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Fotograma de la película El nombre de la rosa

Hallan la descripción más antigua del meteoroscopio en un tratado perdido de Ptolomeo

Las hojas del pergamino habían sido borradas en el siglo VIII para poder ser luego reutilizadas, destruyendo de esta manera un importantísimo tratado astronómico escrito por Claudio Ptolomeo en el siglo II d.C

El escenario de la famosa novela El nombre de la rosa de Umberto Eco, la abadía de Bobbio, ubicada en la región italiana de Emilia-Romagna y un monasterio fundado por el santo irlandés Columbano en el año 614, guarda una de las colecciones de manuscritos más importantes de la Alta Edad Media en toda Italia.

En los archivos dicha biblioteca se descubrió un palimpsesto, es decir, un manuscrito elaborado a partir de un pergamino ya utilizado anteriormente, que ahora custodia la Biblioteca Ambrosiana de Milán, y que contenía un texto en latín de las Etimologías de san Isidoro de Sevilla. Pero detrás de aquella inmensa compilación del santo sevillano se escondía otro texto que se creía perdido del astrónomo griego Claudio Ptolomeo.

Un pergamino reutilizado

Un descubrimiento que ha sido posible gracias al trabajo de un equipo internacional dirigido por Victor Gysembergh y Emmanuel Zingg, del Centro Léon Robin (Universidad de la Sorbona / CNRS) y Alexander Jones, de la Universidad de Nueva York. Los investigadores se dieron cuenta de que las hojas del pergamino habían sido borradas en el siglo VIII para poder ser luego reutilizadas, destruyendo de esta manera un importantísimo tratado astronómico escrito por Claudio Ptolomeo en el siglo II d.C.

Ilustración de un meteoroscopio, un instrumento astronómico

Con la ayuda de imágenes multiespectrales se ha podido descifrar e interpretar el documento que se creía perdido y que contiene la descripción más antigua que se conoce de un instrumento llamado meteoroscopio, una especie de esfera armilar (instrumento astronómico para determinar la posición de los cuerpos celestes) de nueve anillos, según han explicado en un artículo publicado en la revista Archive for History of Exact Sciences. Este tipo de análisis ha sido posible gracias a la ayuda de la empresa Lumière Technology y de un equipo internacional formado por Early Manuscripts Electronic Library (EMEL), Lazarus Project, Rochester Institute of Technology y la empresa MegaVision Inc., Victor Gysembergh, Emmanuel Zingg y Alexander Jones.

Ptolomeo y el meteoroscopio

con el meteoroscopio los matemáticos antiguos podían calcular alturas y distancias, y Ptolomeo lo usó específicamente para «mejor precisar los sitios de los lugares y saber las distancias que tenían los uno de los otros y para qué parte estaban situados, si para Septentrión o para Oriente o lo que estaban desviados por algún otro particular respecto o inclinación», según recoge el cosmógrafo e historiador del siglo XVI Alonso de Santa Cruz en su Libro de las longitudes.

Imagen de las Etimologías de san Isidoro de Sevilla (arriba); en la parte inferior, el texto perdido de PtolomeoArchive for History of Extract Sciences

Esta descripción se encuentra en «la intersección de las ciencias naturales y las humanidades y se compone, en particular, de 15 hojas de un manuscrito griego del siglo VI o VII a.C. que más tarde se utilizó para almacenar varias obras», explican los investigadores en su artículo. Es más, estas 15 hojas comprendían tres obras científicas griegas: una sobre mecánica y matemática de autor desconocido, una obra de Ptolomeo, Analemma, y otra sin identificar, que ha resultado ser este tratado astronómico de Ptolomeo.

«El documento, que tiene lagunas, describe la construcción y el uso de una esfera armilar de nueve anillos, identificable como el meteoroscopio. Este importante descubrimiento arroja nueva luz sobre la historia de la astronomía en la Antigüedad y sobre los inicios de la historia de la ciencia. En particular, proporciona una mejor comprensión del método científico utilizado por los antiguos astrónomos para realizar sus mediciones», concluyen.