Cuando tu deudor se convierte en invasor: la ocupación de Kuwait por Irak
Los gobiernos de Irak siempre habían argumentado tener derechos sobre Kuwait al haber formado este país históricamente parte del valiato de Basora como parte del Imperio otomano
El Irak de Sadam Hussein había combatido durante ocho interminables años contra el Irán de los ayatolas. Esta guerra terminó con un saldo de varios millones de bajas entre muertos y heridos. El gobierno de Bagdad vio como la guerra dejaba literalmente arruinado al país. El 2 de agosto de 1990 Irak invadía el emirato de Kuwait mientras el Consejo de Seguridad de la ONU condenaba la invasión.
Los gobiernos de Irak siempre habían argumentado tener derechos sobre Kuwait al haber formado este país históricamente parte del valiato de Basora como parte del Imperio otomano. Por el acuerdo anglo-otomano de 1913 se definían los límites de los territorios turcos en el golfo Pérsico en relación a Kuwait, Qatar, Baréin y el Shatt al-'Arab. Este acuerdo nunca fue firmado como consecuencia del comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero fue la base para la futura independencia y el establecimiento de las fronteras de Kuwait con Irak.
Kuwait era y es un enclave estratégico fundamental para Irak por ser su principal zona de salida natural al golfo Pérsico, un territorio fundamental para sus exportaciones de petróleo. El nacimiento de un Kuwait independiente supuso un candado puesto a principios de siglo XX al futuro de Irak.
Una vez finalizada la guerra, Kuwait reclamó la devolución de todo el dinero prestado, que Irak, en una situación económica muy delicada, no era capaz de pagar
Durante la Guerra Irán-Irak (1980-1988) el emirato de Kuwait se vio amenazado por la Revolución Islámica (1979) que había llevado al ayatolá chiíta Jomeini al poder en Irán. Kuwait se convirtió en el principal aliado y apoyo económico de Irak en su guerra con Irán. Los petrodólares kuwaitíes que financiaban a Bagdad estuvieron a punto de provocar una guerra con el régimen de Teherán. El puerto de la ciudad de Kuwait fue utilizado durante la guerra como principal punto de exportación de crudo de Irak, ya que sus escasas salidas al golfo Pérsico estaban permanentemente bajo fuego iraní.
Una vez finalizada la guerra, Kuwait reclamó la devolución de todo el dinero prestado, que Irak, en una situación económica muy delicada, no era capaz de pagar. El régimen de Bagdad solicitó una condonación de esta deuda argumentando que la guerra contra Irán había servido para defender también a Kuwait. Las negociaciones económicas entre Irak y Kuwait de 1989 no llegaron a ningún acuerdo.
En 1988, Issam al-Chalabi, el Ministro del Petróleo de Irak, solicitó de la OPEP una reducción de su producción diaria de barriles para lograr el aumento del precio del crudo y con ello conseguir un aumento de las divisas que entraban en las arcas de Bagdad. Sin embargo, la política de Kuwait era justo la contraria, apoyaba un aumento progresivo de la cuota de producción diaria de barriles por parte de todos los socios de la OPEP.
Irak acusó a Kuwait de estar usando técnicas avanzadas y robándole su petróleo. Exigieron compensaciones
El gobierno de Bagdad acusó a Kuwait por su política petrolera que interpretó como una agresión contra Irak. Además, ambas naciones estaban explotando el enorme campo petrolífero de Rumaila, uno de los mayores del mundo, que se encuentra en situado bolsas subterráneas entre la frontera entre ambos países. Irak acusó a Kuwait de estar usando técnicas avanzadas y robándole su petróleo. Exigieron compensaciones. Los kuwaitíes argumentaron que toda esta campaña era una escusa de mal pagador para justificar no pagar su deuda.
El 1 de agosto de 1990 tuvo lugar una cumbre en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudita, donde los diplomáticos de Irak y Kuwait trataron de llegar a un acuerdo que pusiera solución a sus diferencias. Irak, para presionar, tenía situado un contingente militar de casi 100.000 hombres en su frontera con Kuwait. Las negociaciones fueron un fracaso, quedando sus relaciones diplomáticas rotas de facto.
La madrugada del 2 de agosto de 1990, Saddam Hussein lanzó un ataque por sorpresa contra Kuwait. Las tropas iraquíes cruzaron la frontera terrestre de Kuwait, en una operación que había sido preparada en secreto, tomando a las fuerzas kuwaitíes totalmente desprevenidas. 90.000 soldados iraquíes entraron en Kuwait, avanzando desde el norte hasta llegar a los alrededores de la ciudad de Kuwait, donde tuvo lugar la Batalla de los Puentes. Al mismo tiempo, helicópteros Mi-24 y escuadrones de cazabombarderos Su-22, Su-25, Mirage F-1 y Mig-23 atacaron posiciones kuwaitíes por todo el país, bombardeando bases aéreas y puntos estratégicos. La aviación kuwaití, que protagonizó algunos combates aéreos, pudo huir a Arabia Saudita.
El emir Yaber III huyó por aire hacia el desierto de Arabia, pero su hermano, el jeque Fahd al-Ahmad se atrincheró junto con fuerzas militares kuwaitíes para defender la capital. El palacio real fue finalmente asaltado e incendiado. El jeque Fahd al-Ahmad fue asesinado. Las tropas iraquíes capturaron el puerto de al-Ahmadi por el que salía el 80 % del petróleo kuwaití. Sadam se apoderó del Banco Central de Kuwait, con sus reservas oro, y toda la reserva de dinares kuwaitíes. Se calcula que se apoderó de 160.000 millones dinares (521.170 millones de dólares) que fueron llevando en camiones a Bagdad.
La invasión, llevada a cabo ante la sorpresa mundial, tuvo pronto una reacción de condena internacional
La invasión, llevada a cabo ante la sorpresa mundial, tuvo pronto una reacción de condena internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU promulgó el mismo día 2 la Resolución 660 en el que instaba a Irak a que retirarse de Kuwait y volver inmediatamente al statu quo anterior a la invasión. El 16 de enero de 1991, una coalición internacional de 34 países, encabezada por Estados Unidos y bajo mandato de la ONU, inició una campaña militar con el fin de obligar al ejército irakí a replegarse de Kuwait. Comenzaba la Operación Tormenta del Desierto, la Primera Guerra del Golfo.