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Niños alemanes observan el periódico antisemita Der Stürmer y otros carteles de propaganda naziUSHMM / Museo Memoria y Tolerancia

Los medios de comunicación en el Tercer Reich: la información, prisionera del nazismo

El marco legal debía servir para unir y controlar estrechamente a los periodistas y a los medios de comunicación. Se reglamentó por ley la vía profesional y el comportamiento de los periodistas y el personal de la prensa en general

Una de las claves para que el Partido Nazi diera a conocer su pensamiento, fue establecer un poder absoluto en la prensa. Este control se estableció el 5 de octubre de 1933. El marco legal debía servir para unir y controlar estrechamente a los periodistas y a los medios de comunicación. Se reglamentó por ley la vía profesional y el comportamiento de los periodistas y el personal de la prensa en general.

Solo podían ejercer de periodistas aquellos que tuvieran nacionalidad alemana y fueran de raza aria. Se dictó lo que se podía escribir y lo que no. Por supuesto había sanciones para aquellos que incumplieran el reglamento. El objetivo no era informar a la población, todo lo contrario. Deseaban desinformarlos e influenciarla para que los medios de comunicación se convirtieran en guías de conducta. Pero no solo se centraron en la prensa, el control también afectó a revistas, libros, arte, teatro, música, cine y radio.

Con lo cual, aquel principio de la constitución alemana, que garantizaba la libertad de expresión y la libertad de prensa, desapareció por completo. Se puede decir que el Partido Nazi acabó destruyendo la democracia alemana, no solo con lo que estamos hablando, sino a nivel general suprimiendo derechos y libertades. Se llegó a tal extremo que era traición contar un chiste de Hitler.

La censura del Partido Nazi les permitía cerrar o tomar el control de aquellos medios de comunicación antinazis. Controlar todas las noticias que aparecían no solo en los periódicos, sino en la radio y noticieros cinematográficos. Aquellos libros considerados antinazi, podían ser prohibidos e, incluso, quemados. Y lo que es más significativo, controlaban las cartas de los soldados. Según lo que pusieran en ellas se censuraba. Así a los padres les podía llegar una carta censurada o bien no llegarle nunca.

El Ministerio para la Ilustración Pública y Propaganda estaba al mando de Joseph Goebbels. Desde ese ministerio se difundieron los conceptos que debían ser publicados. En ellos se glorificaba a Hitler, difundían aspectos negativos de los judíos; se rebajó el precio de las radios para que todos los alemanes pudieran «desinformarse» con ellas. Así podían escuchar los discursos, convirtiéndose la radio en altavoces públicos. También se organizaban manifestaciones a mayor gloria del Partido Nazi y fueron un apoyo para fomentar los ideales nazis las Juventudes Hitlerianas o la Liga de Jóvenes Alemanes.

El Ministerio de Goebbels se organizó en siete departamentos o divisiones, que eran las siguientes: administración y cuestiones legales; mítines de masas, salud pública, juventud, raza; radiodifusión; prensa nacional y extranjera; películas y censura cinematográfica; arte, música, teatro; protección contra la propaganda extranjera y nacional.

El periodista del nazismo

Un personaje importante, a parte de Goebbels, fue Wilhelm Weiss. Se convirtió en la pieza clave del periodismo alemán. Nombrado jefe de la Asociación de Prensa Alemana del Reich, que era la agencia de control y coerción de los periodistas. Antes de llegar a ostentar este cargo fue el organizador y editor del Servicio de Correspondencia del Partido Nazi y trabajó en el equipo editorial del Völkischer Beobachter, llegando a ser su director. A parte en 1922 editó el Heimatlandbriefe, «en el que denunciaba el marxismo, el judaísmo y el catolicismo político». Y fue director de Brennessel, publicación antisemita.

19 de noviembre de 1941: Wilhelm Weiß se sienta durante una conferencia de prensa a la derecha de Alfred RosenbergBundesarchiv / Wikimedia Commons

Como director de Völkischer Beobachter intentó hacer del periódico un órgano informativo, sin conseguirlo por la oposición de Max Amann, porque los dirigentes del partido impidieron que el periódico abandonara el lenguaje propagandístico y panfletario; y finalmente el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ahora bien, su trabajo en la Asociación de Prensa Alemana consistió en imbuir a todos sus miembros de un fuerte nacional socialismo y en «educar a una nueva generación de jóvenes periodistas en las estrictas líneas del partido». Para Max Amann, presidente de la Cámara de la Prensa, el periodismo debía ser…

«La prensa, en el viejo sentido liberal del término, ha muerto y nunca volverá a la vida. Debe permanecer muerta porque el espíritu de aquella época está también muerto. El periodismo hoy no es ya un negocio de clase media, y aquellos que en su interior permanecen ajenos no serán animados por nosotros a vestir sus novatas almas con las prendas nacional-socialistas. No podemos utilizar a estas personas en el futuro en la prensa alemana porque a la primera prueba moral e intelectual fallarían. La prensa alemana está muerta, larga vida a la prensa alemana».

Foto promocional de un miembro uniformado de las SS con un número de 1932 del órgano del Partido Nazi Völkischer Beobachter, en el que se señala «Antes cambio de trabajo que créditos fiscales»Wikimedia Commons

Hay que destacar tres de las principales funciones de la Asociación que dirigía Weiss…

  • Su principal función era llevar el registro oficial de periodistas acreditados. Se hizo obligatorio inscribirse en la sociedad para ejercer la profesión porque el trabajo del periodista fue declarado una función pública y, por lo tanto, digna de unas rígidas condiciones para su ejercicio. En definitiva, los periodistas se convirtieron en una especie de funcionarios del Estado al ser sometidos al control de la asociación.

  • La purga de periodistas judíos y marxistas.

  • Tenía autoridad para establecer condiciones de admisión, mantener estándares de la conducta profesional, castigar a los miembros que incumplieran las leyes (para ello se organizó un sistema de tribunales profesionales) y representar los intereses de los profesionales.

Max Amann, uno de los fundadores del Partido Nazi, fue un personaje importante en aquel entramado de desinformación. Hitler lo nombró Reichsleiter für die Presse der Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (Director de Prensa del NSDAP). En esa posición, Amann logró controlar económica e ideológicamente el imperio mediático del NSDAP. Como presidente de la Cámara de la Prensa del Reich (Reichspressekammer), Amann despachó disposiciones para confiscar y controlar a la prensa, así como para eliminar al personal que trabajaba en la prensa que se negó a seguir sus edictos.

Su mano derecha era Rolf Reinhardt, que era el director de la Cámara de Prensa del Reich y vicedirector permanente de la Asociación Alemana de Editores de Periódicos del Reich. Llevó a cabo los planes jurídicos e ideológicos para someter y apoderarse de la prensa y preparaba las disposiciones que Amann impuso a la prensa.