Hace 100 años en El Debate
11 de enero de 1923: ocupación francesa y belga del Ruhr
La invasión a la región alemana fue la respuesta al fracaso de la República de Weimar en su obligación de asumir las indemnizaciones económicas a los aliados
El primer ministro francés Raymond Poincaré iniciaba la invasión de la región del Ruhr el 11 de enero, con el objetivo de ocupar el centro alemán de producción de carbón, hierro y acero. El verdadero problema en la campaña del Ruhr no fue el incumplimiento alemán en las entregas de carbón y madera, sino el cumplimiento del Tratado de Versalles. Poincaré había argumentado a los británicos, en numerosas ocasiones, que dejar que los alemanes desafiaran el acatamiento del tratado en cuanto a las reparaciones, crearía un precedente que les llevaría a desmantelar el resto del acuerdo firmado al finalizar la Gran Guerra.
Según se hablaba en la prensa alemana, Francia enviaba una «misión de ingenieros y funcionarios» al Ruhr «con el objeto claramente decidido para asegurar el respeto por parte de Alemania a las obligaciones contenidas en el Tratado de Versalles». Y asegurando el objetivo de la misión francesa, adelantaban que el Gobierno alemán tenía «el mayor interés en facilitar la labor» de dicha misión y «la instalación de las tropas destinadas a protegerla».
«El Gobierno francés –escribía El Debate– evitará uno de esos debates contradictorios y confusos que jalonan la labor legislativa de los últimos años». Y evaluando la situación, el periódico aseguraba que Francia se jugaba «su última carta en las reparaciones» y si perdía «no le quedaba más recurso que echar sobre las espaldas del contribuyente las deudas de la guerra».