La Navidad en la que Carlomagno se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano
Casi analfabeto, pero curioso. Cazador, apasionado de la equitación y sencillo. Así describe Eginardo, biógrafo personal de Carlomagno, la personalidad del emperador en su biografía: Vita Karoli Magni (Vida de Carlomagno)
Sobre una de las losas de mármol de la Basílica de San Pedro se lee una inscripción que traslada al visitante a la Navidad del año 800 d.C. El 25 de diciembre el Papa León III puso sobre la cabeza de Carlomagno, Rey de los francos, la corona que le convirtió en el primer Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde la caída del Imperio Romano. Por este gesto se ha considerado al monarca como «padre de Europa», un título algo extravagante, pero sí que se puede decir que Carlomagno fue el primer emperador medieval y diseñó el sistema de vasallaje (feudalismo) que se empleó por los reyes durante los siglos venideros.
Los cronistas imperiales cuentan que la coronación pilló de sorpresa al Rey durante la celebración de la misa de Navidad, pero lo más probable es que respondiera a un pacto entre ambos para aunar fuerzas contra enemigos comunes. La coronación se justifica en los hechos que sucedieron un año antes, cuando León III visitó al Rey franco en su residencia de verano de Paderborn, donde debió comentarle que había huido de Roma tras sufrir una emboscada que casi le cuesta la vida y una campaña de acoso por parte de los sobrinos del anterior Pontífice, que lo acusaron de adulterio.
Vivió alejado en un monasterio, pero al morir su hermano ocupó su trono y gobernó durante 46 años, de los que solo los últimos 14 fueron como Emperador del Imperio Romano
Al otoño siguiente Carlomagno y León III partieron hacia la ciudad de los césares, donde el monarca impulsó una comisión de investigación que anuló cualquier acusación hacia el pontífice y juró protegerlo. Con la alianza entre ambos, Carlomagno no solo siguió siendo el monarca europeo más poderoso, ahora era el emperador cristiano de unos territorios que abarcaban toda Francia, Alemania y el norte italiano. Además, tenía una excelente relación con el califa de Bagdad, el abasí Harún al-Rashid, que al igual que Carlomagno buscaba derrotar al emirato omeya de Córdoba. Para defender sus límites pirenaicos creó la Marca Hispánica, una frontera defensiva situada al norte de la Península Ibérica que separaba a los musulmanes de Al-Ándalus y al imperio carolingio de Francia, que fue vital para evitar el avance omeya hacia el resto de Europa.
Durante el reinado de su hermano Carlomán vivió alejado en un monasterio, pero al morir ocupó su trono y gobernó durante 46 años, de los que solo los últimos 14 fueron como Emperador del Imperio Romano. Desde el principio su objetivo fue conquistar Sajonia, la última zona germana sin controlar, y expandirse hacia la zona norte de la península itálica, controlada los longobardos, que por entonces eran aliados de los francos. Pero la amistad entre ambos pueblos estaba sujeta por el débil matrimonio entre Carlomagno y Ermengarda, la hija de Desiderio, rey de los lombardos, que estaba destinado a fracasar. El Rey franco repudió a la princesa porque no pudo darle ningún hijo y Desiderio no tardó en declarar la guerra a Carlomagno por lo que consideraba una ofensa gravísima, pero sin saberlo había firmado la sentencia de muerte para su pequeño imperio lombardo. En el año 774 las tropas francas llegaron a Pavía, que era la plaza lombarda más importante, y la asediaron. Pocas semanas después la población que se atrincheró tras los muros de la ciudad se rindió y con ella cayó la hegemonía lombarda sobre Italia, que anexionó de inmediato Carlomagno. El éxito militar de los francos se atribuye al uso de la caballería pesada, que suponían un avance militar enorme, equiparable a los carros de combate contemporáneos. Sustituyeron a los arqueros a caballo ligero en favor de caballeros fuertemente armados sobre grandes corceles que podían participar en combates cuerpo a cuerpo.
El éxito militar de los francos se atribuye al uso de la caballería pesada, que suponían un avance militar enorme, equiparable a los carros de combate contemporáneos
Gracias a Carlomagno, los carolingios habían pasado en solo tres generaciones de ser mayordomos de palacio a emperadores de un gran territorio, pero no era un imperio unificado. El Rey franco tenía una corte itinerante, pero su lugar preferido siempre fue la ciudad de Aquisgrán, que le sirvió de ejemplo para desarrollar las urbes y promocionar las artes, algo extraño en un emperador como Carlomagno que no sabía leer, pero tal vez por eso procuró crear escuelas en los monasterios. Como Emperador heredero del legado romano restauró antiguos monumentos de la época de los césares y creo nuevos preservando el estilo clásico. Gracias a estas inquietudes consiguió forjar el puente de unión entre lo grecorromano y el incipiente sistema político y social medieval, ganando a pulso el apodo de padre de la Europa medieval. Carlomagno murió tras un reinado largo y exitoso en Aquisgrán el 20 de enero del año 814 y su sepultura se encuentra desde entonces en la capilla Palatina, que se utilizó como lugar de coronación de los emperadores del Sacro Imperio hasta el siglo XVI.