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Juan Domingo Perón junto a su mujer

Juan Domingo Perón junto a su mujerGTRES

Dinastías y poder

Perón y su exilio en Torremolinos: Franco lo quería lo más lejos posible de Madrid

Perón no tuvo hijos. Pero su herencia política, el «peronismo», esa especie de «movimiento ecléctico, que toma elementos de la izquierda, el centro y la derecha» parece haber calado hondo en las tierras del tango que tanto le gustaban

Llegó a España en los años sesenta y su primer destino fue Torremolinos, en plena Costa del Sol. No lo hizo por la playa y el turismo que empezaba a desarrollarse en la zona. Sino porque era, a priori, una condición impuesta para amortiguar la acogida que el régimen daba al mandatario argentino. Venía con su tercera esposa, Isabelita. El cuerpo de Evita, la segunda, todavía rondaba por el mundo en busca de la morada eterna. Luego el matrimonio Perón se estableció en El Viso y terminó en la «Quinta 17 de Octubre» en Puerta de Hierro, nombre en recuerdo del día en el que los «descamisados» se dirigieron a la Plaza de Mayo para exigir al gobierno su liberación.

Juan Domingo Perón, general y antiguo agregado militar en la Italia de Mussolini, se hizo con el poder después de una «década infame» de corruptelas en Argentina. Secretario de Trabajo y Previsión, tomó parte en el golpe de militares nacionalistas de 1943. Era ya viudo, pero con fama de galán. Dicen que fue en un festival en el Luna Park a beneficio de las víctimas del gran terremoto de San Juan, cuando conoció a una artista joven y rubia que triunfaba en Radio Belgrano con interpretaciones como La cabalgata del circo.

Se llamaba Eva. La atracción fue inmediata. Juntos se instalaron en Palacio Unzué y comenzaron su política de nacionalismo y llamamiento a los trabajadores de la mano del Partido Justicialista y la Confederación Nacional del Trabajo (CGT). Ella alentaba a los «descamisados» y fundaba el Partido Peronista Femenino. Era la Jefa Espiritual de la Nación. Aunque siempre vestida de Dior. Tal era su fuerza que llegó a ser propuesta para la vicepresidencia al país, aunque contó con la oposición de un sector de milicos con importancia. El cénit de su gloria llegó con la visita que realizó a España en plena postguerra.

Tras la Segunda Guerra Mundial, España se había quedado fuera de los organismos internacionales y aislada por su presunta vinculación al Eje. Solo Argentina enviaba carne y grano. Y a Evita. Aterrizó en el aeropuerto de Barajas entre máxima expectación el 8 de junio de 1947. Sus modelitos ruborizaban a la mismísima Carmen Polo que no veía en ella más que a una cabaretera de segunda, aunque las masas la aclamaban. Sevilla, Toledo, Barcelona. ¡Que vestidos! Exclamaban todos. Aquello era excesivo para la pacata España de la época. Pero llegó y su viaje fue un triunfo. Luego ella continuó hacia Italia sin saber que, un día, su cadáver regresaría al país que la encumbró.

Evita Perón en Barcelona. Junio 1947

Evita Perón en Barcelona. Junio 1947GTRES

Perón se presentó a las elecciones de 1951 y salió victorioso. Pero ella ya estaba enferma: un cáncer de útero terminaba con la vida de Evita cuando apenas había cumplido los treinta y tres años. No tuvieron hijos. Sus funerales, en el verano de 1952, resultaron conmovedores. «Volveré y seré millones», había dicho. Pero todo aquello también terminó. En 1955, un golpe de militares mandaba a Perón al exilio. Primero Paraguay, Venezuela, Nicaragua y la República Dominicana de Trujillo. Durante este periplo conoció en un club nocturno a María Estela Martínez, bailarina. Conocida artísticamente como Isabelita, llegaron a España en 1960. El país era ya muy diferente a aquel que su esposa había visitado más de una década atrás.

Franco exigió matrimonio a la pareja y Juan Domingo e Isabelita se convirtieron en esposos. Torremolinos debió parecerle aburrido. Perón exigía Madrid. A Franco aquello no le gustaba en exceso, pero transigió. Primero fue una casa en la calle Doctor Arce, en El Viso donde compartía vecindario con la mismísima Ava Gardner. Por los fiestones que montaba la estrella de Hollywood, decidieron mudarse a un estupendo chalé en Puerta de Hierro, cuyo terreno hoy convertido en viviendas de lujo, es propiedad de Jorge Valdano.

Los días en la Quinta debieron resultar extraordinarios: Isabelita, aficionada al esoterismo y los rituales mágicos, se dejaba asesorar por una especie de chamán y juntos trataban de restablecer el peronismo en Argentina. El cuerpo embalsamado de Evita llegó a la casa en 1971 después de un peregrinaje de casi dos décadas en paradero desconocido. Lo colocaron en una habitación con aires de cámara mortuoria. Vestido, amortajado…

Juan Domingo Perón al asumir su tercera presidencia, luego de haber jurado ante la asamblea legislativa el 12 de octubre de 1973

Juan Domingo Perón al asumir su tercera presidencia, luego de haber jurado ante la asamblea legislativa el 12 de octubre de 1973

Perón volvió a ser presidente de la Argentina en 1973. Hasta su muerte, cuando Isabelita asumió el mandato. En 1976 un golpe encabezado por los generales Videla, Massera y Agosti, la mandaba de vuelta a España. Poco a poco su estela se fue apagando.

Perón no tuvo hijos. Pero su herencia política, el «peronismo», esa especie de «movimiento ecléctico, que toma elementos de la izquierda, el centro y la derecha» en palabras de Felipe Pigna, parece haber calado hondo en las tierras del tango que tanto le gustaban.

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