Tergiversaciones del independentismo (II)
¿Fue el Compromiso de Caspe un ataque contra Cataluña?
Esta realidad fue reinterpretada y tergiversada, en el siglo XIX, por los historiadores Antonio de Bofarull y Víctor Balaguer
El 31 de mayo de 1410 Martín I de Aragón, conocido como l’Humà o el Viejo, murió sin descendencia. Para elegir a un nuevo Rey se reunieron representantes de Aragón, Cataluña y Valencia. La reunión tuvo lugar en Caspe. Sobre la mesa había varios candidatos: Fadrique de Aragón, conde de Luna; Jaime de Aragón, conde de Urgel; Alfonso de Aragón el Viejo, conde de Ribagorza; Juan de Aragón, conde de Prades; Luis de Anjou, Rey de Nápoles; y Fernando I de Aragón, sobrino directo del difunto Rey.
Para los representantes catalanes su apuesta era Jaime de Urgel, aunque lo descartaron por ser un hombre débil. Fernando de Aragón o de Trastámara era el más adecuado para mantener la paz y la estabilidad de la Corona de Aragón. Finalmente, Fernando fue proclamado Rey el 28 de junio de 1412. Otro candidato hubiera provocado una guerra civil. Jaume Vicens Vives y Luis Suárez Fernández coinciden en afirmar que el Compromiso de Caspe fue un paso esencial para la constitución de la Monarquía Hispánica. La dinastía pasó de tío a sobrino y, evidentemente, no hubo cambio dinástico. Sencillamente la Corona de Aragón se modernizó gracias a los Trastámara.
Ellos consideraron, de buenas a primeras, que la dinastía Trastámara fue elegida para atacar Cataluña
Entonces, ¿podemos considerar el Compromiso de Caspe un ataque contra Cataluña? En este artículo vamos a intentar dar contestación a esta pregunta.
Reinterpretación y tergiversación de la historia
Esta realidad fue reinterpretada y tergiversada, en el siglo XIX, por los historiadores Antonio de Bofarull y Víctor Balaguer. Ellos consideraron, de buenas a primeras, que la dinastía Trastámara fue elegida para atacar Cataluña. Por este motivo, y no por otro, decidieron reinterpretar la historia. En La iniquitat de Caspe i la fi del Comtat d’Urgell (1930), el arquitecto Lluís Domènech i Muntaner califica el Compromiso de Caspe como el declive de Cataluña y el de la independencia política.
El político Enric Prat de la Riba habla de «la violación de las sagradas costumbres que regulaban la sucesión a la corona». El historiador Santiago Sobrequés afirmó que, en el 1479, «cuando Fernando II subió al trono del Principado, encontró una Cataluña exánime, víctima de la miseria, la inflación, la peste el bandidaje y las incursiones de guerrilleros franceses en la frontera». Todos los males que sufría Cataluña eran por culpa del Compromiso de Caspe y los Trastámara.
Los mismos que atacaron el Compromiso de Caspe empezaron a decir «Corona Catalano-Aragonesa»
Esa tergiversación también la encontramos en la denominación de la Corona de Aragón. Los mismos que atacaron el Compromiso de Caspe empezaron a decir «Corona catalano-aragonesa». Este término nunca se utilizó con anterioridad al siglo XIX. En el libro Una historia de Aragón el Rey Pedro IV el Ceremonioso habla de «nuestra Corona de Aragón»; sin embargo, el impulsor de la terminología «Corona catalano-aragonesa» fue el archivero de la Corona de Aragón Próspero de Bofarull Mascaró, que manipuló el Llibre del repartiment del regne de Valencia. Quiso demostrar que la conquista del mediterráneo había sido una empresa catalana.
Bofarull suprimió del reparto de la ciudad de Valencia los nombres de los aragoneses y navarros que habían participado y aumentó la presencia de catalanes.
Teniendo en cuenta todo lo explicado, debemos volver a la realidad de los hechos. Jaume Vicens Vives en su obra Els Trastàmares escribe que «no cabe considerar como injusta la solución de Caspe, pues solo invita a pensar que, por unos y otros motivos, Fernando era en 1412, el candidato que contaba con más apoyos en el conjunto de la Corona de Aragón».
Además, también afirma que el Compromiso de Caspe desplazó la oligarquía feudal por la burguesía de Barcelona. Con lo cual no fue el principio de fin, como quisieron establecer los historiadores catalanes anteriormente citados, sino que fue una oportunidad para aportar mentalidades caducas e introducir un aire fresco a la política catalana.
El Compromiso de Caspe fue una oportunidad para aportar mentalidades caducas e introducir un aire fresco a la política catalana
Aún podemos añadir algo más. Si bien es cierto que con la llegada de Fernando II la economía catalana estaba en bancarrota, este hecho no tiene nada que ver con el Compromiso de Caspe, sino por la mala gestión de Alfonso el Magnánimo, que estuvo a punto de provocar el colapso del organismo económico de la Corona de Aragón en el mediterráneo. Gracias a Fernando el Católico se autorizó el comercio con América en todos los puertos de la Corona de Aragón, en igualdad de condiciones que los puertos de Castilla. Con lo cual la economía catalana se recuperó.