Ho Chi Minh, el líder comunista que (casi) consiguió la independencia de Vietnam
El líder vietnamita Ho Chi Minh proclamó la República Democrática de Vietnam el 2 de septiembre de 1945, con capital en Hanoi, hasta que en 1976 el norte y sur se unificaron bajo el nombre de República Socialista de Vietnam
El 2 de septiembre de 1969, Ho Chi Minh, el líder comunista que llevó a Vietnam hacia su independencia, murió en su casa de Hanoi a los 79 años por un paro cardiaco provocado por la tuberculosis que sufría. Tras su muerte, a pesar del respeto y admiración que su pueblo le tenía, no se cumplió su deseo de ser incinerado y Ho Chi Minh fue embalsamado y expuesto como Lenin en un sarcófago acristalado en su mausoleo en la ciudad de Hanoi.
Ahora bien, Ho no era su verdadero nombre. Nació en 1890 y sus padres lo llamaron Nguyễn Sinh Cung, pero volvió a cambiar de nombre a los 10 años, siguiendo la tradición confucionista. Tuvo una educación francesa y aprendió a escribir en chino y vietnamita. Durante su juventud viajó a Londres con la intención de trasladarse a Francia y conseguir un buen empleo, pero no fue posible y pasó seis años, hasta 1917, recorriendo varios países europeos.
Ya en París se dedicó, entre otros muchos trabajos, a escribir para varios diarios asiáticos, donde empezó a utilizar el pseudónimo de Nguyễn Ái Quốc. Su interés por los asuntos políticos de Indochina no llegó hasta 1923 cuando Ho entabló relación con miembros del comunismo galo y se trasladó a Moscú donde participó en varios congresos de la Internacional Comunista. Pero en el comunismo francés encontró la mejor ideología para combatir al colonialismo galo y japonés de Vietnam durante el periodo de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial.
De Rusia viajó a China, donde promovió los ideales revolucionarios. En Hong Kong fundó el Partido Comunista Indochino, pero debido a sus ideales estuvo encarcelado hasta 1940 cuando fue liberado y regresó a su país. Desde Hanoi lideró la lucha de independencia frente a los franceses junto a sus seguidores y camaradas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ho afirmó que «Los franceses inclinan la cabeza y se arrodillan sin vergüenza, sin una sola palabra de protesta. En consecuencia, nuestro pueblo sufre una doble carga. No son los búfalos y los caballos de los franceses, también los japoneses. Qué pecado ha cometido nuestro pueblo para merecer este castigo». Una realidad compleja que no cambió hasta que terminó la guerra, momento en el que las potencias aliadas dividieron el norte y sur de Vietnam por el paralelo 17.
Al norte, Ho Chi Minh se convirtió en el presidente de la recién creada República Democrática de Vietnam y empezó una política comunista a gran escala para «concentrar todos nuestros esfuerzos en la lucha para conseguir la unidad y la independencia completa de todo nuestro país», afirmó Ho en un discurso el 22 de julio de 1954.
Durante su gobierno entabló relaciones diplomáticas con la China de Mao Zedong, la Corea del Norte de Kim Il Sung, la Yugoslavia de Tito y la India de Indira Gandi. Un año mas tarde la guerra volvió a Vietnam con la invasión de tropas norteamericanas y Ho Chi Minh murió antes de que la independencia fuese una realidad. Pero el Tío Ho, como lo llamaban sus camaradas, dejó escrito un último mensaje de unificación en su testamento: «La guerra de la resistencia quizás continúe, nuestro pueblo quizás deba enfrentarse a nuevos sacrificios de vidas y propiedades. Pase lo que pase debemos mantenernos firmes en nuestra decisión de luchar contra los agresores estadounidenses hasta la victoria total».
Aunque su vida estuvo repleta de controversias y contradicciones, la figura que ha quedado de Ho Chi Ming es la de un comunista convencido que se ganó el favor de sus camaradas al darles la libertad frente a los franceses, pero también un líder que castigó el pensamiento disidente con brutalidad y maltrató a sus enemigos utilizando la violencia. Su idolatría continúa todavía hoy, con su mausoleo en Hanoi como centro de peregrinación, y desde 1945, en su honor, la ciudad de Saigón pasó a llamarse Ho Chi Minh (el que ilumina).