Descifran por primera vez los papiros carbonizados de Herculano gracias a la inteligencia artificial
Más de 600 pergaminos permanecen intactos y sin abrir, conservados principalmente en la Biblioteca Nacional de Nápoles. Descifrarlos podría revolucionar el conocimiento sobre la antigüedad clásica según los expertos
«Leer lo ilegible». Es lo que se propuso Luke Farritor, un estudiante de informática de 21 años de la Universidad de Nebraska-Lincoln al desarrollar un algoritmo de aprendizaje automático que ha ayudado a identificar letras griegas en un papiro carbonizado de la antigua ciudad romana de Herculano. El papiro forma parte de la única biblioteca intacta de la antigua ciudad greco-roma que sobrevivió a la erupción del monte Vesubio en el año 79 d.C. Este avance revolucionario podría hacer legibles cientos de textos que han permanecido indescifrables desde entonces.
El algoritmo de Farritor detectó sutiles diferencias en la textura superficial del documento, resaltó la tinta y reveló una secuencia de letras que formaban la palabra porphyras, que significa «púrpura» en griego. Al ver la primera imagen, la papirológa Federica Nicolardi de la Universidad de Nápoles, miembro del comité académico que revisó los hallazgos, dijo estar impactada y que parecía «un sueño» poder ver finalmente el interior de uno de estos pergaminos.
Gracias a este descubrimiento, el joven informático ha sido galardonado con el premio de «primeras letras» de 40.000 dólares otorgado por el Vesuvius Challenge, un concurso global que ofrece una serie de premios monetarios como incentivo para descifrar los papiros aún desconocidos de Herculano. El gran premio es de 700.000 dólares por leer cuatro o más pasajes.
Los cientos de pergaminos que quedaron sepultados por la erupción fueron hallados por un campesino italiano junto con bellas estatuas y frescos. A pesar de su extremada fragilidad, la tentación de abrirlos siempre ha sido grande, pues de esa manera aumentaría con creces el corpus literario que se posee de la Antigüedad. Sin embargo, los primeros intentos de abrir estos papiros acabaron destruyendo muchos de ellos haciendo temer a los expertos que nunca se pudieran leer los restantes.
Tiempo más tarde, otros estudios descubrieron que la mayoría contienen textos en griego relacionados con la escuela epicúrea de la filosofía, incluyendo partes de la obra Sobre la Naturaleza del mismo Epicuro y obras del no tan conocido Filodemo sobre temas como los vicios, la música la retórica y la muerte. Y se especula que la biblioteca pudo ser su colección de trabajo.
Descifrar los pergaminos con IA
Pero todavía quedan más de 600 pergaminos intactos y sin abrir que la Biblioteca Nacional de Nápoles conserva. El profesor Brent Seales de la Universidad de Kentucky ha pasado años desarrollando métodos para «desenrollar virtualmente» estos frágiles documentos mediante escaneos de tomografía computarizada en 3D.
El primer problema que se encontró fue que la tinta no se distinguía del papiro en las imágenes: había pequeñas diferencias de textura que daban a entender la presencia de tinta invisible en los papiros. Para solucionar aquello hizo uso de la inteligencia artificial para detectar letras en imágenes de fragmentos abiertos de Herculano. Dado el enorme desafío que suponía leer los pergaminos, el equipo de Seales liberó todas las imágenes y códigos al público y lanzó el Vesuvius Challenge para motivar la participación mundial.
Farritor se involucró desde el inicio, centrándose en las casi invisibles texturas que se denominaron «craquelado». Al probar su algoritmo en una nueva imagen con craquelado prominente, identificó cinco letras. En pocos días refinó su modelo para detectar las diez letras requeridas y ganar el premio «primeras letras».
Ante la posibilidad de recuperar el contenido completo, incluyendo título y autor para identificar y fechar las obras, los papirológos están entusiasmados: el avance ejemplifica cómo la inteligencia artificial está transformando el estudio de textos antiguos, desde el griego clásico hasta lenguas como el acadio mesopotámico. Por su parte, Seales confía en que permitirá descifrar la «biblioteca invisible», textos físicamente presentes pero ilegibles, como palimpsestos o fragmentos usados en encuadernaciones medievales.