Un ballenero español del siglo XVI volverá a navegar casi 500 años después
El jueves 5 de octubre se presentó en la residencia de la embajadora canadiense en España un proyecto de construcción histórica de un barco ballenero del siglo XVI que se hundió en la costa canadiense hace casi 500 años
Canadá y España tienen mucho más en común de lo que pueda parecer. Ya desde el siglo XV, los marinos del norte peninsular navegaban hasta las costas de Terranova para cazar ballenas. Grandes buques transoceánicos partían cada invierno hacia el golfo de San Lorenzo para iniciar una nueva campaña ballenera. Una de esas naos era la San Juan, que había salido meses antes de Passaia (Pasajes), un pueblo marinero próximo a San Sebastián, aunque nunca regresó a España porque se hundió en 1565 cerca de Red Bay. Desde hace ocho años, la empresa vasca Albaola está construyendo una réplica exacta de esta nao con la que pretenden cruzar el Atlántico hasta el lugar donde se hundió la San Juan original hace más de 400 años. Pero ¿Cómo empezó esta aventura marinera?
Su historia y la de los arrantzales (pescadores) que murieron allí se empezó a recuperar en 1976, cuando un grupo de arqueólogos subacuáticos de la empresa estatal Parcs Canada encontró el pecio. El barco estaba a solo 10 metros de profundidad, pero las gélidas aguas y el fango habían mantenido la madera y otros materiales casi intactos y su estado de conservación era impresionante, lo que fue toda una sorpresa para el equipo de arqueólogos. Junto a la nao también se encontraron gran cantidad de objetos de todo tipo y una chalupa ballenera.
El equipo estuvo excavando el pecio durante seis años, aunque las investigaciones sobre la madera, las vidas de los marinos, la construcción naval de la San Juan y los materiales duró 30 años más. Esta historia que conecta Canadá y España podría haberse quedado en una anécdota, pero en 1985 National Geographic publicó un número dedicada al descubrimiento del San Juan, que tenía como subtítulo: balleneros vascos en América en el siglo XVI. Este artículo lo leyó Xabier Agote, que por entonces estaba aprendiendo el oficio de carpintero de ribera en Estados Unidos, «y me abrió un universo que desconocía pero que me fascinó», expuso Xabier durante la presentación del proyecto. Así decidió «ser aquel que construía los barcos que nadie quería», comentó, y en 1997 fundó Albaola, una empresa que nació con el objetivo de construir el San Juan y «dar a conocer ese patrimonio marítimo».
Desafíos de una nao en el siglo XXI
No había precedentes y era la primera vez que se iba a construir una nao del siglo XVI siguiendo los planos elaborados por los arqueólogos canadienses y empleando técnicas de construcción tradicionales que se ajustasen a la realidad histórica de la época. Con todas las dificultades que supone emprender una empresa de este tamaño, «poder construirlo y navegar en él es un privilegio», afirma el director de Albaola a El Debate.
Tras reunir un equipo de carpinteros, herreros, gestores comerciales –esenciales para trasformar un sueño en realizad–, y artesanos, empezaron a construir el nuevo San Juan en 2014. Además de un buen equipo, necesitaban contar con apoyos institucionales porque «todo estaba por hacer, pero nadie había hecho nada igual hasta entonces», advierte Xabier. A lo largo del proceso de construcción consiguió el apoyo del gobierno de España, del gobierno de Canadá y de organizaciones como la Cámara de Comercio Canadá España, una entidad privada que trabaja para mejorar las relaciones comerciales de ambos países y de la que Albaola forma parte como socio.
Además, desde 2015 cuentan con el sello para la protección del patrimonio marítimo, concedido por la UNESCO. El San Juan lleva construyéndose ocho años, y ahora se encuentra en su fase final, aunque todavía faltan «los mástiles, los cabos, las velas, las anclas, y un sinfín de cosas más», que tendrán que hacer ellos mismos. «Tenemos trabajo para un par de años para que el barco pueda navegar», afirma Xabier.
Todavía no hay fecha prevista, pero cuando terminen la construcción quieren realizar una navegación conmemorativa entre Passaia y Red Bay, que además tendrá un objetivo científico: entender las «claves de cómo se navegaba en el siglo XVI a bordo de estos galeones», comenta el director de Aldekoa. Será la primera vez que se navegue en una réplica de estas características, aunque, esta vez, no irán a cazar ballenas, sino que contarán con una programación cultural destinada a la divulgación histórica de este pasado compartido entre ambos países.