Fundado en 1910

La cabeza de estatua de la dinastía XII de EgiptoNational Museums Scotland

El misterioso yacimiento de Melville House: hasta 18 objetos del antiguo Egipto escondidos en Escocia

Las doctoras Elizabeth Goring y Margaret Maitland detallan que estas piezas son los únicos objetos del Egipto faraónico declarados formalmente como tesoro escondido en Escocia

Entre los años 1952 y 1984 Melville House, una antigua mansión situada en el concejo de Fife, en Escocia, fue escenario de una serie de misteriosos hallazgos que ha intrigado a la comunidad arqueológica durante más de 70 años.

En dicha casa se descubrieron hasta 18 objetos procedentes del antiguo Egipto, incluyendo la cabeza de una estatua que los expertos describen como una auténtica «obra maestra de la escultura egipcia». Tras su descubrimiento, la mayoría de estos objetos se trasladaron a los Museos Nacionales de Escocia.

Las doctoras Elizabeth Goring y Margaret Maitland detallan que estas piezas son los únicos objetos del Egipto faraónico declarados formalmente como tesoro escondido en Escocia, según recogen en un artículo para la revista Proceedings of the Society of Antiquaries of Scotland.

Un descubrimiento tras otro

La historia de estos descubrimientos comienza en 1984, cuando Goring, recién nombrada curadora del Museo Real Escocés, recibe la visita de un grupo de adolescentes que requerían de su ayuda para identificar una figura de bronce que uno de ellos había encontrado con un detector de metales en los terrenos de Melville House, la majestuosa casa señorial del siglo XVII.

Al consultar esta petición con sus colegas, la doctora se enteró de que esta no era la primera vez que ocurría algo así y que en el pasado se habían descubierto otros objetos en Melville House.

Hacia 1952, la antigua mansión se utilizaba como escuela privada con el nombre de Dalhousie Castle. Uno de los alumnos, mientras estaba desenterrando patatas como parte de un castigo, se topó con una fina cabeza de estatua de arenisca roja de mediados de la dinastía XII de Egipto y que en un principió pensó que se trataba de un tubérculo.

Fragmento de un amuleto de Isis amamantando a Horus, período tardío o ptolemaicoNational Museums Scotland

Sin embargo, se haría otro descubrimiento más. Catorce años después, un niño que realizaba un ejercicio de salto durante su clase de educación física aterrizó sobre una estatuilla votiva de bronce de un toro Apis que sobresalía de la tierra. El profesor, que resultó ser la misma persona que había realizado el descubrimiento en 1952, llevó el objeto al museo para su identificación.

Cómo habían llegado a Escocia

Tantos descubrimientos en el mismo lugar no podían ser algo casual, por lo que la doctora Goring decidió estudiar el sitio con mayor detenimiento y halló varios objetos más: desde la parte superior de una figura de la diosa Isis amamantando a su hijo Horus hasta un fragmento de una placa con el Ojo de Horus.

Ahora solo quedaba averiguar a quién pertenecían estos objetos. Sin encontrar ninguna pista concluyente, trasladó las piezas como tesoros escondidos al Museo Real de Escocia: «Excavar e investigar estos hallazgos en Melville House ha sido el proyecto más inusual de mi carrera arqueológica y estoy encantada de contar ahora la historia completa. Descubrir objetos del antiguo Egipto en Fife es claramente inesperado, y la investigación posterior para establecer los orígenes de la colección ha dejado más misterios que quizás nunca se resuelvan», afirma la investigadora.

Voluntarios trabajando en los terrenos de Melville House en 1984National Museums Scotland

La doctora se aventura a decir que probablemente esta colección de obras de arte fuese adquirida por el heredero de la propiedad, Alexander Leslie-Melville, Lord Bolgonie (1831-1857), y que visitó Egipto en 1856 con sus dos hermanas para tratar de mejorar su estado de salud, pues había enfermado tras participar en la Guerra de Crimea.

En aquella época, los comerciantes egipcios vendían antigüedades sin ningún tipo de control a los turistas. Lord Balgonie guardaría estas antigüedades en su mansión que quedarían olvidados en alguna habitación. Según indica Goring, quizá la muerte repentina de este aristócrata –falleció a los 26 años– hizo que se abandonaran los objetos como un recuerdo doloroso del viaje a Egipto.

Con el paso del tiempo la dependencia fue demolida y los objetos que custodiaba pasaron desapercibidos entre los escombros del edificio. «Esta es una colección fascinante, aún más por el misterio que rodea sus orígenes», opina la doctora Margaret Maitland.

Y concluye admitiendo que «el descubrimiento de artefactos egipcios que habían estado enterrados en Escocia durante más de cien años es una prueba de la escala de la colección de antigüedades que se reunió en el siglo XIX y de su compleja historia. Fue un desafío emocionante investigar e identificar una gama tan diversa de artefactos, incluidos algunos objetos notables».