El presidente del Consejo, el general Primo de Rivera, pronunciando un discurso
Hace 100 años en El Debate
29 de diciembre de 1923: aviso del Gobierno sobre el separatismo catalán
Hace un siglo ya comenzaba un problema que llega hasta nuestros días: el enfrentamiento por considerar Cataluña una nación
La llegada del general Barrera, capitán general interino de Cataluña, dio lugar el 19 de diciembre de 1923 a una conferencia de más de tres horas con el presidente del Directorio, examinando los distintos aspectos de la vida de la región catalana, «especialmente el derivado del procedimiento abierto contra alcaldes y concejales de más de un centenar de Ayuntamientos, que el año pasado votaron una moción prepuesta por el Centro de Dependientes de Comercio de Barcelona, en que se les invitaba al reconocimiento de 'Cataluña nación'», según recoge El Debate de hace cien años.
«Es de consignar que más de 500 ayuntamientos catalanes, o sea la inmensa mayoría, desdeñaron o rechazaron la propuesta; pero no deja de ser importante el número de los que la aprobaron, y graves las estridencias antipatrióticas a que se dio lugar con la discusión, y en contados casos las modificaciones agravatorias de que fue objeto el acuerdo», continúa el periódico, haciéndose eco de un problema creciente.
Se empezaba a conocer entonces la el ideal de la aspiración autonomista de algunos catalanes, aunque El Debate recoge que es «una tierra en la que, por fortuna, predomina el sentimiento español» y en el que tantas muestras de patriotismo se dan, si bien en una época en la en la que conviven con «la más descarada propaganda contra la unidad de la Patria, favorecida por un régimen de debilidad».
Advierte El Debate también sobre la equivocación de «ciertas concesiones descentralizadoras» y «ciertas tolerancias con los signos y manifestaciones regionales», que habrían dado como resultado «la posibilidad de acuerdos tan delictivos y extravagantes».
«El Directorio se encuentra, pues, ante un problema grave que ha de abordar, buscando sus raíces para descuajarlas, con no menor empeño que el que ponga en extirpar las del caciquismo o la inmoralidad administrativa«, concluye El Debate, que informa sobre las instrucciones dadas a las autoridades de Cataluña y animando a hacer »algo más hondo e intenso« para »atacar la falacia de ciertas propagandas y actuaciones que, a título de catalanizar, van desespañolizando solapadamente todos los sentimientos en aquella tierra».
