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La Revolución SandinistaUNAN-Managua

Del inicio de la revolución sandinista al otoño del patriarca Ortega

La toma del poder por los sandinistas ponía punto final al ciclo iniciado veinte años antes por Fidel Castro con su entrada en la Habana

El 19 de julio de 1979 los guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional entraron en la ciudad de Managua con sus AK-47 disparando al cielo, entre ellos el jesuita Fernando Cardenal, posterior ministro de Educación en el gobierno revolucionario, junto a su hermano, el también sacerdote Ernesto Cardenal, que lo fue de Cultura. La toma del poder por los sandinistas ponía punto final al ciclo iniciado veinte años antes por Fidel Castro con su entrada en la Habana.

Nicaragua había sido la finca particular de la familia Somoza durante 43 años, bajo la protección de los estadounidenses que se habían beneficiado de las pugnas entre las fracciones conservadoras y liberales llegaron a controlar la humilde economía agrícola del país. La ocupación militar estadounidense provocó una revuelta comandada por Augusto César Sandino, que se convirtió en el icono del nacionalismo nicaragüense contrario a los Estados Unidos. Asesinado en 1934 por orden del primer Anastasio Somoza, responsable de la Guardia Nacional, aunque ambos procediesen de las filas liberales y compartiesen fidelidad masónica.

Augusto Sandino

El régimen de los Somoza trajo el enriquecimiento de su familia, pero mantuvo a la sociedad en la miseria. Los apellidos Chamorro, Cardenal, Cuadra o Coronel de las familias acomodadas se alternaban en todo tipo de variantes, y sus hijos estudiaron en los mejores colegios del extranjero. Algunos de ellos, como los poetas José Coronel Urtecho y Antonio Cuadra Cardenal fueron becados por el Instituto de Cultura Hispánica en España y el discurso católico y reivindicativo social del régimen español les llevó a convertirse en sandinistas con posterioridad.

El sandinismo guerrillero reunió bajo el liderazgo de veteranos dirigentes estudiantiles como Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga y Tomás Borge, a jóvenes procedentes del conservadurismo, como Daniel Ortega, y otros, que, estimulados por el ejemplo cubano, fueron permeables a la doctrina marxista revolucionaria, cuando únicamente eran nacionalistas contrarios a la dictadura personal de los Somoza. La oposición a los Somoza se identificó con el FSLN.

Tras la toma del poder procedieron a una campaña de alfabetización y a una profunda reforma agraria, aunque sus dirigentes también se quedaron con las mejores partes e iniciaron la censura de prensa y la lucha contra la Iglesia Católica institucional y divorciada de la que consideraban «iglesia del pueblo», que aceptaba los planteamientos marxistas. La ayuda cubana permitió a los sandinistas crear un ejército de 200.000 hombres y convertirse en la base continental de los principales grupos guerrilleros de la región, especialmente del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador.

La guerra causó unos 40.000 muertos y la caída del comunismo en 1989 favoreció que Nicaragua se orientase hacia la democracia un año después

La reacción de los Estados Unidos de Ronald Reagan será la creación de «la contra», una formación guerrillera formada por antiguos somocistas y sandinistas demócratas, como el mítico comandante «cero», Eden Pastora, contrario a la deriva comunista de sus compañeros. La guerra causó unos 40.000 muertos y la caída del comunismo en 1989 favoreció que Nicaragua se orientase hacia la democracia un año después. El triunfo de la opositora Violeta Chamorro abrió el país a la democracia y dio el liderazgo del sandinismo opositor a Daniel Ortega.

El antiguo guerrillero ha llegado al poder en otras tres ocasiones, posteriormente, de forma democrática, en el 2011 y 2016, pero la de 2021 muy cuestionada por todos los organismos internacionales. Desde el 2018, la represión ejercida contra la oposición y las protestas ciudadanas, donde hubo centenares de asesinados, fueron popularizando una imagen de Daniel Ortega como viejo dictador que vive su «otoño del patriarca». Decenas de miles de nicaragüenses tuvieron que emigrar por la miseria de su país y la ausencia de libertades que no les permitía subsistir.

En su última victoria electoral, varios candidatos fueron imposibilitados de presentarse para no hacerle sombra y varios líderes de la oposición fueron detenidos y encarcelados. El ejercicio del poder también ha sido personal, otorgando los cargos más importantes a miembros de su familia cercana. La muerte de algunos militantes de la oposición por cuadrillas de militantes sandinistas llevó a la expulsión de su formación política de la internacional socialista, aunque tiene el apoyo de Cuba y del chavismo gobernante en Venezuela.

Con respecto a la Iglesia, Daniel Ortega ha pasado de un extremo al otro. En el 2007 penalizaba el aborto proclamando a Nicaragua como un estado a favor de la vida. El aborto había sido instaurado por los liberales para evitar el crecimiento de la población indígena y evitar que las mujeres dejasen de trabajar en el campo a causa del embarazo. Sin embargo, la iglesia que dejó san Juan Pablo II, limpia de los marxismos de la teología de la liberación, no aceptó la represión ejercida desde el 2018 contra la sociedad.

Cómo la leyenda del caballero del dragón, Daniel Ortega se ha convertido contra aquello que luchó, en el nuevo Somoza de su país

El dictador nicaragüense contexto con el cierre y la expoliación de la Universidad Católica San Juan Pablo II y de la Universidad Católica Inmaculada Concepción perteneciente a la archidiócesis de Managua (UCICAM), con el cierre de diez emisoras católicas, la prohibición de Caritas de Nicaragua y la detención del obispo de Matagalpa, Rosendo Álvarez y de cuatro sacerdotes y otros dos seminaristas de su diócesis. Además, desde febrero de este año, las procesiones de Semana Santa quedaron prohibidas en el país, intentando disolver la fuerte relación que la Iglesia mantiene con el pueblo llano. Cómo la leyenda del caballero del dragón, Daniel Ortega se ha convertido contra aquello que luchó, en el nuevo Somoza de su país.