Fundado en 1910

Reconstrucción hipotética del circo romano de Itálica y sus cimientosJunta de Andalucía / Universidad de Sevilla

Sevilla tuvo el circo más grande que Roma construyó fuera de Italia: tenía capacidad para 80.000 espectadores

Con dichas dimensiones, el circo italiacense nada tendría que envidiar a otros recintos de gran importancia como el de Antioquía o Alejandría; sólo tendría al circo Máximo de Roma por delante con una capacidad de 300.000 personas

Los últimos trabajos científico desarrollados en la antigua ciudad romana de Itálica en Santiponce (Sevilla) han permitido localizar lo que podrían ser los restos de su circo, del que se cree que pudo ser el más grande que Roma construyó fuera de Italia. Los datos sugieren la presencia de este gran edificio de una extensión de unas ocho hectáreas al este de la ampliación de la ciudad promovida por el Emperador Adriano, y con capacidad para acoger a unos 80.000 espectadores.

Esta es parte de la información preliminar que un grupo de arqueólogos de la Universidad de Sevilla (US) ha conseguido extraer tras su estudio geofísico en los anfiteatros y circos romanos de Écija e Itálica, autorizado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, y dirigida por Alejandro Jiménez Hernández, investigador de la US.

El consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, explicó que su departamento va a promover una actuación arqueológica en los próximos meses si se confirma este hallazgo, ya que «estaríamos hablando de que Itálica se situaría ya definitivamente en el selecto grupo de las grandes ciudades imperiales en el mundo».

Aunque Itálica no fue capital de provincia, esta ciudad fundada por Publio Cornelio Escipión el Africano llegó a ser una de las más importantes del Imperio romano fuera del territorio italiano y cuna de dos grandes emperadores: Trajano y Adriano.

El circo más grande del Imperio romano

Según han informado los investigadores, la planta de este edificio, cuya existencia era desconocida hasta ahora, contaría con una longitud máxima de 532 metros y una anchura de entre 140 y 155 en los carceres, una especia de cajones desde donde iniciarían la carrera los carros de caballos. Su planta sería la característica de este tipo de edificaciones: con un graderío alargado en torno a un espacio de carreras que se articularía alrededor de un muro central, la denominado spina.

El circo estaría en la zona este de Itálica, cerca del teatroJunta de Andalucía

Con dichas dimensiones, el circo italiacense nada tendría que envidiar a otros recintos de gran importancia como el de Antioquía o Alejandría; sólo tendría al circo Máximo de Roma por delante con una capacidad de 300.000 personas, aunque algunos expertos lo rebajan la cifra a la mitad.

Como base se habría utilizado una losa de hormigón de 30 metros de anchura y una profundidad de seis metros para sostener la estructura del circo de Itálica, una fórmula similar a la usada en el anfiteatro y el Traianeum, el templo de culto imperial de la ciudad del Emperador Adriano. Mientras que la cimentación del cuerpo del edificio para los carceres tendría una potencia menor, en torno a los 3,5 metros.

«La existencia de un circo en Itálica completaría la tríada de edificios de espectáculos, junto al anterior teatro augusteo y el gran anfiteatro adrianeo, uniéndola al selecto grupo de grandes ciudades del Imperio, como es el caso en la Península Ibérica de Mérida, Tarragona y Córdoba, que fueron capitales provinciales o bien grandes centros ceremoniales del culto imperial», explicaron los expertos en un comunicado.

En la parte inferior de la imagen, la zona donde se encontraría el circo de ItálicaJunta de Andalucía / Universidad de Sevilla

Estudio geofísico

Los trabajos han consistido en 11 perfiles con georradar y otros cinco con tomografía de resistividad eléctrica, siendo ejecutados por miembros del Instituto Universitario de Investigación Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada y en ellos se está aplicando la técnica de tomografía de resistividad eléctrica (ERT).

Esta técnica de prospección eléctrica emplea un dispositivo que inyecta corriente en el terreno y mide la resistencia que generan las estructuras subyacentes, lo que permite obtener unas secciones digitales con las estructuras presentes en el subsuelo.