El motín del té, la infusión revolucionaria que marcó el camino de la independencia de Estados Unidos
El 16 de diciembre de 1773, un grupo de nativos americanos abordaron tres barcos mercantes que fondeaban en el puerto de Boston y empezaron a tirar por la borda el cargamento de té. Esa fue la imagen que vieron los marinos desde los buques y el muelle, pero en realidad, no eran nativos sino colonos que se habían disfrazado de indios americanos, que tiraron al mar toda la mercancía de té que pudieron como protesta por las nuevas tasas que se habían impuesto desde Londres. Este pequeño gesto que terminó conociéndose como el «Boston Tea party», impulsó a las Trece Colonias americanas en la luchar por su independencia del Imperio Británico.
El sabotaje no fue improvisado, entre los colonos se encontraban Samuel Adams, uno de los padres fundadores del futuro Estados Unidos; John Hancock, contrabandista y Paul Revere, dos «patriotas» que participaron en varias batallas de la guerra de independencia norteamericana. Lo sucedido fue una declaración de intenciones para que Londres retirase los aranceles que encarecían el precio de varios productos básicos.
Los sesenta rebeldes consiguieron tirar al mar 46 toneladas de té, valorado en 18.000 libras de la época
Los sesenta rebeldes consiguieron tirar al mar 46 toneladas de té, valorado en 18.000 libras de la época. La respuesta británica no se hizo esperar. El Parlamento británico ordenó cerrar el puerto de Boston, disolvió la asamblea colonial y exigió servidumbre al imperio con otras medidas que aumentaron la autoridad británica en la región gracias a las Leyes Intolerables, que aprobaron a principios de 1774.
En lugar de sofocar la resistencia, estas medidas aumentaron el apoyo a la causa independentista. Además, la protesta inicial de Boston se extendió a otras ciudades importantes como Nueva York, donde realizaron piquetes y bloquearon la entrada de navíos ingleses al puerto, como también sucedió en Filadelfia y Charleston. Sin embargo, la mecha de la revolución ya estaba encendida y el motín del té de Boston solo fue un episodio más en el camino hacia la independencia.
Una rebelión económica más que patriótica
A partir de 1763, se implementaron nuevos impuestos en las colonias por medio de las Leyes Townshend, que pretendían solventar los problemas financieros e incrementar las arcas del estado. La ley, que afectó al precio del té, fue derogada en 1770, pero los impuestos sobre ese producto continuaron vigentes. Por su parte, la Compañía de las Indias Orientales sufrió una grave crisis en 1773.
La mecha de la revolución ya estaba encendida y el motín del té de Boston solo fue un episodio más en el camino hacia la independencia
El incremento en la producción de té en la India provocó un excedente de producto que no pudieron vender en ningún mercado y tuvieron que subastarlo en Gran Bretaña a precios muy reducidos. El gobierno británico buscó la forma de salvar a la Compañía por medio de la aprobación de la Ley del Té, con la que concedió el derecho a la empresa para venderlo en las colonias británicas directamente, sin necesidad de pagar los impuestos sobre el té en Gran Bretaña, solo debían abonar los aranceles de la colonia.
Esto perjudicó al consumidor que hasta entonces había comprado el té de contrabando o a otros comerciantes europeos. Esta nueva norma fiscal afectó además a los colonos productores de té, que vieron cómo la Compañía monopolizó el mercado.
Esta cuestión económica se convirtió en un símbolo revolucionario que empezó en Boston y se extendió a otras ciudades. A partir de ese momento las Trece Colonias iniciaron un proceso de emancipación que derivó en una guerra contra los británicos y la construcción de una nueva nación que vería su cénit fundacional con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América de 1776.