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Recreación de una vista aérea de Çatal Hüyük

Çatal Hüyük, ¿la primera ciudad de la historia?

No se ha datado el grupo étnico al que pertenecen los restos de sus cuerpos. Unos aducen a que podrían ser protosumerios, otros dicen que podrían ser protohititas o los primeros armenios, el caso es que Çatal Hüyük es un misterio incómodo

Çatal Hüyük, en Turquía, es uno de los grandes misterios de la arqueología. Situado en la planicie de Konya y a 140 km del volcán Hasan Dagi, esta ciudad no debería existir ya que fue levantada en el VIII milenio a.C. y fue habitada durante 2.000 años en un momento en el cual se suponía que el ser humano estaba aún en la Prehistoria y, por lo tanto, no había urbanismo, con su consiguiente administración, más allá de algunas aldeas o cuevas. Sus capas más recientes datan del año 5.700 a.C. por lo que es anterior a la civilización Sumeria y a la edad de los metales.

Çatalhöyük después de las primeras excavaciones

Su estilo de vida

Esta ciudad estaba situada en un valle por el que fluía un afluente del río Çarşamba que acumuló arcilla fluvial, por lo que este terreno se transformó en una zona fértil. El asentamiento se abasteció de formas tempranas de agricultura basada en el cultivo de cereales como el trigo y la cebada, ambos silvestres y en proceso de domesticación; legumbres y una forma de actividad pretérita de ganadería debido a que en aquella época la oveja ya estaba domesticada, los bóvidos estaban en proceso así como los cerdos y las cabras, esto se conoce porque en yacimientos de culturas anteriores se pueden detectar ciertos animales domesticados como en la ciudad de Canoyu (anterior a Çatal Hüyük), asimismo también practicaron la caza y la pesca.

Por lo que podríamos hablar de un asentamiento que en sus estratos más antiguos está en proceso de transición hacia un modelo productivo de agricultores-ganaderos, actividad que sustituye a la caza y la recolección de las comunidades nómadas. Debido a su época de tránsito, aún se mantuvo en la sociedad de esta ciudad el carácter recolector por el cual explotaban los árboles del almendro, los manzanos y los pistachos, endémicos en la región hasta hoy en día.

Detalle del mural que muestra la parte trasera de los uros, un ciervo y cazadores

La arquitectura estaba conformada por casas adosadas por lo que no existían calles. Las entradas a las casas estaban en el techo y la vida se hacía en los tejados haciendo la función de calles y plazas. La ciudad pudo albergar entre 5.000 y 8.000 personas con algún periodo en el que habitaran ahí más de 10.000. La construcción de la ciudad les daba una defensa natural debido a que los propios muros de las casas ofrecían la misma protección que un muro defensivo, aunque no se han encontrado restos ni de lucha contra atacantes ni revueltas internas.

Las casas consistían en salones principales de 20 a 25 metros cuadrados con habitaciones anexas. En este yacimiento no se han encontrado restos físicos que demuestren una estratificación social basada en el tamaño y calidad de los inmuebles, todas las casas responden a un patrón similar tanto en el tamaño como en la decoración y se cree que la diferencia social no era muy amplia debido al sistema social heredado del Paleolítico (más que del Neolítico, donde se comienza a estratificar la sociedad).

Maqueta del asentamiento neolítico (7300 a.C.) de Catal Hüyük

La espiritualidad de sus habitantes

No se ha encontrado ninguna prueba que demuestre segregación sexual en el ámbito cívico. Tampoco hay pruebas de la existencia de una clase sacerdotal, aunque sí se han encontrado figuras con fines religiosos que están divididas en las características Venus paleolíticas, estatuas de mujeres de grandes atributos que pueden representar a la diosa madre y a la fertilidad, así como estatuas de cabezas de toros y animales de la zona, por lo que se intuye la existencia de, por lo menos, una creencia totémica.

Para dar unos datos posteriores, dioses como el cananeo El tiene atributos de toro pero también otros seres divinos fueron relacionados con el toro como el episodio en el que el dios sumerio Anu hace descender, a instancias de Ishtar, el toro del cielo que es asesinado por Gilgamesh Rey de Uruk, asimismo el toro está vinculado a Zeus cuando rapta a Europa y a una profunda mitología mediterránea que va desde España hasta la Mesopotamia y donde ya se revela como un culto diferenciado con su propio fetiche.

Se cree que algunos de los edificios del asentamiento pudieron estar dedicados al culto. Aunque no se sabe nada de las creencias de esta gente si se sabe que la muerte formaba una parte muy importante de este desconocido culto, probablemente adoraran a dioses ctónicos, más que a dioses celestes por la representación figurativa del toro y de las Venus. Este pueblo enterraba a sus muertos dentro de sus casas plegaban el cuerpo y lo envolvían en esterillas o cestos. Otro dato interesante es que decapitaban a sus muertos y sus cráneos podían haber formado parte de algún ritual ya que se han encontrado muchos cuerpos sin cabeza y los cráneos de diferentes sujetos en otros lugares alejados del cuerpo como si de un intercambio de cabezas se tratara. También se han encontrado cráneos pintados a fin de representar una cara viva.

Mujer sentada de Çatal Hüyük. La figura femenina aparece sentada en un trono flanqueado por dos felinosWikimedia Commons

Curiosamente, en Jordania hay un yacimiento en el altiplano de Ba´ja de 9.000 años de antigüedad donde se encontró, como en Çatal Hüyük, el cuerpo de una niña (bautizada como «Yamila, la bella»), con un ajuar funerario donde había un collar y que fue enterrada dentro de su propia casa por lo que el culto a los muertos y su ritual de enterramiento doméstico puede deberse a un continuo cultural común en un marco geográfico concreto con símbolos comunes y desarrollado a partir de un grupo anterior o puede ser una coincidencia debido a un desarrollo ritual separado e independiente, sin contacto, pero que en paralelo desembocaron en el mismo ritual de enterramiento.

Volviendo a Çatal Hüyük, los frescos y la decoración son impresionantes y la temática va desde pinturas paisajísticas hasta escenas de animales como el uro (toro salvaje ya extinto), o buitres.

Çatal Hoyuk es un gran misterio como Göbekli Tepe. Se sabe que aparte de esta ciudad existieron otras como Nevali Çori o Çanoyu en todo lo que es el sur de Turquía. Habitó una cultura que fue anterior a la primera cultura oficial, no se ha datado el grupo étnico al que pertenecen estos cuerpos, unos aducen a que podrían ser protosumerios, otros dicen que podrían ser protohititas o los primeros armenios, el caso es que Çatal Hüyük es un misterio incómodo ya que denota administración, urbanismo, cohesión social, culto religioso, producción de bienes de consumo y ¿alguna forma primitiva de comercio y economía? Çatal Hüyük es un misterio maravilloso que invita a atar cabos, investigar y trabajar más sobre esto.