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Constanza y Marichu de la Mora, nietas de Antonio Maura

Constanza y Marichu de la Mora, nietas de Antonio Maura

Dinastías y poder

Connie y Marichu de la Mora: la roja y la falangista

Dos identidades enfrentadas en la prolífica dinastía de los Maura, una de las que más figuras relevantes ha dado a la vida política y cultural española

Las dos eran nietas de Antonio Maura, uno de los estadistas más importantes del primer tercio del siglo XX. Crecieron en el ambiente de la buena burguesía madrileña, aunque sus vidas se separaron como consecuencia de diferente militancia. La mayor, Constancia, fue una activista del Partido Comunista en los años de la Guerra Civil. La pequeña, Marichu, una firme defensora de los principios ideológicos de José Antonio y pieza clave en el organigrama de la Sección Femenina. El libro La roja y la falangista, de Inmaculada de la Fuente, describe bien esa dualidad. Dos identidades enfrentadas en la prolífica dinastía de los Maura, una de las que más figuras relevantes ha dado a la vida política y cultural española.

«La roja»

La llamaban Connie y era la primogénita de Constancia Maura, la mayor de las hijas del ilustre tribuno Antonio Maura. Nació en palacete de la familia en la calle Génova y se educó en colegios e internados católicos en Reino Unido. Su matrimonio en 1926 con Manuel Bolín, respondía a los cánones propios de una familia de abolengo político e intelectual. «Ha sido pedida la mano de la encantadora señorita Constancia de la Mora y Maura, hija de don Germán y nieta del inolvidable don Antonio Maura» decía el aristocrático La Época (9 febrero 1926). Se casaron en la iglesia de los Jerónimos, tuvieron una hija y se fueron a vivir a Málaga.

Sería una de las primeras mujeres en acogerse a la Ley de Divorcio de 1932 aprobada por la Segunda República

Nada hacía presagiar entonces que la joven, fuese a ser una de las primeras mujeres en acogerse a la Ley de Divorcio de 1932 aprobada por la Segunda República y mucho menos que sus simpatías políticas se inclinasen hacia el Partido Comunista. Su boda civil con el jefe de la aviación republicana Ignacio Hidalgo de Cisneros conmocionó a sus parientes cercanos y todavía más su activa militancia una vez iniciada la Guerra Civil. Nombrada por el gobierno de Negrín, jefe de la Oficina de Prensa Extranjera, tuvo un papel relevante en el control de las informaciones que los corresponsales enviaban a sus periódicos. Tomó parte, además, en la organización de la evacuación de niños hacia Rusia, entre los que se encontraba su propia hija. Tampoco dudó en solicitar ayuda al presidente de los Estados Unidos y reunirse en Nueva York con Eleonor Roosevelt y otros colegas a los que como Ernest Hemingway o Jay Allen había conocido en España. Alguna de estas experiencias podemos encontrarla en su obra In place of Splendor, publicada en México en 1944 –antes se había hecho en EEUU– y con algún matiz respecto a la versión española de 1977.

«La falangista»

Por el contrario, su hermana Marichu, un año más joven, simpatizó con las doctrinas ideológicas de José Antonio. Recibió la misma formación que Constancia, aunque su militancia resultó distinta. Casada desde 1929 con Tomás Chávarri, joven de buena posición que terminará haciendo fortuna como agente de cambio y bolsa, mantenía cercanía con la familia Primo de Rivera, a los que invitaba con frecuencia a la casa que tenían alquilada en La Granja. Marichu había conocido a José Antonio en el domicilio de la marquesa de Agrelo, donde acudían a jugar al póquer. Era también amiga de Pilar con la que asistió a muchos mítines de la organización política de su hermano, Falange Española. En 1934 Marichu se afilió a la Sección Femenina, el brazo de integración de las mujeres en aquel movimiento.

Dicen también que inspiró alguno de los poemas de Dionisio Ridruejo

Cuando comenzó la Guerra Civil, Marichu estaba en La Granja y se puso al servicio de la autoridad militar. Su marido, aún en Madrid, tuvo que refugiarse en la Embajada Argentina. Durante estos años fue directora de la revista Y, publicación de la Sección Femenina y la designaron «Delegada Nacional de Prensa y Propaganda». En Salamanca fue una persona cercana a personalidades del mundo literario como Eugenio Montes o Agustín de Foxá. Dicen también que inspiró alguno de los poemas de Dionisio Ridruejo, en esos días figura principal del Movimiento, en su obra Primer libro de amor.

Connie de la Mora falleció en un accidente de tráfico en Guatemala en 1950. Marichu ejerció el periodismo durante muchas décadas; dirigió la revista La Moda en España, participó en programas de Radio Nacional de España y fue una figura reconocida en la sociedad de los años 60. Falleció en su casa de Sotosalbos en Segovia, en 2001. Dos mujeres de la misma saga, pero con trayectoria diferente. Algo hasta habitual entre los miembros de esta dinastía. Tenemos también a Gabriel y a Miguel Maura, uno en el último gabinete liberal de Alfonso XIII y el otro, en el gobierno del 14 de abril de 1931. Encontramos ministros, periodistas… y hasta al director de cine Jaime Chávarri. Una estirpe sin final que da para muchas historias.

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