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Cuadro alegórico de dos damas de autor desconocido

Pintura alegórica de dos damas de autor desconocido

La historia detrás del inusual retrato de dos mujeres: ¿había igualdad racial en la Inglaterra del siglo XVII?

El cuadro representa a dos damas: una negra y otra blanca sentadas una al lado de la otra como iguales

El pasado viernes, el medio británico The Guardian publicaba un artículo en el que hacía mención un cuadro de «extraordinaria importancia para el estudio de la raza y el género en la Gran Bretaña del siglo XVII». La obra en cuestión representaba a dos mujeres, una negra y otra blanca representadas «como compañeras e iguales» con vestimenta, peinado y joyas similares.

Bajo el título de Pintura alegórica de dos damas, la obra, perteneciente a la escuela inglesa y fechada hacia el año 1650, se trata de un cuadro moralizante en el que se critica el uso de cosméticos para alentar la apariencia natural de una persona.

Sus rostros están cubiertos de curiosos parches de belleza que estaban de moda en la época y que la inscripción del cuadro condena como «pecado de soberbia», una opinión muy extendida en el siglo XVII pues aquellos que hacían uso de tales parches –de seda o terciopelo– se arriesgaban a provocar la ira de Dios, según explica el artículo de The Guardian. Parte de la finalidad de los parches era ocultar las imperfecciones o signos de enfermedad.

El cuadro podría haber salido del país

Según indica el artículo del medio inglés, el cuadro corría el riesgo de salir del Reino Unido tras ser subastado en la casa de subastas Shropshire en 2021. Sin embargo, el Comité de Revisión de la Exportación de Obras de Arte y Bienes de Interés Cultural impuso una suspensión temporal para que una institución británica pudiera adquirirlo, evitando así que abandonase el país definitivamente.

Este organismo independiente, dependiente del Consejo de las Artes, asesora a la Secretaría de Estado de Digital, Cultura, Medios de Comunicación y Deporte sobre si un objeto cultural destinado a la exportación es de importancia nacional con arreglo a determinados criterios. En el informe, la comisión señalaba que su salida del Reino Unido sería una «desgracia»: «La representación de una mujer negra sentada en un cuadro de la década de 1650 era muy inusual (...) e invitaba a un importante debate sobre la raza y el género en la época». Y añadía que esta obra muestra como ninguna otra de la época «los debates de la Edad Moderna sobre la moralidad del uso de los cosméticos; los discursos sobre la belleza ideal y el color de la piel; las cuestiones relativas a la jerarquía de género y la participación femenina; así como las actitudes hacia la raza y la etnia, especialmente en una época que fue testigo de un creciente contacto global a través del comercio y la expansión colonial».

Pippa Shirley y Christopher Baker, miembros del comité asesor destacaron que el retrato «no se trata de personas reales». Del mismo modo, subrayaron que «el hecho de que sólo haya aparecido recientemente y de que hasta ahora sólo se conozca otro cuadro relacionado, y de que podría utilizarse para explorar aspectos importantes de la cultura negra en la Gran Bretaña del siglo XVII, hace que sea especialmente importante que permanezca en este país para que su significado pueda ser ampliamente estudiado y comprendido».

¿Había igualdad racial en el siglo XVII?

Lo cierto es que en 1660 se funda en Inglaterra la Real Compañía de Aventureros de Comercio con África, una patente respaldada y apoyada por los reyes Carlos II y Jacobo II de Inglaterra. Entre sus permisos figuraba el derecho exclusivo de sus barcos de comerciar en la costa occidental africana, y permitía a sus miembros erigir fortines, a cambio de dar a la Corona inglesa la mitad de las ganancias. Doce años después, la compañía se reorganizó bajo el nombre Real Compañía Africana y obtuvo poderes más amplios: construir fortines y «factorías» (donde se retenía a los esclavos antes de embarcarlos para cruzar el Atlántico) y emplear sus propios soldados.

Esta compañía ayudó en el auge y desarrollo del tráfico de esclavos. Transportó a muchos miles de africanos hacia una vida de esclavitud, y cooperó con los líderes de África occidental para construir un mercado que duró incluso hasta después de que la compañía se deshiciera, en 1752, y que causaría que millones de africanos fueran desplazados hacia una vida de sufrimiento en América.

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