La mentira como táctica militar: Hitler lo hizo en Polonia y Putin lo intentó en Ucrania
Según Ucrania, a principios de agosto el Kremlin ideó un ataque encubierto en Bielorrusia del que acusaría a los ucranianos para forzar la entrada de Lukashenko en la guerra. Una táctica de bandera falsa que también utilizó Hitler como excusa para invadir Polonia
La noche del 31 de agosto de 1939 un grupo de soldados polacos atacaron la emisora de la ciudad alemana de Gleiwitz, según informaron los periódicos alemanes e internacionales al día siguiente. Sin embargo, era una fake news, una noticia falsa. Los hechos habían ocurrido, pero los atacantes no eran polacos sino los propios nazis. Así Adolf Hitler consiguió su casus belli, y la Wehrmacht invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. La Segunda Guerra Mundial comenzó a raíz de una mentira, pero ¿Qué hay detrás del incidente de Gleiwitz?
Una táctica conocida como bandera falsa que, 84 años después, ha utilizado Vladimir Putin. El Servicios de Inteligencia Ucraniano (SBU) acusó a Rusia a principios mes de agosto de 2023 de preparar un sabotaje en una refinería de Bielorrusia para culpar a los ucranianos y así forzar la participación de Bielorrusia en el conflicto. El Kremlin desmintió tal acusación. Este tipo de ataque basado en la mentira tuvo éxito para Hitler hace más de ochenta años.
A finales de agosto la plana mayor del nazismo puso en marcha la operación Himmler, una misión encubierta que tenía como objetivo culpar a los polacos de un ataque en territorio alemán para que Hitler pudiera justificar ante el mundo una invasión del país vecino. «La abuela ha muerto» (Grossmutter Gestorben), fue la contraseña que utilizó Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo, para informar de que la operación había comenzado.
A las 20:00 horas, un comando de seis hombres de la SS liderados por Alfred Helmut Naujocks, irrumpió en la emisora de la población alemana de Gleiwitz vestidos de civiles que se hacían pasar por polacos. Redujeron a los tres trabajadores y a un policía alemán que se encontraba en las instalaciones, después leyeron frente al micrófono un texto en polaco con propaganda anti alemana. Al parecer tuvieron varios problemas técnicos y solo se llegó a retrasmitir un fragmento: «¡Atención! Aquí Gliwice. La emisora está en manos polacas…». Tampoco tuvieron en cuenta que la antena era de onda media y su mensaje, con suerte, solo llegaría a difundirse a unos 40 kilómetros.
Para hacer esta misión de propaganda más creíble, el comando colocó varios cuerpos de prisioneros de Dachau vestidos con uniforme polaco y ejecutó en la misma estación a Franciszek Honiok, un polaco que había sido detenido por la Gestapo días antes para utilizarlo como chivo expiatorio. Los SS hicieron varias fotos que al día siguiente publicaron casi todos los periódicos en Alemania y algunos internacionales. La mentira se había convertido en verdad, y no fue hasta 1945 cuando Naujocks, el oficial que había liderado la operación, declaró bajo juramento que habían sido ellos y relató lo sucedido durante su comparecencia en los Juicios de Nuremberg.
Un incidente que acabó en Guerra Mundial
No fue el único incidente de la noche, a lo largo de la madrugada las radios de la frontera entre Alemania y Polonia informaron de varios altercados en los que se habían escuchado disparos. La tensión era máxima y estaba focalizada en la ciudad portuaria de Danzig, una urbe que, tras la Gran Guerra y el Tratado de Versalles era una ciudad-estado libre dependiente de la Sociedad de Naciones.
Fondeado próximo al puerto se encontraba de visita oficial el buque-escuela Shleswing-Holstein, de la Kriegsmarine. A las 4:45, sin previo aviso, el acorazado alemán abrió fuego contra la fortaleza polaca de Westerplatte y poco después el cielo de Danzig se llenó de bombarderos Stuka. El ataque suponía una acción de guerra, pero sin declaración oficial. En las horas siguientes la policía del partido nazi local tomó la ciudad.
Al día siguiente, Hitler justificó los ataques en un discurso en el Reichstag: «Danzig fue separada de nosotros. Los polacos se anexionaron el Corredor. Como en todas las regiones alemanas del Este, los habitantes del Corredor han sido maltratados de manera intolerable… A las cinco menos cuarto de esta mañana, las tropas alemanas empezaron a contestar al fuego polaco. Una bomba lanzada por los polacos será contestada con otra bomba». Con este discurso justificó la recuperación por medio de la fuerza de las regiones del corredor que había perdido Alemania tras la Gran Guerra.
Alemania había firmado en 1934 un pacto de no agresión con Polonia, que Hitler rompió el 28 de abril de 1939. En agosto de ese mismo año, la Alemania nazi y la Unión Soviética firmaron el pacto Ribbentrop-Mólotov, un acuerdo de no agresión que incluía, en secreto, un plan para repartirse Polonia una vez iniciado el conflicto. Teniendo en cuenta estos antecedentes, las operaciones de bandera falsa y el ataque alemán en Danzig, el 1 de septiembre de 1939 una fuerza militar de un millón y medio de soldados repartidos en 57 divisiones, 2.000 tanques, 9000 bombarderos y 400 aviones invadió Polonia desde las fronteras sur y norte de Alemania.
Avanzó rápido por su superioridad y por la táctica Blitzkrieg, una «guerra relámpago» en la que se combinó infantería, blindados y aviación. Además, Varsovia no podía hacer frente a tal despliegue porque no había terminado de movilizarse y solo contaba con medio millón de hombres, pocos blindados, 300 aviones y armamento muy inferior al alemán.
La respuesta internacional a la invasión no se hizo esperar: «Él sólo puede ser detenido por la fuerza y nosotros y Francia estamos hoy dispuestos, en cumplimiento de nuestras obligaciones, a ir en ayuda de Polonia, que está resistiendo valientemente el malvado y no provocado ataque a su pueblo», expresó con contundencia el Premier Neville Chamberlain durante su discurso radiofónico a la nación del 3 de septiembre. Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania cumplieron con su acuerdo. Mientras, los polacos luchaban sin tregua por su supervivencia en la frontera occidental, pero el 17 de septiembre el Ejército Rojo de Stalin invadió Polonia por el este. La resistencia del ejército polaco aguantó hasta principios de octubre, cuando última unidas fue derrotada. Polonia dejó de existir como país independiente y acabó dividida entre nazis y comunistas por el río Dug. La Segunda Guerra Mundial había comenzado.