Grupo Natividad-CEU
No fue ni san Bonifacio ni Lutero: el verdadero origen del árbol de Navidad
Setecientos años de silencio de las fuentes históricas sobre el árbol de Navidad, es demasiado, incluso para la oscura Edad Media europea, por lo que es difícil asegurar que éste sea el origen de la tradición
En muchas páginas webs y artículos periodísticos actuales (que normalmente se copian mutuamente sin recato ni prudencia los unos a los otros) se atribuye el origen del árbol de Navidad a un santo: san Bonifacio (675- 754 d. C.). Este mártir y obispo de la ciudad alemana de Maguncia fue un evangelizador de las tierras germanas.
El milagroso suceso de san Bonifacio
Con ocasión de su visita a la región alemana de Hesse, protagonizó un curioso episodio con sus habitantes que recoge san Willibaldo, contemporáneo y discípulo del santo, en su biografía sobre su maestro titulado Vitae Bonifatii. Tras relatar las idolatrías, augurios y sacrificios paganos de parte de sus habitantes, Willibaldo narra que existía en esa tierra un enorme roble sagrado, el roble de Odín (robor Iobis). San Bonifacio lo golpeó con fuerza y logró derribarlo asistido «por un soplo divino de lo alto».
Los presentes quedaron maravillados, no solo por la caída del árbol en sí, sino de que a consecuencia de ésta el tronco se partió en cuatro partes de la misma longitud. El milagroso suceso suscitó la conversión de las gentes y el bautismo de muchos de ellos. Asimismo, Bonifacio, de acuerdo con su congregación, mandó levantar un oratorio en aquel lugar a partir de la madera roble y lo dedicó a san Pedro.
Si bien muchos artículos contemporáneos escritos en medios de comunicación plantean que este es el origen del árbol de Navidad, la pequeña investigación histórica realizada por el Grupo Natividad, compuesto por profesores y alumnos del Grado de Historia e Historia del Arte de la Universidad CEU-San Pablo, parece apuntar en otra dirección.
Después de san Bonifacio, no hay ninguna otra referencia veraz sobre el árbol de Navidad hasta el siglo XV, lo que hace cuestionar que el origen de la tradición surgiese de los hechos protagonizados por el santo. Setecientos años de silencio de las fuentes históricas sobre el árbol de Navidad, es demasiado, incluso para la oscura Edad Media europea, por lo que es difícil asegurar que éste sea el origen de la tradición.
Su verdadero origen
Durante este periodo en las puertas de las iglesias se representaban dramas litúrgicos conocidos como misterios: representaciones teatrales medievales que servían para ilustrar a los creyentes, la gran mayoría analfabetos, sobre pasajes de la Biblia. En Navidad se representaban el pecado original y la expulsión del paraíso y, como pieza central de la función, se colocaba un árbol perenne, conveniente al ser invierno, adornado con frutas de colores vivos como manzanas o granadas.
Estas representaciones eran tremendamente populares, por lo que parece ser una idea acertada que el árbol de Navidad se originara por esa costumbre
Otros adornos podían incluirse, por ejemplo, velas, símbolo de la luz de Cristo sobre las tinieblas, o manzanas para representar la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Estas representaciones eran tremendamente populares, por lo que parece ser una idea acertada que el árbol de Navidad se originara por esa costumbre.
Popularización de esta tradición
Las primeras informaciones sobre el árbol se remontan al siglo XV en países como Estonia, Letonia, e incluso Inglaterra, aunque será en Alemania donde llegue a ser verdaderamente popular. La tradición protestante atribuye a Lutero el origen del árbol. Sin embargo, esto resulta ser más leyenda que realidad, pues no se encuentra en sus escritos ninguna referencia a ello.
La primera evidencia que relaciona a Lutero con el árbol de Navidad es de 1845, unos 300 años después su muerte, cuando un grabador llamado Carl August Schwerdgeburth representó a Lutero y su familia recogidos alrededor de uno de estos árboles. Esta ilustración fue popularizada gracias a un libro para niños en donde fue recogida.
Las decoraciones variaban, como podemos ver en el caso del gremio de los panaderos, quienes decoraban su árbol navideño con galletas de jengibre y las vendían para que sus compradores también pudiesen decorar con ellas su propio árbol. No obstante, esta tradición se consolidó definitivamente en la Alemania de los siglos XVII y XVIII, cuando la nobleza introduzca en sus casas el árbol de Navidad, gracias a lo cual un siglo después, el marido de la Reina Victoria, Alberto de Sajonia, lo llevó a la corte británica, de allí a América y después a América y, eventualmente, a todo el mundo.
La tradición llega a España
La primera vez que aparece alguna mención al árbol de Navidad en nuestro país es en un periódico español en 1849 La Época, publicado el Madrid. La noticia informa de una cena de altos cargos en Alemania y que la estancia en la que se celebraba estaba presidida por el árbol de Navidad decorado con velas y bolas.
Se considera en muchas publicaciones españolas que la introductora en España del árbol de Navidad fue la rusa Sofía Trobetzkoy, supuesta hija ilegítima de del zar Nicolás I (oficialmente hija del príncipe Serguei Vassilievitch Trobetzkoy), casada en 1869 con D. José Osorio y Silva, Duque de Sesto, uno de los mayores apoyos del Rey Alfonso XII.
En las Navidades de 1870 lo instaló en su residencia, el palacio de Alcañices, ubicado en el solar donde más tarde se levantó el edificio del Banco de España, haciendo esquina entre el Paseo del Prado y la distinguida calle de Alcalá. La duquesa además abrió un sábado su palacio a la población para que pudieran admirar este elemento.
Sin embargo, esta no es la primera ocasión en la que aparece un árbol de Navidad en nuestro país: en la sección de noticias generales del periódico La Época en 1863 se narra que, en el domicilio del duque de la Torre, el general Serrano, se había celebrado una cena en una estancia donde presidía por un árbol de Navidad a cuyos pies se habían colocado regalos para las señoras.
En definitiva, parece que el árbol del Navidad es una tradición medieval tardía centroeuropea que llega a España en la década de los sesenta del siglo XIX, y su conexión con el excelente manejo del hacha de san Bonifacio en su acción despaganizadora, es cuanto menos dudosa.
- Grupo Natividad CEU: es un grupo de investigación sobre el origen y las manifestaciones de la Navidad formado por profesores y alumnos de Facultad de Humanidades y C.C. de la Comunicación de la Universidad CEU-San Pablo.