Vladímir Ilích Uliánov, Lenin

Lenin: el inventor del totalitarismo

Marx y Engels escribieron en 1848 «Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo». Ese fantasma se encarnó en Lenin a partir de 1917. El líder bolchevique falleció el 21 de enero de 1924 después de un largo padecimiento. Se cumple el centenario de aquella fecha.

Carlos Gregorio Hernández
Carlos Gregorio Hernández

Un hombre con la mirada perdida en el horizonte, en silla de ruedas. Esa es la última imagen que tenemos de Lenin. A su lado están su hermana, que le atiende, y uno de sus doctores. La fotografía fue tomada en Gorki, el 15 de mayo de 1923. En la indumentaria del dirigente comunista, propia de un enfermo, hay un detalle en el que es imposible dejar de reparar: su gorra. La compró en Estocolmo, en su viaje de regreso a Rusia, poco después de la Revolución de febrero de 1917, y unos meses antes de la que él mismo iba a protagonizar. Gracias a ella su imagen debía asemejarse mejor a la de un proletario, algo que no era.

Lenin durante su enfermedad, junto a su médico, Fiódor Guetié, y su hermana María Uliánova, en el verano de 1923
Lenin durante su enfermedad, junto a su médico, Fiódor Guetié, y su hermana María Uliánova, en el verano de 1923

Lenin sufrió su primer ictus en mayo de 1922. En los meses siguientes sufrió otras crisis, que fueron limitando sus capacidades hasta quedar prácticamente inerte. Su hermana María le hizo otras fotos, donde todavía conserva cierto vigor, pero poco a poco fue perdiendo el habla y la movilidad. Falleció con tan solo 53 años. Los años que antecedieron a estos padecimientos fueron enormemente intensos. No dormía, ni descansaba. Trabajó todo lo que pudo para hacer la Revolucion. Y la hizo. El siglo XX fue el siglo del comunismo.

Lenin disfrazado en la estación Razliv, 1917 Última fotografía de Nicolás II de Rusia Lenin en 1920
Lenin disfrazado en la estación Razliv, 1917; Última fotografía de Nicolás II de Rusia; Lenin en 1920

Entre 1917 y 1922 sucedieron muchas cosas. Los años previos, en su exilio de Suiza, fueron una larga preparación. Pudieron ser una irrelevante anécdota sin la Revolución de octubre. El gobierno alemán se apoyó en Lenin para tratar de desestabilizar la república que sucedió al régimen zarista. Una imagen de aquella arriesgada peripecia muestra su rostro joven, afeitado, sin su clásica perilla, y con una cabellera poblada y despeinada, tan falsa como los documentos que le permitieron volver a Rusia.

La familia imperial rusa. De izquierda a derecha: Olga, María, Nicolás II, Alejandra, Anastasia, Alekséi y Tatiana
La familia imperial rusa. De izquierda a derecha: Olga, María, Nicolás II, Alejandra, Anastasia, Alekséi y Tatiana

Ya en su país reconsideró las posibilidades de hacer una revolución socialista. Los distintos gobiernos que se sucedieron entre marzo y octubre soportaron varias sublevaciones, incluida la de los comunistas. La República Rusa, inmersa en la Primera Guerra Mundial, demostró más fuerza de la que a veces se les atribuye. Trotsky condujo el golpe de Estado que llevó al poder a los bolcheviques entre el 24 y el 26 de octubre de 1917. El pequeño partido de Lenin tomó el poder, pero no era equiparable en afiliados y apoyos a las otras fuerzas de la izquierda. Para enero de 1918, después de perder las elecciones, cerró la Duma y la sustituyó por los soviets, controlados por los suyos.

León Trotski en 1924
León Trotski en 1924

Nació entonces el régimen de partido único. Stéphane Courtois ha escrito hace poco con acierto Lenin, el inventor del totalitarismo, que tomamos prestado para encabezar estas líneas. Como anticipó Trotsky algo antes de hacerse bolchevique, el líder gobernaba sobre el partido y el partido sobre el Estado. En esos meses hizo algo en lo que se diferenció de sus antecesores en el poder: cumplió su programa. Sacó a Rusia de la Gran Guerra e intervino la propiedad privada. Ambas medidas significaron un costo enorme para su país. Pese a salir de la Primera Guerra Mundial, Rusia tardó en alcanzar algo parecido a la paz.

Lenin hablando a la multitud en Moscú con Leon Trotsky y Lev Kamenev, mayo 1920
Lenin hablando a la multitud en Moscú con Leon Trotsky y Lev Kamenev, mayo 1920

Para mayo de 1922, cuando Lenin sufrió el primero de sus ataques, los bolcheviques habían derrotado a todos sus enemigos, tanto a su izquierda como a su derecha, tras una larga y cruenta guerra civil. Los miembros de la dinastía de Romanov fueron asesinados en julio de 1918, mucho después de haber perdido el poder. Europa y América se poblaron de exiliados rusos. Los anarquistas españoles tardaron bastante tiempo en darse cuenta del destino de sus camaradas. Piotr Kropotkin murió de hambre y casi sin nada aún en vida de Lenin. Su entierro fue la última manifestación del anarquismo ruso. Para entonces la nueva policía secreta leninista superaba en eficacia a la antigua y vituperada Ojrana zarista.

Piotr Kropotkin
Piotr Kropotkin

El líder dejó en marcha la Unión Soviética, que fue frenada en su expansión en la Polonia restaurada. El mismo Lenin legalizó ciertas actividades económicas privadas y una nueva moneda, buscando superar las convulsiones propias de las guerras y de la propia revolución. Fue una rectificación de sus políticas previas. En la Guerra Mundial desaparecieron 1,4 millones de rusos. La Revolución y la Guerra Civil supusieron otros 25 millones de muertos. A propósito de esos años no puedo dejar de recomendar el magnífico libro de Sean McMeekin Nueva historia de la Revolución rusa.

Lenin escribió sus últimos meses, ya muy enfermo, una serie de cartas donde especulaba y mostraba reservas sobre sus posibles sucesores. Cuando quiso detener la inercia que conducía al liderazgo de Stalin ya era tarde. Sus críticas al georgiano, en tanto que burócrata, no eran tan distintas de las que dirigió a Trotsky.

Hay muchas biografías de Lenin, pero aún está por escribir El Lenin de la historia, siguiendo las trazas de la obra de Georg Lukacs sobre Hitler. Cuando, a la muerte de Stalin, el rostro del comunismo realmente existente abochornó a los propios comunistas, Kruschev atribuyó al sucesor de Lenin la corrupción de su legado. Es cierto que Stalin no era, ni mucho menos, su sucesor natural, pero sí fue un continuador de su obra. El georgiano ocupó el papel de un terrorífico albacea. El camino emprendido por Lenin entre 1917 y 1922 condujo a la Unión Soviética a aquella situación.

Joseph Stalin en 1942
Joseph Stalin en 1942

La reescritura de la historia del comunismo por parte de Kruschev tuvo más éxito que la manipulación hecha por Stalin de las imágenes de la vida de Lenin. La fotografía de Lenin en el estrado arengando a los soldados antes de ir al frente, que hizo Goldstein, tuvo muchas versiones. De las últimas fueron eliminados Trotsky y otros líderes bolcheviques que podían hacerle sombra al georgiano. Algo parecido sucedió con las películas de Eisenstein, que tuvieron que adecuarse a los intereses cambiantes del régimen. Stalin prohibió la publicación de los últimos artículos de su antecesor, pero fue sensible a su contenido. Una consecuencia de aquellos textos postreros fue que le llevaron a moderar el tratamiento de las nacionalidades en la Constitución de la URSS.

Personas haciendo cola para entrar en su mausoleo, 1925 Mausoleo de Lenin Tumba de Lenin dentro del mausoleo
Personas haciendo cola para entrar en su mausoleo, 1925; Mausoleo de Lenin; Tumba de Lenin dentro del mausoleo

La tumba de Lenin, que sirvió de título al conocido e importante libro de David Remnick sobre el colapso del imperio soviético, fue convertida por Stalin en un lugar de culto comunista. Durante un tiempo su propio cadáver le hizo sombra, pero los nuevos dirigentes de la URSS consideraron más oportuno relegarle a otro lugar. Después de 1991 se discutió qué hacer con el monumento, pero todo se dejó igual. Putin decidió restaurarlo y mantener a la momia en su mausoleo. Hoy es un recuerdo de una de las páginas más terribles del pasado siglo XX.

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Especial realizado por:

Redacción: Carlos Gregorio Hernández. Diseño: David Díaz.

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