Fundado en 1910

La Ciudad de Panamá en 1902. La guerra de los Mil días fue una de las causas del movimiento separatista

Cuando a Colombia le arrebataron Panamá para crear un país

Aparecieron unos próceres panameños defendiendo que su país era distinto de Colombia y que, tras la Constitución colombiana de 1886, se nombraron gobernadores y delegados que no tenían relación con el istmo

En 1881comenzó la excavación del canal de Panamá. La empresa constructora francesa quebró pronto y el proyecto pasó a manos de empresarios de Estados Unidos que pensaron que podía manejar mejor la situación si controlaban el país. Aquí comenzó una historia de ambiciones personales e intereses económicos. La creación de una nueva nación pasa por distintas fases:

La primera: reivindicaciones históricas convertidas en agravios, con la eliminación de los argumentos en contra. Aparecieron unos próceres panameños defendiendo que su país era distinto de Colombia y que, tras la Constitución colombiana de 1886, se nombraron gobernadores y delegados que no tenían relación con el istmo. Lo que puede ser cierto, pero de la misma manera que en otros departamentos, aunque a Panamá se la sometió a legislación especial bajo el poder del presidente de la República, como si fuera colonia.

La segunda: una propaganda de exaltación del ánimo nacionalista para que la población pensara que habían limitado sus capacidades. Así lo entendió el cónsul americano Thomas Adamson que, en 1886, escribía al Departamento de Estado de su país sobre la aceptación que tendría la independencia. En realidad, en estas situaciones se habla preferentemente de liberación o emancipación porque independencia es demasiado neutral.

Concejo Municipal de 1903, quien declaró la separación de Panamá de Colombia

Una tercera en la que una élite ambiciosa ve la ocasión de alcanzar poder y dinero. La falta de fuerzas colombianas en la zona, la insurgencia que estalló en guerra civil y la intervención de tropas estadounidenses sin respetar la soberanía colombiana, hacían prever una situación confusa. En 1902 se firmó el Tratado de Herran-Hay por el que Colombia aceptaba que Estados Unidos comprara los derechos de la compañía francesa y se aseguraba control sobre la zona del canal durante cien años.

Los norteamericanos no estaban dispuestos a costear una obra faraónica quedando expuestos a la inestabilidad de la política de la región

El tratado fue ratificado por el Senado norteamericano pero rechazado por el colombiano por negarse a aceptar la cesión de soberanía. Grave error porque los norteamericanos no estaban dispuestos a costear una obra faraónica quedando expuestos a la inestabilidad de la política de la región. Los políticos colombianos entendieron que, transcurrido el plazo por el que se habían comprometido con los franceses, y sin ratificar el tratado con EE. UU., el pacto quedaría sin efecto, aunque se arriesgaran a que se construyera definitivamente en Nicaragua. Pero en el derecho internacional norteamericano, al contrario que en el europeo que se observaba en Colombia, los tratados tenían validez desde la firma y no desde la ratificación. En ese momento, el senador por Panamá Luis de Roux advirtió de que podía tener consecuencias para la integridad territorial.

La decisión, bien aireada por la prensa panameña, acabó por generar un fuerte sentimiento independentista animado por élites locales. Los Estados Unidos prometían grandes cantidades de dinero por el arriendo de la zona del canal, la construcción de un ferrocarril que fuera del Atlántico al Pacífico y un flujo constante de millones por la explotación. La guerra civil entre panameños y colombianos (1899-1902) había arrasado las ciudades del país, después de que el incendio de 1894 casi acabara con la ciudad de Panamá.

Facsímil del Acta que proclamó la separación de Panamá de Colombia, 1903

En cuarto lugar, hubo un apoyo exterior y financiación para ser reconocidos como nación. El dinero de EEUU podía solventar esas pérdidas y facilitar la reconstrucción y el progreso basado en el comercio. Las tentaciones de poder y riqueza llevaron a algunos políticos de la élite panameña, como José Agustín Arango, a ponerse al frente de un movimiento independentista que ya era imparable. Arango era empleado del ferrocarril americano, base sólida de conspiración contra Colombia.

Colombia confiaba en controlar la situación mientras mantuviera las ciudades de Panamá y Colón bajo su autoridad

Ofrecían a EE. UU. negociar un tratado en los términos rechazados por Colombia. Se creó una Junta Revolucionaria Patriótica, una especie de gobierno provisional para la independencia, se envió una misión a Washington y se contó con el inevitable apoyo financiero de los del norte. El senador Amador Guerrero recibe instrucciones en Nueva York del ingeniero Bunau-Varilla, que representaba a los inversores franceses, para organizar el movimiento separador. En 1903 estalló definitivamente la revolución en un clima de exaltación nacional. Colombia confiaba en controlar la situación mientras mantuviera las ciudades de Panamá y Colón bajo su autoridad. Tomás Arias, otro de los conspiradores, consigue que Roosevelt les apoye con el envío de tres cañoneras y, más tarde, el desembarco de tropas. En ese año se firmó en Tratado Hay-Bunau que daba definitivamente la soberanía de la zona del canal a EE. UU.

El gobierno de Bogotá reaccionó mandando el Batallón Colombia, sus mejores tropas, al mando del general Huertas. Unos días después se supo que Huertas iba a ser relevado al mando del batallón. Los revolucionarios vieron su ocasión, hablaron con Huertas y éste acabó cambiando de bando y poniéndose al lado de los independentistas. El 3 de noviembre de 1903 llegaron a Colón, procedentes de Cartagena de Indias nuevas tropas colombianas del Batallón de Tiradores con los generales Tovar y Amaya. Se desplazaron éstos a Panamá para visitar a Huertas y sus hombres sin sospechar el cambio de bando y son arrestados por Huertas. Cuando la tropa leal trata de usar el ferrocarril americano para trasladarse a Panamá y liberar a sus generales, se encuentran con la negativa desde Nueva York de William N. Cromwell gerente de la compañía y cerebro de la separación, aduciendo que el gobierno les adeudaba una cantidad. En 1899 había fundado la Panama Canal Company of America. No era cierto, pero fue útil. La revolución se opuso al servicio de los intereses yankees. Todavía le faltaba a Cromwell el golpe de gracia definitivo: la americanización del canal, mediante un grupo de empresarios de Wall Street que sigilosamente comprarían las devaluadas acciones del canal francés y las revenderían a su gobierno.

Bautizo de la Bandera de Panamá realizado el 20 de diciembre de 1903

Y por último; no hubo una suficiente oposición. La represión la evitó, y el decreto de 11 de noviembre de 1911 que amenaza con expulsión del país a los no satisfechos. Se había logrado una independencia intervenida por USA al igual que en Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Era la política de Roosevelt.

Ovidio Díaz Espino, en su libro How Wall Street created a nation (2001, traducido por Ángela García en 2004), revela con acidez crítica el nacimiento de la nación: «una visión idealizada pero falsa de la historia de mi país [Panamá]». El dinero llegó en abundancia y los próceres independentistas fueron ampliamente remunerados. J. P. Morgan financió la operación.