Los Douglas: los emigrados judíos rusos que triunfaron en Hollywood

La familia se vio forzada a salir de Rusia poco antes del inicio de la Revolución. Llegaron a los EEUU en absoluta pobreza, pero consiguieron hacerse un nombre con letras de neón en la meca del cine. Kirk Douglas fue un activista tachado de simpatizar con el comunismo que protagonizó títulos antimilitaristas en los días más furiosos de la «caza de brujas». Su nombre suele asociarse a Dalton Tumbo o a Stanley Kubrick. Pero no todos saben que este hijo de trapero, luchó heroicamente en una unidad antisubmarina en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el coronel Dax y Espartaco, pero también El loco del pelo rojo. Aunque rudo y áspero en las formas, no se libró de fama de seductor. Y eso a pesar de que su segundo matrimonio resultó uno de los más estables de Hollywood. Su hijo primogénito, Michael, siguió su estela. Y también su nieto Cameron, aunque con los años, la brillantez interpretativa de la dinastía fue perdiendo fuelle.

Kirk Douglas fue un activista tachado de simpatizar con el comunismo que protagonizó títulos antimilitaristas

Nació como Issur Danielovitch Demsky en diciembre de 1916. Su familia había llegado a América en 1908, desde la región de Maguilov, hoy Bielorrusia, huyendo de un posible reclutamiento militar tras el final de la guerra ruso-japonesa y los pogromos. Eran judíos, pobres y analfabetos, lo que los convertía en uno de los miles de emigrados que por aquellos días llegaban a la costa atlántica. El padre se ganaba la vida como vendedor ambulante. A los judíos les estaba prohibido trabajar en fábricas, según relata Douglas en su autobiografía El hijo del trapero. Él mismo comerció con refrescos y dulces hasta que su buen físico y capacidades atléticas le valieron para empezar a participar en competiciones de lucha libre y conseguir una beca de estudios. Seguía siendo pobre, pero logró ingresar en la Academia Norteamericana de Arte Dramático de Nueva York y debutar en musicales de Broadway.

Con la entrada del país en la Segunda Guerra Mundial cambió temporalmente su destino: Kirk Douglas –como se hacía llamar artísticamente– tuvo que ingresar en la Escuela de Guardiamarinas de la Notre Dame University hasta graduarse como alférez. De ahí, al frente del Pacífico donde estuvo destinado en la Unidad Antisubmarina 1139 como «oficial de telecomunicaciones». Igual de Clark Gable o James Stewart, aunque en diferentes unidades. Ya de regreso, Douglas se casó con Diana Hill, madre de Michael y su ascenso en el mundo de la interpretación fue meteórico. En 1949 conseguiría su primera nominación al Oscar por su interpretación de un boxeador en El ídolo de barro. Aunque la estatuilla se resistió.

En los 50 llegaron sus años dorados. Primero como protagonista de Senderos de Gloria (1957) una extraordinaria película de trincheras y honor ambientada en el frente francés durante la Primera Guerra Mundial de la que también fue productor. La cinta destilaba crítica al estamento militar y fue su primera colaboración con el entonces joven, Stanley Kubrick: «El patriotismo es el último refugio de los canallas», llegará a decir el coronel Dax del regimiento 701, el honorable abogado al que interpreta Douglas, en réplica al maléfico general Mireau. La polémica estaba sembrada. Después llegó Espartaco, en 1960, con el mismo director y guion de Dalton Trumbo, el más famoso de los integrantes de la «lista negra» de la caza de brujas del Comité de Actividades Estadounidenses del senador McCarthy. El mundo vivía en plena Guerra Fría y Douglas, a diferencia de Gary Cooper o Ronald Reagan, no denunció.

Protagonizó otros títulos estupendos como Cautivos del mal (1952) o El loco del pelo rojo (1956) pero su nombre quedó asociado a los días de combate frente al comunismo y su posterior apoyo al Partido Demócrata. Compartió Duelo de titanes con Burt Lancaster, otro porte atlético y varonil. Entretanto, Kirk Douglas se separó y volvió a casarse con la alemana Anne Buydens, con la que permaneció hasta su muerte y que entre, otras cosas, se encargó de ordenar sus desastradas finanzas.

Su hijo Michael también apostó por el cine, aunque con un estilo diferente. Él sí consiguió dos Oscar, uno como productor y otro como actor protagonista en Wall Street (1987). El de su padre fue sólo honorífico, casi al final de su carrera. Pero si por algo recordamos a Michael Douglas es por su papel en Instinto Básico, una especie de thriller erótico con trama criminal que el los 90 convirtió a la pareja Douglas-Stone en la más sensual del planeta. Douglas hijo, veraneó varios años en Mallorca y hasta su divorcio era habitual verle pasar largas temporadas en la isla. Con su segunda mujer, la guapísima Catherine Zeta-Jones, también actriz, parece que se prodiga menos. El hijo de mayor de Michael, Cameron, tras un periplo por la cárcel y el mundo de las drogas, lo ha intentado en el cine. Las tres generaciones Douglas, Kirk, Michael y Cameron, compartieron cartel en Cosas de familia (2003) una comedia de la Metro-Goldwyn-Mayer que cuenta la vida de una familia americana en la que cada uno vive a su aire. Pero ninguno ha logrado emular al abuelo, Kirk, al fundador de la estirpe: el célebre «Espartaco». El actor del hoyuelo que falleció en 2020 a los 103 años. El último vestigio de los años dorados de Hollywood.