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Escudo de Cantabria

¿Por qué aparece la Torre del Oro de Sevilla en escudos de Cantabria?

La representación del monumento sevillano en las heráldicas hace referencia a la hazaña que ayudó a reconquistar Sevilla por parte de los cristianos, y en la que los marinos cántabros tomaron parte

En el margen oriental del río Guadalquivir, en Sevilla, se encuentra la Torre del Oro, el monumento más conocido de la ciudad y que, curiosamente, se encuentra presente en el escudo de Cantabria y de varios de sus municipios. Su presencia se debe a una de las batallas más cruentas que tuvieron lugar en tierras ibéricas.

Hace 775 años, el sur de la península estaba bajo el control de los musulmanes y en la lucha por recuperar los territorios, el Rey Fernando III, llamado «el Santo», puso en marcha una campaña para tomar la ciudad almohade de Isbilya (el nombre que recibía Sevilla en la época) y volver a instaurar el cristianismo al igual que se consiguió en el resto del reino de Castilla. No obstante, necesitaba ayuda, naves y soldados para esta empresa.

La reconquista de Sevilla

Como tardaban en llegar los refuerzos navales, Fernando III mandó armar una flota fuerte y preparada para combatir en el Guadalquivir, pues era consciente de que eran imprescindibles para tomar la ciudad. Por ello se construyeron 16 embarcaciones en los astilleros de Santander, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera y Laredo.

Además, fue necesario el apoyo de alrededor de 1000 hombres entre marinos, galeotes y soldados que quedarían al mando del almirante cántabro Ramón Bonifaz, quien protagonizaría uno de los hechos que marcaron un antes y un después en la reconquista de Sevilla.

Rendición de Sevilla a Fernando III

Bajo las órdenes del rey cristiano, el almirante Bonifaz con sus tropas marítimas de 16 embarcaciones, se aproximó desde Cantabria a Isbilya el 3 de mayo de 1248 con el fin de romper el antiguo puente de barcas que unía la ciudad con Triana y que, además, funcionaba como una barrera física que impedía la entrada de cualquier fuerza invasora a la ciudad a través del río.

Romper las cadenas

Soportando el ataque con flechas de los musulmanes, la flota del almirante cántabro consiguió aproximarse al puente de barcas y romper las gruesas cadenas permitiendo así que las fuerzas de Fernando III pudiesen entrar en la ciudad y comenzar la reconquista. Gracias a esta gesta militar, Alxaraf (el actual Aljarafe), lugar desde el que entraba gran parte de los suministros que los musulmanes necesitaban para sobrevivir quedó aislado.

Fernando III a modo de agradecimiento, autorizó a los marineros del norte inmortalizar la hazaña en sus heráldicas

Sitiada la única vía de comunicación que tenían los musulmanes, la escasez de productos fue tal que el pueblo entró en una gran hambruna que solo pudieron aguantar hasta noviembre de 1248 cuando el emir árabe de la ciudad, Axataf, se vio obligado, meses de asedio a entregar las llaves de la ciudad al Rey castellano. Gracias al apoyo del almirante cántabro y su flota se recuperó uno de los puntos estratégicos para continuar la reconquista de otras ciudades que estaban bajo el control musulmán.

La repercusión de esta gesta fue tal que, Fernando III a modo de agradecimiento, autorizó a los marineros del norte inmortalizar la hazaña en sus heráldicas. De esta manera aparecen en numerosos municipios cántabros de los que salieron soldados y barcos a participar en la batalla como es el caso de Cantabria, Santander, Laredo, Santoña, Comillas y Avilés. En todas ellas aparecen un barco, la Torre de Oro que, según cuenta una leyenda sevillana el monumento, como torreón defensivo, contaba con las «gruesas cadenas» que unían Sevilla con Triana; y las cadenas rotas sobre el Guadalquivir.