Dinastías y poder
Una boda insólita: ¿la hija de un general laureado con un genio del flamenco?
¡Ocho años esperaron un consentimiento que nunca llegó! «O lo dejas, o te vas de casa», le decían. Pero no claudicó: se casaron en una iglesia de Ámsterdam, en febrero de 1977, sin asistencia de la familia de la novia
La boda entre Casilda Varela y el guitarrista Paco de Lucía causó estupor entre las élites sociales de la España del tardofranquismo. Ella era la hija de un general laureado, héroe nacional de la Guerra Civil. Él, un genio del flamenco con orígenes sociales diferentes a los que había tenido la muchacha. Casildita había protagonizado muchas de las páginas de los semanarios de la década de los 60, aunque tuvo siempre una personalidad peculiar. Ya en 1965, Blanco y Negro publicaba a toda plana una fotografía de la joven que titulaba Nueva bailaora, a raíz de su debut en Televisión Española. Durante unos años, la saga entre la música de esta dinastía y la política parecía que podía continuar con Malú y Albert Rivera aunque a día de hoy, ese romance se haya roto. Igual que ocurrió con el de sus afamados parientes.
La mezcla entre folclóricas y políticos no fue inhabitual durante el régimen. Más bien parecía algo recurrente. No hay más que recordar al mismísimo Millán Astray del brazo de Celia Gámez. Pero el noviazgo entre la niña de Varela y el genio de la guitarra conmocionó a gran parte de la buena sociedad de la época. ¿Qué pintaba una joven criada en los valores de régimen con «Los chiquitos de Algeciras»? Ella era hija del teniente coronel José Enrique Varela, «el general antifascista de Franco», como acertadamente titula su biógrafo Federico Martínez Roda. Se trataba de uno de los militares españoles más importantes del siglo XX: formado en la Academia de Infantería de Toledo y compañero de Franco en la guerra del Rif, estuvo al mando de las tropas indígenas, demostrando tal capacidad de mando que se hizo con dos grandes cruces Laureadas, algo insólito en el Ejército. ¡Era un héroe de Marruecos!
Al poco de proclamarse la Segunda República, Varela estuvo implicado en la Sanjurjada de 1932 y mostró, simpatías hacia el carlismo que recuperaba fuerza de la mano del abogado sevillano Manuel Fal Conde. Cuando estalló la Guerra Civil, Franco le puso al mando de las fuerzas que asaltaron Madrid en noviembre de 1936; recuperó el Alcázar de Toledo, ganó Brunete y Teruel. Terminada la Guerra, fue nombrado ministro del Ejército. Opuesto a las tendencias proclives a Falange como las que defendía Ramón Serrano Suñer, hizo todo lo posible para evitar la participación de España en la Segunda Guerra Mundial y se opuso al encuentro de Hendaya y al envío de la División Azul.
En 1942 fue víctima de un atentado perpetrado por falangistas delante de la basílica de Begoña, en Bilbao, lo que, de algún modo, forzó su dimisión. Pese a todo, en 1945 Franco le designó alto comisario del protectorado en Marruecos, entonces una responsabilidad importante.
Hombre de principios morales y religiosos, se había casado en 1941 con la «bella e ilustrada señorita» Casilda Ampuero Gandarías. Ella era de buena familia de Neguri, vinculada al Banco de Bilbao desde su fundación y a las industrias navieras. Durante la Guerra Civil sirvió como delegada nacional de «Frentes y Hospitales», la organización asistencial creada por la carlista Rosa Urraca Pastor y que terminará absorbida por la Sección Femenina.
Ya su nacimiento había sido objeto de un suelto en los «ecos de sociedad» de El Correo Español (28 mayo 1906) que le deseaba larga vida y abundantes gracias espirituales. El matrimonio tuvo dos hijos, con los mismos nombres que sus progenitores. José Enrique Varela falleció en Tánger en 1952 y Franco le otorgó de manera póstuma el título de marqués de Varela de San Fernando, retirado a sus herederos como consecuencia de la Ley de Memoria Democrática en 2022.
La niña, Casildita, apenas llegó a tratar con su padre pues era muy joven cuando falleció, aunque siguió protagonizando las páginas sociales que la destacaron como «reina de las fiestas de Cádiz» en 1961. Estudiaba Derecho y peritaje mercantil, aunque siempre dio muestras de aficiones artísticas. Para desposarla, su familia soñaba con un noble apellido vasco o incluso de Madrid, donde residieron varios años. Por eso, cuando se supo del romance con el guitarrista que acompañaba a Camarón, aquello fue tan mal recibido. ¡Ocho años esperaron un consentimiento que nunca llegó! «O lo dejas, o te vas de casa», le decían. Pero no claudicó: se casaron en una iglesia de Ámsterdam, en febrero de 1977, sin asistencia de la familia de la novia. De esa unión nacieron tres hijos, aunque terminaron separándose en 1997. Así lo recogía en portada, la revista ¡Hola!. Paco de Lucía tenía un hermano, Pepe, padre de la cantante Malú que en 2019 le robó el corazón al líder del partido centrista Ciudadanos que, como su unión, también terminó en desastre.