Presentación del libro 'La incomparable Isabel la Católica'
«Dumont desmonta de una manera muy clara lo que ha sido obstáculo para la beatificación de Isabel la Católica»
La defensa y reivindicación de la causa de beatificación de la Reina Isabel atiende a la «necesidad de recuperar históricamente la figura de Isabel ante la ideología 'woke'», expresó José Francisco Serrano, en la presentación del libro de Jean Dumont
Reina, madre, católica y esposa; Isabel la Católica es, probablemente, la Reina más importante de la modernidad y ejemplo de mujer en todas sus facetas. Esta ha sido la idea unánime que se ha transmitido en la presentación de la reedición de La incomparable Isabel la Católica, un libro del hispanista francés Jean Dumont publicado en 1993 y que ahora, 30 años después, Ediciones Encuentro recupera. Un libro que, en palabras del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, «merece ser leído» porque «desmonta de una manera muy clara lo que ha sido obstáculo para la beatificación de Isabel la Católica».
Una causa que ha sido entorpecida por la sombra de la leyenda negra «proyectada en una figura, que junto a su esposo Fernando, son los constructores del primer estado-nación de la modernidad, España», destacó Fernández Díaz y continúo diciendo que «España tenía una misión a cumplir bastante importante; nada menos que la evangelización de América y la contrarreforma», dos acontecimientos importantes en la Historia y ambos protagonizados por Isabel I de Castilla.
En su intervención, el exministro del Interior terminó abogando por la defensa de la verdad: «Una de las principales batallas de toda guerra es la desinformación y se ha realizado una desinformación sobre Isabel la Católica impresionante», apuntó el político. Por esta razón, «este libro de Jean Dumont va ayudar a ir desenmascarando esos mitos y esas mentiras históricas» en torno a la figura de la católica Reina. Según expresó el político, «no se puede querer ni defender algo que no se conoce. Y conocer a la Reina Isabel con este libro ayuda a amarla y comprometerse en su defensa. En la defensa en estos momentos de su causa de beatificación».
La Historia frente a la ideología
Pero ¿qué sentido puede tener hoy la beatificación de la Reina Isabel? Para responder a esta pregunta, ha intervenido José Francisco Serra Oceja, catedrático en Ciencias de la Comunicación y miembro de la comisión para la beatificación de Isabel la Católica.
«Estamos en un momento en el que se impone la ideología woke», advirtió el catedrático. «Un momento en el que se está generando, frente a la necesidad de la historia, nuevos mitos». Dicho de otra manera, «lo que propone la cultura de la cancelación en este momento de la historia es la reformulación de los mitos clásicos que proceden del neopaganismo». Por ello, frente a esta propuesta en la que mito e ideología son fundamentales, «los cristianos proponemos la historia», sentenció.
En la causa de beatificación de la Reina Isabel y sobre su figura misma «hoy, culturalmente lo que imperan son mitologías y no la historia», criticó el periodista. Por lo tanto, «la labor de la comisión por la causa de beatificación es testimoniar la historia», prosiguió. Para terminar su intervención, a su parecer, es tarea nuestra proponer a Isabel la Católica como un ejemplo de la «expresión de la santidad y persuasión de la santidad». La defensa y reivindicación de la causa de beatificación de la Reina Isabel atiende a la «necesidad de recuperar históricamente la figura de Isabel ante la ideología woke para centrarnos en la enseñanza de la pedagogía de la santidad de vida que nos propone Isabel la Católica».
Una gran referente femenina en la Historia
Juan Carlos Domínguez Nafría, catedrático en Historia del Derecho y miembro, también, de la comisión para la beatificación de Isabel la Católica, ha querido empezar su intervención haciendo dos breves apuntes. En primer lugar, la relevancia de esta reedición del libro de Dumont, una oportunidad «para que compareciese de nuevo en el debate historiográfico sobre la obra de España en América». Y tal vez, según Domínguez Nafría, «para proponer en este tiempo de protagonismo de la mujer al más grande de los referentes femeninos de la historia» como a su parecer es la Reina Católica, a quien ha descrito como «una de las mujeres más célebres que han existido, tal vez, la más influyente, puede que incluso la más poderosa, sin dejar por ello de dar testimonio constante de su catolicidad».
En segundo lugar comentó que La incomparable Isabel la Católica no era una «biografía al uso sobre la Reina», sino más bien «un ensayo que se centra en las grandes cuestiones de su reinado sin omitir las más controvertidas presentándolas de manera comprensible para todos con un ritmo narrativo envidiable». Acto seguido hizo una concienzuda síntesis del libro, destacando entre otros aspectos el capítulo donde el autor hace referencia a la disputa de Isabel y su sobrina, Juana la Beltraneja: «No fue una disputa personal, ni familiar, ni dinástica; sino, sobre todo, una disputa internacional, pues lo que estaba en juego era la unidad de Castilla y Aragón», una cuestión que «no interesaba nada a Francia».
Así como los tres capítulos nucleares (el cuarto, quinto y sexto), donde se abordan los temas más polémicos: la Inquisición, la expulsión de los judíos y el conflicto creado por los moriscos granadinos. En dichos capítulos, el autor expone explicaciones de enorme interés que «el lector solo podrá entender bien si sabe juzgar los hechos en su contexto histórico», subraya el catedrático.
En cuanto a la Inquisición, marcó -entre otras cosas- que este tribunal evitó los «sangrientos conflictos religiosos que se padecieron prácticamente en casi toda Europa. Además de ser un freno eficaz para los supersticiosos, perseguidores de la brujería que asesinaron a decenas y millares de personas e incluso centenares de miles de brujas ejecutadas en toda Europa», algo que no pasó en España.
Por otro lado, sobre el capítulo de la expulsión de los judíos en España recoge dos de los catorce puntos que argumenta el autor. Los judíos fueron expulsados en 1492 de España porque; primer, «eran tiempos en los que regía aquello de que todos los súbditos deben seguir la religión de su Rey», y segundo, por el «daño» que producían aquellos herejes, aquellos falsos conversos: «Isabel nunca quiso expulsar a los judíos, su corte estaba llena de judíos. El propio Fernando era descendiente de judíos. Pero fueron los inquisidores los que observan que ese número de falsificación de la fe era un atentado contra el estado». Por lo que se refiere a la guerra de Granada, según Dumont, al término de la guerra se esclavizaron algunos moros granadinos «conforme al derecho de la guerra en esta época. Sin embargo, Isabel, ordenó su libración en 1492», remarca el catedrático en Historia del Derecho. No hubo represalias, ni saqueos en Granada e incluso se permitió a los musulmanes la práctica de su religión, pero también se buscó la conversión de los granadinos.
También, hizo una mención especial al capítulo dedicado al descubrimiento de América. Para Isabel este proyecto no fue de «explotación y conquista, sino de evangelización». La esclavitud de los indios «no era admisible. Eran tan súbditos como los habitantes de Castilla», sentencia. Por estas y otras razones más que se pueden entrever en el libro de Dumont, «Isabel fue una gran Reina, una gobernante excepcional, pero también fue una mujer piadosa, desprendida, abnegada, madre y esposa» por lo que nos corresponde -apeló el catedrático- «mantener viva su memoria ejemplar para que no la falsifiquen ni la cancelen y porque es nuestro derecho y nuestro deber mostrarla con rigor, sin complejos ni descontextualizaciones a quienes nos deben suceder», algo en lo que el ensayo de Dumont, como también indicó el exministro del Interior en su intervención, nos ayuda.