Más que una traición: 80 aniversario del genocidio polaco de Volinia por ucranianos nazis
En el verano de 1943 más de 167 aldeas fueron asaltadas y sus habitantes masacrados de forma cruel, calculándose en unos 60.000 los polacos asesinados en Volinia
Recientemente el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki puso una cruz y unas flores en homenaje a los polacos asesinados hace 80 años en un territorio actualmente bajo soberanía ucraniana. Los acontecimientos que provocan fricciones en las relaciones polaco-ucranianas se refieren al 11 de julio de 1943 cuando destacamentos del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA) –en sus siglas ucranianas– iniciaron una amplia operación contra los campesinos polacos que vivían en los antiguos territorios orientales de la II República polaca, compartiendo el territorio con judíos y ucranianos.
Los judíos fueron deportados por los alemanes y los ucranianos decidieron «limpiar» aquellas regiones, que quedarían exclusivamente habitadas por ucranianos, aprovechando la inestabilidad provocada por la Segunda Guerra Mundial. El Ejército Secreto Polaco envió una delegación para hablar con el UPA, pero fueron asesinados. En el verano de 1943 más de 167 aldeas fueron asaltadas y sus habitantes masacrados de forma cruel, calculándose en unos 60.000 los polacos asesinados en Volinia y otros 12.000 más en la Galitzia oriental. Las familias campesinas fueron en muchos casos asesinadas en su mayor parte con armas blancas y útiles de labranza para ahorrar munición.
El nacionalismo ucraniano más violento
El nacionalismo ucraniano se había desarrollado en la Polonia independiente a través de la Alianza Democrática Nacional de Ucrania, de Dmytro Levytsky, y defendía un nacionalismo pacífico, a diferencia de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, que confiaba en la violencia como único instrumento para alcanzar la soberanía ucraniana. La Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), fue fundada en 1928, por Evguén Konovalets, antiguo coronel de los fusileros de Sich, una unidad formada por los austro-húngaros con prisioneros del ejército zarista durante la Primera Guerra Mundial.
El terrorismo que desarrolló este nacionalismo radical efectuó el asesinato de prominentes políticos polacos
Evguén Konovalets también fundó la Organización Militar Ucraniana (UWO), que sirvió de base para la OUN, donde reunió el espectro más militante del nacionalismo ucraniano, dándole un carácter más radical al ver en la violencia armada el recurso para unir a los ucranianos por su lucha nacional. El terrorismo que desarrolló este nacionalismo radical efectuó el asesinato de prominentes políticos polacos como el de Tadeusz Hołówko, estrecho colaborador de Józef Piłsudski y partidario de conceder la autonomía a los ucranianos de Galitzia Oriental; el de Bronisław Pieracki, ministro del Interior y el del ucraniano Ivan Babij, director de una escuela de secundaria de Lvóv, dirigente de Acción Católica, y contrario al uso del terrorismo como elemento de intimidación política.
Las primeras consecuencias del magnicidio del ministro de interior fueron las detenciones de varios dirigentes nacionalistas ucranianos de la OUN, como Stepan Bandera, Mykoła Łebed y Jarosław Karpyneć, que fueron sentenciados a muerte, aunque les fue conmutada la pena por cadena perpetua, por su participación en la organización del magnicidio. El primero de ellos, después del asesinato por un agente soviético en Holanda, en 1938, de Evguén Konovalets, encabezó la escisión más radical de la OUN-Bandera, con gran presencia en Galitzia, frente a la fracción más moderada de Andriy Melnyk.
Durante la Segunda Guerra Mundial los partidarios de Bandera colaboraron con los nazis en la invasión de la URSS, formando parte del Batallón Nachtigall, una unidad dependiente de los servicios de inteligencia del ejército alemán. La unidad estaba bajo el mando ucraniano de Román Shujévych, quien después se convertirá en la postguerra en el principal dirigente del UPA.
Stefan Bandera fue liberado por los alemanes con la ocupación de Polonia, pero tras ver cómo los nazis no apoyaban la instauración de un estad soberano ucraniano, sino la formación de una colonia del III Reich fue detenido e internado en un campo de concentración hasta su liberación en 1944. Aunque el nacionalismo ucraniano participó en la formación de una unidad división en las SS, la 14 «Galitzia», en la primavera de 1943, al mismo tiempo los ucranianos favorables al OUN de Stepán Bandera formaron el Ejército Insurgente Ucraniano (Ukrainska Povstanska Ármiya-UPA), que recibió apoyo alemán para organizar partidas guerrilleras que ralentizasen la ofensiva soviética.
El exterminio y eliminación de la población polaca rural indefensa fue un acto sin valor militar
El UPA o Ejército Insurgente de Ucrania estuvo dirigido por Roman Shukhevych, y el núcleo principal fueron desertores de las diferentes formaciones armadas colaboracionistas de los alemanes donde habían recibido instrucción. Según las vanguardias soviéticas se iban acercando a las provincias orientales de la antigua Polonia, el UPA fue efectuando emboscadas sobre los alemanes en fuga para apoderarse de sus armas. El exterminio y eliminación de la población polaca rural indefensa, los hombres jóvenes habían sido deportados por los alemanes a la industria de guerra, fue un acto sin valor militar y con el objetivo de eliminar para siempre la presencia polaca en aquellas regiones.
Entrevista a Ricardo Ruiz de la Serna
«El propósito del genocidio armenio no era solo matar a las personas, sino destruirlo como pueblo»
El UPA siguió después luchando contra las formaciones soviéticas causándoles fuertes pérdidas y obligando a la URSS al traslado de potentes unidades de la NKVD. El término de la guerra con el cambio de fronteras entregó aquellas regiones a la URSS, integrándose en la Ucrania soviética, de donde se expulsó a los polacos supervivientes, mientras ucranianos residentes en la nueva Polonia comunista hacían en viaje inverso.
Para erradicar al UPA de sus posiciones, desde Polonia se procedió a la «Operación Vístula», que en 1947 tuvo como objetivo la dispersión de las poblaciones ucranianas del sudeste de Polonia por el resto del país. El objetivo de tal despliegue fue favorecer su asimilación y eliminar el posible apoyo de aquellas comunidades rurales a los destacamentos nacionalistas ucranianos, que tuvieron que buscar refugio en la Europa occidental en pequeños grupos, poniendo fin a la lucha guerrillera en el ámbito ucraniano-polaco. La actual solidaridad polaca con los ucranianos olvidando aquel genocidio local subraya más la importancia del gesto efectuado por los polacos.