Hace 100 años en El Debate
17 de febrero de 1923: la Emperatriz Zita defiende sus derechos y los de sus hijos a la Corona de Hungría
En 1923 la Emperatriz Zita recibió la visita del conde de Apponyi para tratar la cuestión del trono de Hungría, según recogía El Debate
Después de la muerte de Carlos I, se estableció que la Familia Imperial abandonase Madeira para trasladarse a una nueva residencia en cualquier país de Europa, a excepción de Hungría. «Entre las residencias que fueron mencionadas, figuraban principalmente España y la isla de Wight», había informado El Debate.
Será a través de un acuerdo entre el Rey Alfonso XIII con el Ministerio de Asuntos Exteriores británico lo que permitió que Zita y sus siete hijos se mudasen finalmente a España. El Rey de España envío el buque de la compañía Trasatlantica «Infanta Isabel de Borbón» a Funchal (Portugal) para llevar a la Familia Imperial a Cádiz. Una vez allí, serían escoltados al palacio del Pardo cerca de Madrid donde nacería su hija menor, la Archiduquesa Isabel.
Una vez en España, Alfonso XIII ofreció a la familia del Emperador el uso del palacio Uribarren en Lequeitio, Vizcaya. Aquí pasarían los siguientes siete años. En 1923 recibió la visita del conde de Apponyi para tratar la cuestión del trono de Hungría, según recogía El Debate en una breve noticia. «Como resultado de este viaje, la ex Emperatriz está dispuesta a mantener a todo trance sus derechos y los de sus hijos a la Corona de Hungría, siendo muy fácil que dirija a aquel pueblo un manifiesto en ese sentido», explicaba el diario.
Desde 1920, Miklós Horthy desempeñaría el papel de regente de Hungría hasta 1944. Como tal conservó una influencia significativa a través de sus poderes constitucionales y la lealtad de sus ministros a la Corona. Aunque su participación en la redacción de leyes fue minúscula, tenía la capacidad de garantizar que las leyes aprobadas por el Parlamento húngaro se ajustaran a sus preferencias políticas.