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¿Quién decoró el primer árbol de navidad?

La guerra del árbol de Navidad, el conflicto que enfrenta a Riga y Tallin

La disputa por ser el país que primero decoró un árbol de Navidad llegó a provocar, incluso, un incidente diplomático entre dos repúblicas bálticas

Desde las antiguas civilizaciones, la humanidad ha celebrado de manera especial el solsticio de invierno, el día en que las sombras le ganan la batalla a la luz, la muerte de la naturaleza antes de la resurrección primaveral, el tiempo en que culminan los trabajos agrícolas y que egipcios, babilonios, celtas o romanos han celebrado recolectando juncos y palmas, intercambiando regalos, decorando robles o con las célebres saturnales respectivamente.

En realidad, se desconoce la fecha e incluso hay dudas sobre el lugar en el que nació Jesucristo, aunque sí existe el convencimiento de que no nació el primer año de nuestra era y posiblemente tampoco un 25 de diciembre, pero como otras tradiciones cristianas heredadas del paganismo se hizo coincidir el día del nacimiento con el final de las saturnales. Fecha que también le fue muy útil a san Bonifacio en su labor evangelizadora con los germanos. En el solsticio de invierno se celebraba, igualmente, el nacimiento de Frey, dios nórdico de la fertilidad simbolizado en un árbol.

Cristo nació rodeado de palmeras

Dando por sentado la existencia de un Jesús histórico, siguiendo no solamente los Evangelios, pero también a historiadores como Flavio Josefo o Tácito, lo que sí podríamos afirmar es que Cristo nació rodeado de palmeras en una tierra bastante desértica y calurosa, especialmente si, como señalaba anteriormente, no nació en Navidad. En ese sentido, las white christmas y los abetos son inventos del marketing alemán y anglosajón. ¿Pero cómo se llegó hasta ahí? ¿Cómo nació la tradición del abeto y por qué Riga y Tallin están en guerra por el árbol de Navidad?

La tradición del abeto y un incidente diplomático

Se atribuye a san Bonifacio el inicio de la tradición del abeto de Navidad. Según la leyenda, este santo de origen anglosajón que predicó en territorios frisios y germánicos en el siglo VIII habría talado un roble dedicado a Thor y plantado en su lugar un abeto, árbol que representaría la vida eterna por ser de hoja perenne. Desde entonces comenzaría a extenderse, en los territorios alemanes, la tradición de talar abetos, aunque al principio se colgaban de los techos y no se decoraban. La decoración fue mucho más tardía y la disputa por ser el país que primero decoró un árbol de Navidad llegó a provocar, incluso, un incidente diplomático entre dos repúblicas bálticas.

La idea central de la campaña «Live Riga» consistió en proclamar a los cuatro vientos que por primera vez en el mundo el árbol de Navidad fue decorado en Riga en 1510

El problema comenzó en las Navidades del año 2009, cuando al entonces joven y carismático alcalde de Riga, Nils Usakov, (actualmente europarlamentario por el partido «Armonía»), se le ocurrió lanzar una campaña publicitaria para promocionar el turismo en la capital de Letonia. La idea central de la campaña «Live Riga» consistió en proclamar a los cuatro vientos que por primera vez en el mundo el árbol de Navidad fue decorado en Riga en 1510. Hasta ahí todo bien y posiblemente la iniciativa hubiese sido muy brillante salvo por un pequeño detalle. El gran enfado de Estonia que argumentaba tener mejores títulos que Letonia y retrasaban el evento a 1441.

El árbol navideño levantado frente a la reconstruida Casa de la Hermandad de las Cabezas Negras, en Riga

Para las autoridades letonas, en 1510 la hermandad de las cabezas negras habría decorado un árbol en la plaza del ayuntamiento con flores, frutas y caramelos, habrían danzado alrededor del árbol y unos días después le habrían prendido fuego. Una placa escrita en ocho lenguas y una escultura de un abeto señala, hipotéticamente, el lugar del evento. En el museo de historia de Riga una sección esta dedicada al inicio de esta orgullosa tradición.

Desde aquellas navidades se mantiene el duelo, sin que ninguno de los dos países haya cedido en sus pretensiones

Estonia, sin embargo, cuenta una historia similar, también protagonizada por la hermandad de las cabezas negras, solo que el acontecimiento en su caso habría tenido lugar en Tallin, 69 años antes. Las declaraciones de Usakov acusando a los estonios de propagar fake news supuso, en su momento, un pequeño incidente diplomático entre dos países vecinos y aliados. Desde aquellas navidades se mantiene el duelo, sin que ninguno de los dos países haya cedido en sus pretensiones. Hace algunos años un parlamentario letón propuso como solución de consenso el que fuese «Livonia» la que dio origen al abeto decorado. El primer ministro estonio de la época rechazó, tajantemente, esta posibilidad.

Decorar el árbol de Navidad

Países cercanos con orígenes distintos

No hubiese sido una mala opción. Tanto en el siglo XV como a principios del XVI ambos territorios pertenecían a la confederación de Livonia. En realidad, Letonia y Estonia, solo han sido independientes antes de la caída del muro de Berlín en el periodo de entreguerras del siglo XX. Se trata de países cercanos, pero con orígenes muy distintos.

La población estonia es de origen finoúgrio, su idioma esta relacionado con el finés. Los letones son mayoritariamente baltos, (aunque ambos países mantienen, en la actualidad, amplias minorías de origen eslavo) y su idioma, completamente diferente al estonio, tiene tan solo relación con el lituano, (aunque paradójicamente el ruso es la lengua más hablada en Riga y en algunas provincias orientales, aunque no es idioma oficial). Sin embargo, en determinadas épocas han compartido historia común. El caso de la confederación de Livonia durante el bajo medievo fue uno de esos momentos. Riga y Reval, (el antiguo nombre de Tallin), fueron ciudades hanseáticas dirigidas por órdenes religiosas y aristócratas germanos. Dada la influencia alemana es lógico que compartiesen las tradiciones navideñas centroeuropeas, que desembocarían en la decoración del abeto tal y como ahora lo conocemos. Sin embargo, con el orgullo nacional que caracteriza a ambos países, a buen seguro, una Navidad más volverán a disputarse ese honor.