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RequetésArchivo Taberna Belzunce

El rostro más humano de la Guerra Civil: 3.600 fotografías inéditas de Sebastián Taberna, el Capa requeté

El Museo Cerralbo acoge una exposición resultado del trabajo del investigador Pablo Larraz Andía, quien destaca la «autenticidad de la fotografía» de Sebastián Taberna, «el Capa español»

En primera línea de fuego, entre las trincheras, Sebastián Taberna proporcionó un relato inédito de la Guerra Civil a través del visor de su Leica. El 19 de julio de 1936 se había convocado una sublevación contra la Segunda República en la céntrica Plaza del Castillo de Pamplona. Taberna acababa de cumplir 29 años cuando acudió, con cámara en mano, a aquel llamamiento: solo unas semanas antes se había alistado en los requetés. Durante los tres años que dura la contienda, este pamplonés no sólo luchó con los requetés en el bando nacional, sino que tomó más de 5.500 fotografías –que nunca vieron la luz– en los que capturó instantáneas en el frente de batalla y del día a día de los combatientes.

SoldadosArchivo Taberna Belzunce

Durante décadas, el tesoro documental que constituyen estas imágenes fue almacenado en archivos familiares, con todos los rollos enumerados y clasificados, además de ir acompañado de referencias sobre los lugares y periodos a los que correspondían. Reconociendo el gran valor e importancia de este legado, una de las hijas del fotógrafo, María Eugenia, se ha encargado de su digitalización, y que ahora, el investigador Pablo Larraz Andía (doctor de Medicina por la Universidad de Navarra) da a conocer en una excepcional exposición en el Museo Cerralbo de Madrid titulada Sebastián Taberna: el rostro de la guerra y que estará disponible hasta el 28 de enero.

En la exposición se compone de más de 3.600 fotografías de «una calidad artística, expresiva, histórica; una técnica fotográfica muy apurada, muy avanzada con una destreza terrible» y cuyo hilo conductor «es siempre el rostro humano», asegura el también comisario de la muestra, Pablo Larraz en conversación con El Debate.

Unos niños en la escalinata de la iglesia de San Juan Bautista de Jadraque en 1937Archivo Taberna Belzunce

Ante el estallido de la guerra, reporteros como Hemingway o Robert Capa (André Ernö Friedmann) llegaron a España para cubrir la contienda, al tiempo que apoyaban la causa del Frente Popular. Sin embargo, junto a estos corresponsales de guerra han aparecido, en los últimos años, colecciones desconocidas e inéditas de un pequeño grupo de fotógrafos soldados requetés, cuyo legado supone un testimonio único y auténtico. Y que, a diferencia de los anteriores, no tuvieron ninguna intención propagandística ya que las imágenes no fueron tomadas para ser publicadas, sino para recordar lo que vivieron sus autores.

Entre ellos se encontraba el pamplonés Sebastián Taberna, «un fotógrafo de formación autodidacta», subraya Larraz. Con su mirada, Taberna nos acerca a la tragedia de este conflicto fratricida. Entre sus instantáneas destacan numerosos momentos de convivencia entre soldados y otros muchos entre la población en pequeñas localidades rurales castellanas. A través de diferentes salas, el espectador conocerá una pequeña biografía del fotógrafo a quien denominaron «el Capa español»; el itinerario bélico que realizó: «primero los frentes de Somosierra y Navafría, escenas de convivencia, del día a día del soldado, algunos reportajes de acción que corresponden tanto a la toma de Sigüenza como a la batalla de Guadalajara y más tarde, nos vamos centrando en algunas fotografías que realiza en localidades a la retaguardia, en algún permiso… y por último, una selección de sus retratos y su fotografía más vanguardista», detalla el doctor en Medicina.

Requetés del Tercio de Santiago durante una ventisca en pico del Nevero, en Somosierra, a 2.210 metros de altura, el 8 de febrero de 1937Archivo Taberna Belzunce

Para completar la exposición, hay una sala dedicada a hablar del legado, de cómo Taberna revelaba él mismo y en el frente de batalla las fotos, montando el laboratorio de revelado ambulante en el frente «algo totalmente insólito en el panorama fotográfico de la Guerra Civil española», destaca Larraz. Incluso, desvela el comisario, el fotógrafo requeté realizaba copias positivadas en el frente de batalla, que más tarde distribuía entre sus compañeros para que luego pudiesen enviarlas a casa.

Las imágenes y grabaciones fílmicas de guerra civil española desempeñaron un papel tan importante como las batallas y el armamento militar: ambos lados combatientes quisieron hacer llegar su mensaje a la comunidad internacional con la intención de buscar el apoyo a su causa. No obstante, y a diferencia de aquellos fotógrafos de renombre, Taberna nunca tuvo una intención propagandística con sus instantáneas. Aunque tuvo algún encargo concreto desde el Estado Mayor, lo que destaca de la fotografía de Taberna es su «autenticidad», considera Larraz. «Es una fotografía en la misma línea de fuego y desde la psicología del propio combatiente», explica. «Es una fotografía desde dentro de la guerra, de tal manera que él [Sebastián Taberna] retrata lo que vive, lo que ve y lo que siente», asegura.

Sebastián TabernaArchivo Taberna Belzunce

Es más, cuando uno ve el grueso de su fotografía (combates, escenarios de la vida diaria…), «lo último que desea es estar allí porque ves las penurias por las que están pasando los soldados, el hambre, el frío, las condiciones de higiene que tienen», considera el comisario de la exposición y concluye diciendo que «la gloria de la guerra, el honor y las loas del combate y de la victoria se desvanecen totalmente en esa fotografía. Nos da una imagen directa y real».