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Isabel II jurando la Constitución, obra de José CastelaroMuseo de la Historia de Madrid

El día que Isabel II, «la Reina castiza», prestó juramento a la Constitución

Un mes después de cumplir los trece años, Isabel II posó su mano sobre la Constitución de 1837 y juró lealtad a la ley y a la Corona

El 10 de noviembre de 1843, en el hemiciclo del Senado, bajo un gran dosel rojo, la Reina Isabel II prestaba juramento a la Constitución de 1837. No lo hacía por haber alcanzado la mayoría de edad de forma natural –como ocurrirá este martes 31 de octubre con la Princesa Leonor– sino porque las Cortes habían aprobado adelantar la edad adulta de la monarca. Así, con tan solo trece años, juraba lealtad a la Constitución que impulsaron los liberales.

Semanas más tarde, el 1 de diciembre, se escuchaban vítores «por la señora doña Isabel II, Reina constitucional de España» en la plaza de la Constitución. Allí se celebraba, ante una enorme multitud, su proclamación como Reina de España. Según narró la prensa de la época, «gaitas y tambores, repartidos por distintos puntos de la ciudad, tocaron, respectivamente, a la alborada y diana, acompañados con estampidos de cohetes voladores».

«La de los tristes destinos»

Todo en la vida de la Reina Isabel II de España fue demasiado rápido. Heredó el trono a los tres años al morir su padre, Fernando VII, quien en 1830 promulgó la Pragmática Sanción en favor de su primogénita y en detrimento de los derechos de su hermano Carlos María Isidro, lo que derivó en las guerras carlistas.

Puesto que nadie quería una nueva regencia tras los desastrosos periodos de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1833-1840) y del general Espartero (1840-1843), la solución que se encontró fue la anticipada declaración de mayoría de edad de la joven Isabel: en aquel entonces la edad adulta se consideraban los catorce años; sin embargo, el mismo día que aquella niña caprichosa y desconcertada cumplía los trece era declarada mayor de edad; un trámite que se adelantó por decisión de Joaquín María López, con el apoyo de Narváez y Prim.

Isabel II, Reina de España, es declarada mayor de edad y presta juramento a la Constitución el 10 de octubre de 1843Biblioteca Nacional de Francia

A los dieciséis años se casó con su primo, el Infante Francisco de Asís Borbón, conocido popularmente como «Paquita Natillas» por sus modales afeminados. Se dice que al enterarse de quién sería su esposo, Isabel, disgustada, profirió: «No, con Paquita, no, por Dios». Aquellas palabras no auguraban un matrimonio feliz, y para compensar el fracaso de su vida amorosa, la Reina mantuvo relaciones con generales, intelectuales, aristócratas y políticos.

«Me echaron de España por tener amantes», aseguró «la Reina castiza» antes de fallecer en París. Y es que a los 38 años de edad, tras la revolución encabezada por Serrano, Prim y Topete conocida como La Gloriosa, fue enviada al exilio a la capital francesa y del que nunca regresaría.

Se estableció en el Palacio de Castilla, en cuyo salón principal abdicaría en favor de su hijo Alfonso en 1870. Allí recibió también al novelista Benito Pérez Galdós y le concedió una entrevista que se publicó en el diario El Liberal de Madrid el 12 de abril de 1904. La publicación del diálogo entre ambos ayudó a dar una imagen muy distinta de una Reina que a su muerte seguía siendo una desconocida para los españoles, a pesar de todas las leyendas y calumnias que se contaron sobre ella. Fue en este palacio, en su dormitorio y acompañada por sus hijas, donde falleció el 9 de abril de 1904.