7 de abril de 1923: cien mil personas se manifiestan en Varsovia en favor del arzobispo Cieplak

La noticia de que el arzobispo Jan Cieplak y monseñor Konstanty Budkiewicz habían sido condenados a muerte por el comandante ruso Krylenko, así como el encarcelamiento de otros sacerdotes, provocó que muchos fieles saliesen a las calles para protestar a favor de los condenados.

Tras la apoplejía de Lenin en 1922, el jefe del PCUS de Petrogrado, Grigori Zinóviev, estaba decidido a «librar» a su distrito del catolicismo organizado. Con el apoyo de la mayoría del Politburó, se organizó un juicio político amañado, que sería realizado por el comisario adjunto de Justicia Nikolai Krylenko.

El Debate informaba de que en Varsovia se había organizado una manifestación «imponente» para «protestar contra la ejecución del Obispo polaco Budkiewiez». Dicha concentración no bajaba de «100.000 personas», detallaba el periódico. Todos ellos se dirigieron frente a la presidencia del Consejo y una Comisión «entregó al jefe de Gobierno y ministro del Interior, el general Sikorski, una resolución votada por unanimidad pidiendo la enérgica intervención de Polonia en favor del arzobispo Cieplak y los demás prelados y sacerdotes condenados en Moscú».

El general Sikorski aseguraba que mantendría «una actitud firme frente al Gobierno de los soviets». Por otro lado, El Debate recogía también las últimas noticias recibidas del Vaticano en relación a estos sucesos: «No es probable que se proteste ante el Gobierno ruso –detallaba el periódico– ya sea porque se cree inútil hacerlo, sea porque ello podría perjudicar la situación de los católicos en Rusia». Desde el Vaticano se seguiría «socorriendo a los hambrientos de Rusia, creyendo que esta generosidad y un silencio digno son la mejor respuesta a los excesos de los tribunales moscovitas».