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Vista aérea de Tánger en 1932

Hace 100 años en El Debate

2 de noviembre de 1922: España lucha contra Inglaterra y Francia por Tánger

Con el final de esta guerra y el día después del Tratado de Versalles, el estatuto de Tánger se convirtió en una amarga batalla diplomática entre Francia, Inglaterra y España

El 21 de octubre de 1922, El Debate informaba de que el propio Gobierno de Tánger sentenciaba que no quería que la ciudad fuese «territorio francés». El Gobierno jerifiano –recogía la noticia– debía proceder el día 9 de noviembre a la adjudicación de los trabajos del puerto sobre las bases fijadas el año pasado, es decir, «creando un monopolio de trabajo en favor del adjudicatario, reservándose el Sultán el derecho exclusivo de comprar la concesión dentro de un plazo de quince años».

En esta ocasión, estando cada vez más cerca la fecha oficial para la adjudicación de los trabajos, el ambiente en Tánger estaba cada vez más tenso. «Si llega a consumarse el acto ilegal y lesivo para los intereses de la población, nos encontraremos ante una fecha de inolvidable trascendencia», escribía El Debate hace 100 años.

Con el final de esta guerra y el día después del Tratado de Versalles (28 de junio de 1919), el estatuto de Tánger se convirtió en una amarga batalla diplomática entre Francia, Inglaterra y España. Tanto Inglaterra como España se oponían a que Tánger cayese en manos de Francia y además las pretensiones de los franceses alentaban al presidente del Consejo de Ministros español, Antonio Maura, a reclamar la zona bajo el lema: «Tánger debe ser español».

El articulista se preguntaba: «¿Existe, por ventura, ninguna disposición internacional que pueda autorizar a Francia a intervenir sola, con ese exclusivismo interesado, en la legislación aduanera de Tánger?».

No fue hasta el 18 de diciembre de 1923 que se adoptó el estatuto por acuerdo entre Francia, Inglaterra y España; en febrero de 1924 se firmaron las cartas anexas y el 1 de junio de 1925 entró en vigor.