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Manuel Fraga y Macías Nguema firmando el Acta de Independencia de Guinea Ecuatorial

Manuel Fraga y Macías Nguema firmando el Acta de Independencia de Guinea EcuatorialEFE

La 'vía guineana': piden la independencia catalana siguiendo el modelo de Guinea Ecuatorial

Una conferencia en el Institut Nova Història afirma que Cataluña es una colonia con falsa autonomía y que debe ser sometida a un proceso de autodeterminación apoyado por la ONU

El Institut Nova Història es una entidad separatista catalana, subvencionada, dedicada a la pseudohistoria y cuya labor principal consiste en inventar historietas para consumo de nacionalistas catalanes de poca formación y sin espíritu crítico. En realidad, su fin es de manipulación para implantar una conciencia independentista entre los catalanes. Lo mismo dicen que Cervantes, Calderón y Shakespeare eran catalanes que se inventan un descubrimiento de América hecho por personajes nacidos en el reino independiente de Cataluña.

Por tanto, el lugar idóneo para que un concejal de Canet de Mar llamado Jordi Castellá diera una conferencia pidiendo la vía guineana para la independencia de Cataluña y que su propuesta se elevara al Comité de los 24 de la ONU (Comité Especial encargado de Examinar la Situación con respecto a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales).

Su propuesta está fundamentada en premisas inventadas, como considerar que Cataluña es una colonia con falsa autonomía y que debe ser sometida a un proceso de autodeterminación mediante uno o varios referéndums.

Ni Cataluña fue considerada nunca una colonia, ni está sometida a una falsa autonomía. El llamado Comité de los 24 solo reconoce actualmente 17 territorios no autónomos a los que se debe aplicar un proceso de autodeterminación. Dos de ellos, por cierto, relacionados con España: Gibraltar y el Sáhara Occidental.

Retorcer los hechos para que coincidan con la ideología

Es verdad que el tal Castellà es un político de segunda fila que seguramente trataba de hacer méritos para ser considerado mejor dentro de su corriente independentista y ascender en el partido. Y que no hay que hacerle más caso del que tiene, un intento menor de manipular los hechos para someterlos a una ideología radical. Pero este señor, en su delirio historicista, ha comparado la situación en Cataluña con la que en su día tuvo Guinea Ecuatorial.

Para ello parte de considerar que el territorio hay una minoría étnica o nacional que domina políticamente (se entiende que se refiere a España). Y señalaba, ante un auditorio que creería igualmente que Cataluña está dominada por venusianos del espacio, que la vía guineana es una vía legal, pacífica y democrática para hacer efectiva la independencia, sin muertos, destrucción y represaliados.

Según él, Franco había creado una autonomía ficticia en 1963 para Guinea y la ONU la rechazó, y por eso Guinea es independiente, ya que se demostró que todo se decidía en Madrid. Conclusión para los que se creen cualquier cosa: Cataluña es hoy lo mismo que Guinea a principios de los años 60 del pasado siglo.

Por último, según este docto conferenciante, Cataluña fue independiente cinco veces desde 1640, incluyendo las declaradas por Maciá, Companys y Puigdemont. Y si no lo ha seguido siendo es debido a los actos de represión del Estado colonizador. Cualquier argumento sirve para pedir la independencia. Saben que sus argumentaciones históricas son falaces y que lo único que puede, en su caso, llevar a la independencia es la voluntad abrumadoramente mayoritaria. Por eso su lucha está en controlar la opinión, el conocimiento que se transmite y el relato. No importa si es veraz.

Sin entrar en el fondo de las reivindicaciones, hay que matizar las diferencias con Guinea. Cataluña nunca fue tomada por ocupación como las colonias en África, sino que forma parte de la nación española desde el primer momento. Y Cataluña nunca ha sido admitida por el Comité de los 24 como territorio no autónomo porque nunca ha sido colonia.

La autonomía de Guinea no fue ficticia, como señala el señor Castellá en un intento de buscar paralelismos donde no los hay.

La autonomía de Guinea fue un paso más en el proceso de descolonización que estaba en marcha y se había asumido por parte de España. Se trataba de poner en manos guineanas los resortes de la administración colonial y de las instituciones políticas. Para ello se habían formado algunos titulados superiores en España, es verdad que fueron pocos, y una cantidad de profesionales medios, administrativos, docentes, técnicos y sanitarios, que pudieran llevar el país con la menor tutela posible.

Se formaron en la Escuela Superior Indígena creada en 1944 y que tuvo auge por el impulso del gobernador Bonelli y el funcionario Heriberto Ramón Álvarez, conscientes los dos de que debían trabajar para la independencia. Algunos de estos guineanos completaban la formación en España. Muchos de estos trabajadores formados fueron las primeras víctimas de la caterva de indeseables que rodeó a Macías, disfrazados de padres de la patria, y trataban de quedarse con el poder eliminando a los competentes.

La autonomía se plasmó en una Ley de Bases de 6 de diciembre de 1963, que incluía la necesidad de aprobación en plebiscito. Fue aprobada por amplia mayoría y esto dio lugar a unas elecciones municipales en 1964. El 3 de julio de 1964 se aprobó la Ley articulada sobre régimen de autonomía de la Guinea Ecuatorial. En agosto de 1968 se celebró un referéndum para que la población guineana votara sobre la independencia. Salió el sí por poco más del 64%. A continuación, en septiembre hubo elecciones generales para una asamblea constituyente y en octubre se declaró la independencia.

Nada que ver con Cataluña. En Guinea sí que había una minoría étnica no indígena en el poder, es curioso que los que hablan de un concepto tan discutido y marginado de la política como el étnico son los nacionalistas. España, entonces bajo un dictador militar que no admitía elecciones en suelo nacional, convocó elecciones libres y respetó el resultado. Impuso el criterio de que Bioko y Río Muni eran un solo país aunque nunca estuvieron unidas y las habitaban razas diferentes con lenguas diferentes. Y ordenó la salida pacífica a pesar de las provocaciones.

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