravillosa serie de proezas que registra la Historia», escribió el periodista e historiador Charles Lummis en su obra Los Exploradores españoles del Siglo XVI. Con la misma convicción y firmeza, Consuelo Martínez-Sicluna, directora de la Cátedra Casa de Austria, y el coronel Manuel Casas han organizado un congreso que tendrá lugar en el salón de actos del Instituto de Historia y Cultura Militar los próximos 4 y 5 de octubre donde se reivindicará el amplio legado español en Norteamérica y el Caribe. Con un panel que ilustrará sobre una herencia que fue ante todo cultural y espiritual y no de dominio geográfico. Y que nos hablará de un proceso de conquista que a diferencia que muchas otras grandes potencias primaba el respeto al hombre.
–¿Cuándo y dónde comienza la presencia española en Norteamérica? ¿Y en El Caribe?
–Consuelo: Pues desde el siglo XVI. Justamente uno de los ponentes que va a participar en el Congreso, el coronel Crespo Francés, que tiene un libro Los españoles olvidados de América, se habla mucho de un siglo perdido, que sería un siglo desde la llegada de Colón hasta la llegada del Mayflower, etcétera. Pero realmente la presencia española está en América del Norte y en el Caribe desde el siglo XVI, y eso es lo que muy poca gente lo reconoce. Pero es así. El tercer presidente norteamericano, Thomas Jefferson, habla de que la historia de América la escriben los españoles. Está escrita en español desde el primer momento. Es decir, esa presencia y ese llegar a tierras donde no había llegado hasta ese momento nadie, lo hacen los españoles y está escrita en español. Y entonces eso es lo que queremos decir. Porque es un desconocimiento, no solamente para el gran público. Así que el Congreso está dirigido a que todos conozcamos un poco la historia de España: todas las expediciones que se hacen, expediciones militares, expediciones sufragados por la Corona española; hasta donde se llega; la labor de la evangelización, que es muy importante; la labor pedagógica que también es muy importante. Y esas son tierras en las que España va avanzando y sobre todo con un sentido que no es el sentido de dominar el espacio geopolítico del momento, sino que es un sentido de educar, de convertir en español, desde el otro lado del Atlántico, a los que allí se encontraban. Es parte de la historia que poca gente conoce y es reivindicar parte de nuestro legado.
La historia de América la escriben los españoles. Está escrita en español desde el primer momento
–¿Qué importancia tuvo el Caribe para la Corona española?
–Manuel: El Caribe es fundamental. Primero, porque es el primer punto de contacto entre la civilización occidental y el Nuevo Mundo. Se descubre y es un choque de culturas que es lo que va a marcar de una manera muy importante todo el devenir de los acontecimientos durante tres siglos de presencia –cuatro siglos, incluido Cuba– de presencia española allí. El Caribe es la zona fundamental de control. Porque es el paso desde Occidente al resto de América, así como se llevó en primer lugar, sigue siendo el punto inicial de contacto entre los dos continentes. Es fundamental que ese Caribe que esté perfectamente acondicionado para la seguridad, para la defensa del Caribe por ser el primer punto de control. Hay tantos baluartes, tantas construcciones defensivas allí que se le llama «el lago de piedra», de tantísimas construcciones que hay. Es la puerta y es, es todo, porque es donde desde el principio se llega, donde se defiende Puerto Rico, en Cuba, en Florida, en Cartagena de Indias... Todo eso está centrado en el Caribe. Todo se defiende y todo se defiende con solvencia.
–¿Cuál es el legado español?
–Manuel: La cultura, la religión, la agricultura. Todo. Las universidades, las catedrales. Yo hay una cosa que me gustaría puntualizar más específicamente. Las colonizaciones inglesa y holandesa lo hacen a base de compañías mercantiles, empresariales. Y son compañías amparadas por el Estado, pero que se dedican al comercio y buscan comercio exclusivamente.
Filipinas, es el único país de Asia que tiene la religión católica, de mayoría católica. También se encuentra una de las universidades más antiguas. Los otros modelos de conquista eran exclusivamente mercantilista: esa es la diferencia fundamental entre la colonización española y el mercantilismo de otros países.
–Consuelo: También es una labor evangelizadora, es una labor cultural, es una labor también de dar conciencia de identidad política a un pueblo que ha estado o a pueblos que hasta entonces no lo tenían. Es entrar a formar parte de uno de los imperios más importantes, no como una colonia, sino como territorios que constituyen parte de la monarquía hispánica. Yo creo que esa es la diferencia. No son territorios conquistados y que son objeto de explotación mercantil por medio de esas empresas o esas compañías de navieras... que se dedican al comercio exclusivamente.
Las naciones no se construyen ex novo. Toda nación tiene un pasado cultural, histórico, de tradición. No solamente es un espacio geográfico. La nación es algo más
–¿Dónde radica el recelo al reconocimiento de los orígenes españoles del Caribe?
–Consuelo: Primero porque hay un desconocimiento de la historia en general. Segundo, porque juzgamos los acontecimientos del pasado bajo la óptica del presentismo actual. Y entonces, claro, hay que enmarcar todo en el contexto en el que se produce y hay que tenerlo en consideración. Y luego, esa ignorancia de los acontecimientos históricos, ese desconocimiento que empieza por los propios españoles respecto de su propia historia. Ese desconocimiento implica también una visión negativa y una carga negativa que durante mucho tiempo y que aunque esto parece una reminiscencia del pasado, hablar de la leyenda negra, etcétera; pero implica que los españoles somos los primeros que ponemos los tintes negativos sobre nuestra propia historia. ¿Por qué? Porque asumimos con un verdadero desconocimiento de lo que son documentos, de lo que son archivos, de lo que son los escritos de la época donde aparecen reflejados, etcétera. Yo sobre todo lo achaco a ignorancia, a no querer saber, a no querer reconocer y a no querer ver en el contexto del momento lo que esto suponía y lo que era en parangón con otros modelos de imperio o con otros modelos de presencia de conquista que se llevaban a cabo.
Los españoles somos los primeros que ponemos los tintes negativos sobre nuestra propia historia
–Manuel: Me gustaría apuntar esto que dices tú, incluso subrayarlo. Viéndolo desde el punto de vista presente, porque se nota, desde mi punto de vista, cierto interés por algunas sectores de la sociedad en que esto ocurra. O sea que va más allá de un desconocimiento, porque no se ha aprendido, sino que me da la sensación de que aún habiendo aprendido, se quiere desconocer y se quiere humillar esta presencia española en América. No sé si desde algún punto de vista político o algún punto de vista social, pero esa es la sensación que tengo de la situación social y política española actual.
–¿El desconocimiento de la presencia española en Estados Unidos se debe a la leyenda negra o se ha perdido el recuerdo del legado español?
–Consuelo: Nos han devuelto la historia de otra manera. La misma Disney; Pocahontas, no trata de un tal Smith, sino de un español. Es la historia de un español con una india de esas tierras. Entonces lo que sucede es que como no hacemos reivindicación de lo nuestro, o desterramos nuestro legado, o no lo asumimos o no lo queremos explicar, o pretendemos negarlo para humillar al español de ahora; pues entonces negamos o nos arrepentimos de lo que hicieron los españoles de entonces. Esa forma de negar un pasado. Pero las naciones no se construyen ex novo. Toda nación tiene un pasado cultural, histórico, de tradición. No solamente es un espacio geográfico. La nación es algo más.
–Algo característico del colonialismo español es que todos los territorios llegaron a ser provincias y no colonias como ocurre con el inglés, ¿qué diferencia hay entre colonia y provincia? ¿Y qué supone para el legado español?
–Consuelo: Eso es algo que es muy importante, es decir, que los naturales de allí eran tratados como los españoles de aquí: es que eran españoles en igual sentido. Hay que recordar que Colón viene cargado de cadenas porque ha cogido y ha tratado como esclavos a naturales de allí. En el testamento de Isabel la Católica, la preocupación esencial es la protección del indio. Las Relecciones de Vitoria, que es el que crea el derecho internacional en un sentido moderno de protección, van dirigidas a esa configuración, digamos, de conceder condición jurídica en igual sentido que los españoles. Hay que recordar que hasta el momento en que se pierde esos territorios tienen representación en las propias Cortes de Cádiz. Hay una representación de la misma manera que el español que vive en los territorios, digamos, de la Península. Entonces es que el reconocimiento de esa condición jurídica era muy importante y es verdaderamente lo que marca esa línea de separación con otros modelos, digamos, de conquista.
Lo primero que hacen es construir universidades y no solo eso, sino recuperan los idiomas de esos naturales que si no se hubieran perdido. Es decir, hay desde el principio unas gramáticas de intercambio de diccionarios que cogen lo que son los términos de allí y buscan cuál es el símil en el español. Hay incluso cátedras que se dedican a recuperar esos idiomas que si no, se habrían perdido totalmente. Por ejemplo, hay palabras que están en nuestro nuestro español: cacique, cuyo origen está en América y que se traslada y se asume en España. O lo que son las reducciones jesuíticas del Paraguay, que es la protección del indio, el enseñar, el dar cultura, es una labor pedagógica evangelizadora también, porque era lo mejor que tenían, y porque en el siglo XVI los los indios en la conquista de México se quedaban verdaderamente sorprendidos de que un gran conquistador como Hernán Cortés se arrodille y se ponga pie en tierra frente al franciscano y bese el hábito. Porque esos franciscanos son los que van a llevar la evangelización y son los que van a dar lo mejor. El reconocimiento de esa condición que es la igualdad y que sobre eso trabaja toda la Escuela de Salamanca española y que eso es importante.
El reconocimiento de esa condición, que es la igualdad, es verdaderamente lo que marca esa línea de separación con otros modelos de conquista
–¿Hasta qué punto esta revisión de la historia podría ayudar actualmente a los descendientes de los pueblos indígenas?
–Consuelo: A conocer un poco más su historia. Hace nada salió la noticia de que un descendiente del jefe apache, Jerónimo, que salió hablando en español. Entonces, claro, es tan importante conocer su propia historia, verdaderamente conocer su historia. Y antes decíamos, porque los idiomas que si no se hubieran perdido. Idiomas que hubieran desaparecido. Igual que tampoco sabemos qué idioma tenían los iberos antes de la llegada de Roma, o en fin, esa lengua. Pues antes del latín nada. Y ahí los españoles lo que hacen es elaborar diccionarios y gramáticas, como decíamos antes. Por ejemplo el Inca Garcilaso, que es una figura del mestizaje. Decía algún algún autor extranjero que hablaba de que España lo que hizo fue el mestizaje. España se mezcla. Y sin embargo, por ejemplo, en Inglaterra esa labor del mestizaje ya sabemos que no se lleva a cabo. Dakota significa «el indio muerto». Los españoles daban lo mejor que tenían lo evidencia el nombre de Nueva España. Jamás hubieran dado al nombre de una población esa denominación.
–¿Qué haría falta para llenar esos agujeros de conocimiento histórico o fomentar una visión más acertada de la Historia?
–Manuel: De momento hacer este congreso.
–Consuelo: Y que a lo mejor fuesen en los institutos o en los colegios, pues que realmente la educación diera su peso convenientemente a las humanidades y que no enjuiciamos los hechos del pasado bajo la perspectiva del presentismo actual, porque todas las obras humanas tienen errores. Es evidente que hay puntos positivos y puntos negativos en cada aspecto que queramos considerar del pasado. Pero cargar las tintas sobre solamente sobre determinados hechos del pasado y verlo sobre todo con una perspectiva que es torticera. La historia no puede hacerse bajo visiones subjetivas. La historia se fundamenta en documentos, en archivos, en una investigación. Y eso es también importante. El subjetivismo yo creo que es contrario de una labor histórica, de divulgación, de un pasado cultural que es importante.