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¿Por qué Felipe VI es Rey de Jerusalén?

A España queda vinculado el título, cuando Fernando el Católico, casado con Isabel la Católica, conquista el reino de Sicilia y se convierte en Rey de Jerusalén, al estar este título unido al de Rey de Sicilia desde el siglo XIII

La inmensa mayoría de los españoles lo desconoce; pero, por los vericuetos de la Historia y la herencia, el título de Rey de Jerusalén (reino fundado por Godofredo de Bouillon en 1099 durante la Primera Cruzada y que perduró hasta 1291, con la caída de San Juan de Acre) ha llegado hasta Felipe VI, Rey de España.

En sentido estricto, fue Balduino I, hermano de Godofredo, el primer Rey de Jerusalén; pues aquel no se consideró digno de ceñir una corona de oro, donde Cristo la llevara de espinas y solo aceptó titularse «abogado (defensor) del Santo Sepulcro» (Sancti Sepulchri advocatus).

Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén

Esta es la línea de sucesión. A Godofredo sucedió su hermano Balduino I; a este, su pariente Balduino II y, a este, su hija Melisenda, casada con Fulco V de Anjou. A estos, sucedieron sus hijos, Balduino III y Amalarico I, y, a este, su hijo Balduino IV; al que sucedió el hijo de su hermana Sibila, Balduino V de Montferrato. A partir de aquí, se origina un enfrentamiento entre Sibila y su hermana Isabel y sus sucesivos maridos, que será resuelto de forma jurídica en 1265 con una decisión papal y fáctica en 1291 con la desaparición del Reino de Jerusalén. Dicho de forma resumida y técnica, en este periodo, los Reyes de Sicilia ostentan el título de pretensión sin soberanía efectiva territorial y los Reyes de Chipre lo hacen de forma efectiva, aunque ilegítima.

El título de Rey de Jerusalén ha llegado hasta Felipe VI, Rey de España

El caso es que a Balduino V le sucede su propia madre, Sibila, junto con su segundo esposo, Guido de Lusignan; a estos, Isabel, hermana de aquella; y, a esta, su hija, María de Montferrato, que casa con Enrique de Brienne, regente del Imperio Latino de Constantinopla, de quien nace Yolanda (Isabela II de Jerusalén), esposa del emperador Federico II, Rey de Sicilia, y madre de Conrado IV, Rey de Alemania, Sicilia y Jerusalén. Su hijo, Conradino, Rey de Sicilia y Jerusalén, se enfrenta con el Papa, quien, como castigo, lo desposee de sus reinos y los transfiere a Carlos I de Anjou, hermano menor de Luis IX de Francia, en 1265. Desde este momento, la titularidad del reino de Jerusalén se unirá a la de Sicilia continental (luego, reino de Nápoles).

San Pedro In Gallicantu en la parte sur de la ciudad de Jerusalén

Al anterior, sucede Carlos II de Nápoles, quien casa con María, hija de Esteban V de Hungría, y cuyos descendientes, divididos en dos ramas, portan los títulos de Nápoles, Jerusalén y Hungría hasta 1385, cuando se reúnen en Carlos III de Nápoles. Su hija y sucesora, Juana II, última de su dinastía, deja sus derechos a Alfonso V de Aragón, Rey en 1435, a quien suceden Fernando I (Ferrante), Alfonso II y Fernando II de Nápoles. Tras un breve periodo de dominación francesa que termina con su derrota en Garellano en 1503, la Corona de Nápoles y Jerusalén queda vinculada a la Corona de España por medio de Fernando II de Aragón, el Rey Católico.

La Constitución establece que el título del Rey «es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona»

A partir de aquí, seguir la línea de sucesión del Rey de Jerusalén es sencillo; porque es seguir la sucesión legítima de los Reyes de España: Juana I, Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII, Juan «III», Juan Carlos I y Felipe VI.

El artículo 56.2 de la Constitución establece que el título del Rey «es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona». Uno de ellos es el de Rey de Jerusalén.

Entrevista a Daniel Berzosa, profesor de Derecho Constitucional

Daniel Berzosa es doctor europeo por la Universidad de Bolonia y decano de su colegiatura en el Real Colegio de España de Bolonia. Profesor de Derecho Constitucional de CUNEF Universidad y secretario académico de su Departamento de Derecho Público. Es académico de número de la Real Academia Europea de Doctores. Imparte también docencia en IEB y en IE Law School. Abogado ejerciente desde hace casi veinticinco años, es miembro de los comités organizadores de algunos de los congresos jurídicos internacionales más relevantes. Es coordinador del Observatorio Internacional da Regulación das Entidades do Sector Público de la Universidad de Santiago de Compostela, miembro del Comité Científico y de la Global Academy de «Citizens pro Europe» y fellow de la American Society of Diplomacy and Political Science. Es también embajador de la Marca Ejército. Su Majestad el Rey le entregó el XXXI Premio FIES de Periodismo (2019), por su artículo Cinco años de un reinado ejemplar.

​–¿Por qué el Rey de España es Rey de Jerusalén? ¿Quién otorgó ese título?

​–La historia comienza con Godofredo de Bouillon, quien fundó el Reino latino de Jerusalén a finales del siglo XI; pero no se consideró digno de ceñir una corona de oro, donde Cristo la llevara de espinas y solo aceptó titularse «abogado (defensor) del Santo Sepulcro». Así que, en sentido estricto, fue su hermano, Balduino I, el primer Rey de Jerusalén.

A España queda vinculado el título, cuando Fernando el Católico, casado con Isabel la Católica, conquista el reino de Sicilia y se convierte en Rey de Jerusalén, al estar este título unido al de Rey de Sicilia desde el siglo XIII. Desde ese momento, la sucesión ya es relativamente sencilla; porque se corresponde con la sucesión de los Reyes de España.

Todos los Reyes de España son los Reyes del Reino de Jerusalén y gozan de ese título honorífico o de pretensión. Cuando Su Majestad el Rey nos recibió a las Lugartenencias de España el 1 de abril de 2022, nos contó una anécdota realmente impactante. Fue invitado a las exequias de Shimon Peres en 2016, apenas un año y medio después de haber sido proclamado Rey, y lo sentaron a la derecha del presidente del Estado de Israel. Por delante de todos los jefes de Estado presentes, incluso del presidente de Estados Unidos, más antiguos todos que Su Majestad en dicha magistratura. Preguntó que cómo lo sentaban ahí. Y el presidente de Israel le contestó: «Porque Su Majestad es el Rey de Jerusalén».

–¿Qué nos puede contar de esa audiencia de Su Majestad el Rey Felipe VI a las Lugartenencias de España hace menos de un año?

​–La audiencia había sido solicitada hacía varios años por ambas Lugartenencias de España, tras su proclamación como Rey, con el fin de entregar a Su Majestad el collar de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén; dada la profunda vinculación de la Corona con esta casi milenaria orden. Fue muy emocionante y alentador. Vinieron de Roma el Gran Maestre, Cardenal Filoni, y el Gobernador General, Visconti di Modrone, gran amigo de España. El Rey nos recibió con todo cariño, con todo afecto, poco menos que diciendo ya era hora. Fue realmente amable, cercano. Demostró su conocimiento sobre la orden y su misión. Una misión principal desde el punto de vista material y espiritual; ayudar a los cristianos de Tierra Santa por todos los medios posibles. El encuentro se prolongó durante casi una hora; lo que no suele ser habitual.